29° Cosas de mayores ✅

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Los brazos de Devon me envuelven y creo sentirme mejor así, un ambiente cómodo en mi cama.

—Siento comportarme así. De verdad. —Río mientras me seco las lágrimas.

—Bueno, son cosas de mayores. ¿No? Tenemos nuestras subidas y nuestras bajadas. —Me frota la espalda con su mano.

—Gracias.

—¿Por qué?

—Por estar aquí. —Me regala una sonrisa socarrona

—No tenía otra opción, sino ¿quién me iba a cuidar? —Empezamos a reír y le empujo ligeramente. —Está bien, esta bien. —Deja de reír y adopta una postura más seria. —Puedes contar siempre conmigo. Lo sabes.

Asiento tímidamente.

—Dime una cosa... —Dice. —¿Qué pasaría si tu jefe se entera de que estas saliendo con tu cliente? —Se le forma una sonrisa ladeada.

—Yo no estoy saliendo con ningún cliente.

—Bueno, después de todo este tiempo está claro que nos hemos cogido cariño... Y  después de todos esos besos... —Hombre... coger cariño creo que se queda corto. —De ahí a tener una relación no hay diferencia.—Una sonrisa se me forma en la cara.

—¿Me está pidiendo ser su novia señor Dobrik? —Le vacilo un poco.

—Ya lo daba por hecho, señorita Ferry. —Definitivamente los mayores somos una montaña rusa.

—Yo creo que sí habría diferencia. —Le digo acercándome a él.

—¿Ah si? ¿Cual?

—Pues que... haríamos cosas de mayores. —Me aproximó a su cara y sonrío sobre sus labios.

Mi mano acaricia su pierna y va subiendo hacia su entrepierna.

—A mi me gustan las cosas de mayores. —Acorta la poca distancia que existía entre nuestros labios y me besa.

Me tumba en la cama y se pone sobre mí apoyando su peso sobre sus brazos.

Me inspecciona toda la cara con su mirada y vuelve a besarme, esta vez su lengua roza mis labios los cuales se abren para dar paso a su deliciosa lengua. Ésta acaricia dulcemente la mía fundiéndonos en un beso apasionado y subido de tono. 

Nuestras respiraciones se aceleran una vez despegamos nuestros labios.

Le quito la camiseta como puedo y le admiro. Todos sus tatuajes salen a la luz y creo perderme en ellos.

Me besa el cuello y poco a poco va quitándome la toalla que envolvía mi cuerpo desnudo.

Empieza a recorrer un camino desde mi cuello, bajando por mis pechos y llegando a mi feminidad. Entonces levanta la cabeza e intercambiamos una mirada de deseo.
Abro mis piernas y Devon acerca sus labios a mis labios inferiores. Agarro las sábanas y las estrujo entre mis manos intentando controlar el placer que tengo al sentir su lengua invadir mis partes más íntimas.
De repente, siento como un par de dedos se deslizan dentro de mí. Gimo más fuerte por lo inesperado que ha sido eso.

Sus dedos entraban y salían de mí una y otra vez haciendo que se creara una ola de calor dentro de mí.

Sus movimientos cesaron y le miré casi suplicando que siguiera.

Volvimos a los besos, pero yo quería más, le quería a él.

Entonces no sé cómo cambiamos de posición, ahora yo estaba encima de él.

—¿Vas a tomar las riendas? —Me dijo con voz seductora.

Sin decir nada hice lo mismo que había hecho él conmigo. Dejé un camino de besos hasta llegar a un bulto que ansiaba por salir.

Metí mi mano en sus pantalones y saqué su miembro. Empecé a acariciarlo y  a masturbarlo, escuchaba los gemidos de Devon, y cuando le miré tenía sus ojos cerrados. Entonces supe cómo podría mejorar la cosa.

Lamí la punta de su miembro y sentí como pegaba un respingo a la vez que abría sus ojos. Se mordió el labio y volvió a cerrar sus ojos. Seguí con lo mío.

—Ah... Chloe... Me voy a... —Decidí parar y dejarle descansar mientras le besaba. —Eres perfecta. —Dijo mirándome a los ojos.

Sonreí tiernamente.

Devon me recostó sobre la cama y ahora él estaba encima de mí. Se sacó sus pantalones dejándonos a ambos en una total desnudez.

Frotaba su miembro contra mi feminidad haciendo que deseara quererlo dentro de mí.

—Hazlo ya... —Supliqué entre gemidos.

—Hacer... ¿El qué? —Dijo con una sonrisa perversa.

—Hazme el amor, Devon.

Una vez dicho esto me besó y se metió dentro de mí haciendo que soltará un grito de placer.

—Estas muy mojada. —Dijo con dificultad entre gemidos.

Hacía mucho tiempo que no lo hacía con nadie. Y este era el momento perfecto, en el lugar perfecto y con alguien perfecto.

Nos fundimos los dos en uno solo y gemimos de placer hasta que los dos nos corrimos.

Exahustos, Devon cayó a mi lado y me abrazó fuerte.

—Te quiero. —Dijo algo cansado.

Me mordí el labio sin decir nada.

Ambos nos dormimos cayendo en un sueño profundo del que nos costaría despertar después de lo que acabábamos de hacer.

Demandado [Venganza #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora