Dedicado a: @frzasez
-Ahg... No llego- susurraba yo intentando llegar hasta el libro de geografía.
Nos habían mandado hacer un trabajo por parejas, y Raito y yo nos pusimos juntos, o más bien... Me obligó a ponerme con él. Estábamos en la biblioteca, pero nada más llegar, cogió un libro de la reproducción humana y se puso a leer él solo como si nada. Con los pies sobre otra silla y aislado totalmente del mundo.
Dios.. ¿Por qué tenía que estar ese maldito libro tan sumamente alto? Bueno... A lo mejor era que yo soy bajita pero eso no importaba...
Entonces una mano me acarició la cintura y otra pasó por mi brazo hasta llegar a mi mano y coger el libro que anhelaba.
Me di la vuelta sobresaltada y era Raito.-Ara ara, Bitch-chan, ¿te he asustado? Gomen gomen. - dijo guiñándome un ojo.
-No pasa nada... Esque estaba pensando mucho y no me di cuenta de tu presencia. Gracias por coger el libro, vamos a empe- fui a coger el libro pero Raito levantó el brazo lo más que pudo para que no lo cogiese- Raito, dame el libro, necesitamos hacer ya el trabajo, es para mañana.
-Si te lo doy... ¿Qué gano yo?- dijo con un tono burlón.
-RAITO DÁMELO NO ESTOY PARA JUEGOS... - dije humillada.
-Vaya vaya... Nfufu, Bitch-chan es tan mona cuando se enfada...
-Raito por favor... Dámelo ya- empecé a saltar mientras intentaba cogerlo, pero era inútil, me sacaba tres cabezas... Por lo menos.
-Te lo daré si tú me das algo a cambio.
-El qué.
Raito dejó el libro sobre una estantería y me acorraló con los brazos en otra. Ya seguro de que no tenía escapatoria, empezó a besarme deseadamente hasta quedarnos sin aire. Luego comenzó a desabrocharme los botones de la camisa del uniforme, dejando mi pecho al descubierto.
-Raito para, si nos ven...
-Shhh, tranquila Bitch-chan, me aseguraré de que nadie nos vea. No me gustaría que nos pararan en la mejor parte.
Siguió besándome del cuello hasta el pecho y me mordió en la clavícula derecha. No aguantaría mucho más sin gemir del dolor, así que traté de apartarlo. Pero cada gota de sangre que sacaba de mí, me costaba muy caro y hacía que perdiera cada vez más las fuerzas. Estaba tan débil que no podía mantenerme en pie y perdí el equilibrio. Raito me sujetó por la cintura y me aferró al él hasta llegar lentamente al suelo. Estaba totalmente acorralada en la esquina de la estantería. En un ángulo en el que era imposible que alguien nos viera. Cuando sacó sus colmillos de mi piel, levantó un poco mi falda y se dispuso a lamer y besar mi muslo desde la rodilla y de nuevo lo mordió.
-Raito... No puedo más... Para...
Mis ojos se entrecerraban por las faltas de fuerzas. Entonces vi como apartaba su boca de mi muslo y me besaba dulcemente en los labios. Sabía a sangre, pero no importaba. Era Raito. Noté como me acariciaba la mejilla, abrochaba los botones de mi camisa, arreglaba la falda y me volvió a besar, esta vez fue un pico (un beso muy rápido).
- No me gusta que lo pases mal Bitch-chan, así que por ser tú, me contendré. Solo por hoy, ¿está bien? Pero eso no quita que por la noche sigamos lo que no hemos acabado. Ni si quiera llegamos a la mejor parte.
Después de decir esto, me cogió en brazos como si fuera una princesa y dejó el libro encima mía.
-Descansa, Bitch-Chan.
Y nada más decir eso y besarme la mejilla, me quedé dormida profundamente.