9° La fiesta (pt. 3) ✅

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-¿A dónde vas? -Alzo mi vista y me encuentro con los ojos verdes azulados de Devon trasmitiendo frialdad.

-A ti eso no te importa. -Digo alzando la voz para que me escuche.

Me hago a un lado y continúo mi camino.

Una mano me sujeta por la muñeca y hace que me de la vuelta. Puto Devon. ¿Cuando me dejará en paz?

-¿Me quieres dejar disfrutar de la noche?

-Te he estado observando Chloe.

-¿Quieres un premio por eso? ¿Premio al mejor psicópata? -Me burlo.

-Chloe. Lo he visto todo... Absolutamente todo. -Y es cuando caigo en la cuenta de que si ha visto todo... Ha visto cuando me he ido del club por Alex, ha visto la escena en donde le contaba todo a Nina, y probablemente la haya escuchado.

Entonces mi enfado aparece y me suelto de su agarre.

-¿Quién cojones te crees para invadir mi intimidad? Porque sí Devon espiar a la gente es invadir su intimidad.

-Tu eres la abogada, te creo. -Gruño y le empujo.

-Aléjate de mí. -Empiezo a caminar en dirección a la salida, pero Devon me coje por la cintura y me carga en su hombro.

-¡Sueltame maldito idiota! -Hago puños mis manos y empiezo a golpear su ancha espalda, aunque dudo que le esté haciendo el mínimo daño.

Nos dirigimos hacia la puerta cuando veo una mano tocar la espalda de Devon.

-Ha dicho que la sueltes. -Fred.

Devon se gira para encararse con él dejándome a mí apartada de la escena.

Estoy nerviosa e incómoda al mismo tiempo porque ahora mismo se me debe de estar viendo hasta el alma. Como si Devon tuviera telepatía, baja mi vestido y deja su mano en mi trasero.

-Idiota. -Susurro, a lo que Devon responde con un apretón en mi culo.

-Vamos Devon, suéltala ya. -Inquiere Fred.

-¿Qué vas a hacerme? Pitufo. -Le pellizco el hombro, este tío no sabe cuando mantener esa bocaza cerrada.

-No me hagas hacer algo que no quiero. -Replica.

-¿Tú? ¿Qué vas a hacer? ¿Llamar para que vengan refuerzos? No actúes como si fueras la autoridad máxima, y menos cuando estas fuera de servicio.

-¿Te quieres callar de una vez? -Susurro a sus espaldas.

-Vámonos Chloe. -Me tiene que estar tomando el pelo, como si tuviera opción.

Veo como poco a poco sus pasos se van alejando del club.

He dejado de resistirme, con este hombre es imposible.

-¿Vas a matarme? -Pregunto aburrida y cortando el silencio que se había creado.

Escucho una risa por su parte.

-¿Te crees que teniéndote solo para mí te voy a matar?

No sé hacia donde nos dirigimos, llevamos cinco minutos caminando, y para ser poco tiempo, se ha alejado bastante del club.

Yo sigo sobre su hombro cual saco de patatas, y me estoy mareando a parte de que me duele el abdomen.

-¿Quieres soltarme ya?-Le reclamo.

-No. Pero lo tendré que hacer.

Para en seco y con delicadeza me baja de su hombro, siento mis nervios a flor de piel.
Alzo mi vista y me encuentro con sus ojos verdes azulado mirándome con impotencia.

-Oye tienes que calmarte. -Escucho cómo ríe ante lo que le acabo de decir.

-Créeme Chloe, ahora estoy más calmado que nunca. No sabes lo que me he tenido que contener para no partirle la cara en cuanto le he visto acercarse a ti. -Bajo mi mirada a sus manos, ahora hechos puños.

Frunzo el ceño.

-Ah, que es verdad eso de que lo has visto todo... -Hablo en tono irónico.

-Sí Chloe.

-Pues la próxima vez que intentes espiar a alguien ten cuidado con los cubos de basura, son muy traicioneros.

-Precisamente no es que me haya tropezado con ninguno. -Pongo cara interrogativa y él parece captar mi confusión. -He escuchado tu historia con... Alex -Escupe su nombre con asco. Me tenso, no todo el mundo sabe mi historia. -Escuchar lo que te hizo... No sé, me hirvió la sangre y pateé cualquier cosa que estuviera cerca.

-¿Por qué? No tienes que preocuparte por mí. No somos nada, ni siquiera somos amigos. Solo soy tu abogada.

Queda mudo ante mi confesión, y es que es verdad, no entiendo por qué desde que nos conocimos ha sido tan posesivo conmigo.

《...Chloe, vas a ser mía.

-Bien, no somos nada, abogada-cliente. Entonces gestiona lo tengas que gestionar para irte a casa tú solita. -Y sin más se va, dejándome en medio de una calle que nunca había visto.

-¡No me puedes dejar aquí! -Le grito.

-¡¿Me vas a demandar!? -Sigue caminando. -Enséñame en tu libro de Derecho si eso es un delito. Luego si eso lo hablamos.

¿Será idiota, imbécil, asqueroso y sexy? Si, es tremenda y asquerosamente sexy.

Corro en su dirección, nadie a dicho que no pueda seguirle, él seguramente también vaya hacia el club.

-Ni lo pienses Chloe. -Habla sin girarse.

-¿Que no piense el qué? -No sé cómo podemos seguir manteniendo una conversación sin siquiera mirarnos a los ojos.

-Yo ya te he avisado. -Le saco la lengua mientras que le pongo mala cara. -Echo de menos esa lengua. -Me paro en seco, ¿acaso tiene ojos en la nuca? -¿Que cómo he sabido que estabas sacando la lengua? -Realmente estoy empezando a pensar que tiene telepatía. -Eres una inmadura de 26 años, sólo era sumar dos y dos. Y no, no tengo telepatía. -Yo sigo estática en mi sitio, me está empezando a dar miedo.

Reanudo mi paso y lo sigo, la verdad es que no sé por donde está yendo, pero no puedo opinar ya que en todo el trayecto hasta aquí me la he pasado mirando al suelo y a su precioso trasero.

Le observo desde atrás cual psicópata, su manera de andar es tan sexy que no lo entiendo, su ancha espalda parece bailar a cada paso que da, sus manos se mueven con soltura y sus pies firmes solo siguen un camino sin titubear.

Le sigo y le sigo, no recuerdo haber estado mucho tiempo sobre el hombro Devon, el camino que está haciendo ahora es demasiado largo, y me está empezando a dar mala espina. Ni si quiera he visto el club, ni siquiera he escuchado la música a lo lejos y es algo que me parece sumamente raro.

Me planteo en dejar de seguirle, pero ya es demasiado tarde, él, parece haber llegado a su destino.

Demandado [Venganza #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora