Dedicado a: @samanthagogo0102
Hoy era el cumpleaños de Reiji. Nadie se había acordado, excepto yo. Hace dos días me dijo que como los demás le odiaban, no celebrarían nada y que no me esforzara en convencerles.
No era justo. Sé que con el embarazo (nueve meses ya) no debería esforzarme en nada, además Reiji ya me lo ha advertido muchas veces pero... Le quiero y no puedo evitar sentirme mal al ver que nadie hace nada por él. Así que decidí hacer nuestra propia mini-fiesta.
No podía decorar nada sin que me doliera el vientre o la cabeza, por lo que pensé en simplemente hacer una tarta o un bizcocho tradicional.
Como Subaru y yo somos muy buenos amigos, le pedí que vigilara la cocina para que Reiji no entrase, y aceptó amablemente. También se ofreció a ayudarme con la tarta pero como él no sabe cocinar, preferí que no quemase la cocina y hacer el bizcocho yo.
Ya hecho, Subaru me ayudó a decorar un poco el salón y a poner las velas.-¿Segura que quieres que te deje sola hasta que venga?- preguntó preocupado Subaru.
-Que siii que siii, tú déjamelo a mí. Lo tengo todo controlado.
-Bueno vale. Le diré que hay una cucaracha por aquí y que venga a matarla.
-No va a hacerlo. No es un mata-cucarachas.
-Lo será en cuanto Raito sepa que hay un bicho en la casa. Le tiene miedo a todo tipo de bichos, un día llegó a subirse en la mesa del comedor mientras hacíamos la comida del mes. Solo porque en el suelo había una araña de medio centímetro. Desde entonces siempre le pide a Reiji que mate a todo lo que tenga patas y sea pequeño unas 100.000 veces hasta que acceda.
-Jeje, es bueno saber cómo espantar al pervertido.
-En fin, escóndete. Voy a buscar a Raito y a Reiji.
-Gracias Subaru.
-Hn.
Se fue y comencé a apagar las luces. Me escondí detrás de la mesa y esperé. Un rato después, la puerta se abrió dejando pasar un foco de luz. Entonces encendí la lámpara y grité con todas mis fuerzas "¡Feliz Cumpleaños cariño!" mientras saltaba de mi escondite.
-¿¡Pero qué!?- dijo sobresaltado Reiji.
-Jeje, aquí no hay ninguna cucaracha. Era para que vinieras, mira, esta es la tarta de cumpleaños, de vainilla como a ti te gusta. También he preparado té, tu favorito. Y Subaru me ha ayudado a decorar un poco el salón... Eh... ¿Qué pasa?
Mientras le contaba todo, Reiji tenía la mirada pérdida y con un semblante triste. Me acerqué a él y le acaricié la mejilla.
-¿Esque no te gusta?- pregunté.
-Te equivocas... Es la mejor fiesta que me han hecho. Porque es la única que he tenido- dijo empezando a llorar.
-Reiji...
-Gracias... Gracias... Gracias por darme una familia- dijo acariciando mi vientre- gracias por darme una razón por la cual vivir, gracias por estar conmigo... No sé que haría sin ti... No sabes cuanto te quiero...
Y al terminar la última frase, me abrazó y empezó a llorar como un niño pequeño en mi hombro.
Le acaricié la cabeza como una madre a su hijo. Cuando le tranquilicé, le besé la frente y le acaricié la mejilla suavemente. A lo que Reiji respondió con un tierno beso en mis labios.-Dime por favor, si eres tan amable, ¿qué haría yo sin ti?- dijo con una sonrisa gentil y cálida.
-No lo sé, pero hay cosas mejores que hacer que buscar esa respuesta, ¿no crees?- pregunté con una sonrisa pícara mientras me ponía encima suya.
-Hmp...- respondió acompañando mi sonrisa con otra igual.