Dedicado a: ArySakamaki17
Estaba esperando a Shu. Karl Heinz (su padre) lo había mandado hace una semana al norte para que estudiara. Se supone que volvía hoy o mañana, así que estaba nerviosa. Tenía tantas ganas de verle, de aferrarme a él, de posar mis labios en los suyos de nuevo...
Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta de que Reiji me estaba hablando.
-¿Es que acaso estás sorda?- dijo con un tono molesto.-Ah, perdón... Estaba distraída, ¿puedes repetir lo que me querías decir?
-Hmp... Mira que eres problemática... Lo repetiré una vez más, ¿vale? Ayúdame a limpiar las ventanas, mira se hace así. Coges el paño y lo mojas con un poco de limpia-cristales...
Parecía que me iba a quedar dormida. Después de lo de limpia-critales, lo único que escuchaba era: bla bla bla bla... Y más bla... ¿Esque este hombre no piensa en nada más que en limpieza?
-¡Ya te has vuelto a distraer! ¡Estoy harto de hablarle a la nada!
-Lo siento, esque me parece muy aburrido lo que me estás contando... ¿Esque no tienes otra cosa mejor que hacer que limpiar la casa? ¿No teníais sirvientes?
-Uhmm... Bueno sí... Pero... Pero eso ahora da igual. El caso es que me has desobedecido y recibirás un castigo por tal imprudencia.
Antes de que pudiera hacer nada, Reiji me cogió del brazo y me llevó a su laboratorio. Allí me dijo que necesitaba sangre para un experimento y que ya que le había desobedecido, utilizaría la mía. Me acorraló contra una estantería y empezó a amenazarme con un gran cuchillo.
Aunque intentara huir sería inútil, la puerta estaba cerrada con llave. No tenía ningún tipo de posibilidad para escapar de Reiji.
Pero de repente, la puerta del laboratorio salió disparada contra la pared paralela, destruyendo a su paso algunos frascos y muebles.-¿Qué ibas hacerle a mi novia, fumado de mierda?- dijo Shu entrando a la habitación.
-Tsk... Tan molesto como siempre. ¿Puedes irte? Nadie te ha invitado a pasar.
-¿Y tú puedes callarte? Nadie ha preguntado tu opinión.
Diciendo esto, apartó de un empujón a Reiji y me resguardó entre sus brazos, de forma sobreprotectora.
- Vámonos- dijo Shu aún rodeandome con sus brazos.
Salimos del laboratorio dejando atrás a Reiji y nos dirijimos hacia la habitación de Shu. Cuando llegamos, me aferré a él y comencé a llorar. Sentía cómo me abrazaba y me acariciaba el pelo para tranquilizarme.
-Shh... Tranquila, ya estoy contigo. ¿Ves? No pasa nada.
-Tenía miedo... Mucho miedo...
-Shhh...- dijo antes de besarme tiernamente en los labios.
-Te quiero...
-Y yo a ti... No volveré a irme, estaré a tu lado. No te preocupes...
Y al decir esto, volvimos a fundirnos en otro fogoso y dulce beso.