—¿Crees que nos maten? —preguntó Max.
—¡Claro que no! —le espetó Luna—. Los Salvadores no son malos, creí que ya lo sabías...
—Sí lo sé, pero... ¿Salvadores en Miami?
Max, basándose en la información que tenía de la lista de Pasajeros del Atlantic 316, era el único que vivía en la ciudad de Miami. James y Cooper eran los más cercanos de Florida, después de él.
—No me explico qué hacen aquí —dijo Luna—. Pero debe ser por alguna cosa relacionada con el Triángulo.
—¿Crees que se espanten si bajamos y los sorprendemos?
—Nadie puede sorprendernos, joven Max.
Jeremías había aparecido a espaldas de los dos muchachos, casi en un segundo. Su aparición instantánea fue suficiente para espantar a los dos muchachos, que soltaron un grito bastante sonoro. De los dos, el único que prosiguió con su reacción fue Max, mientras que Luna intentó controlar la velocidad de su corazón y esperó a que Jeremías hablara.
—¿Por qué demonios hacen eso? —le espetó Max al Salvador—. ¿No piensan acaso en mi corazón?
—¿Qué hacen aquí? —preguntó Luna, ignorando las quejas de Max.
—Sí, ¿por qué demonios no aparecieron en los últimos quince días, donde los necesitábamos cada minuto del día, casi?
—Teníamos asuntos pendientes con respecto a la Pirámide —explicó el Salvador, paseándose por la habitación—. ¿En serio vives aquí?
—Pienso lo mismo —le reprendió Luna.
—¿Podemos enfocarnos en los hechos y no en mi habitación, por favor? —se quejó Max—. Jeremías, ¿cierto?
—Así es.
—Seguro están al pendiente de que Luna y yo caímos por la borda del Holandés Errante, y caímos en este año, a la dimensión a la que yo pertenezco... ¿cómo podemos regresar a... dónde sea que estén los demás?
Era la pregunta que necesitaban responder desde el momento en el que se habían dado cuenta del lugar, año y dimensión en la que estaban. Aunque fuera su hogar, Max no pertenecía ahí.
¿Cómo reaccionarían sus padres si lo vieran en esos momentos, con dos años más encima, el cabello largo, la información de años futuros, una chica a su lado, y un hombre que perturbaba con tan sólo mirarlo que resultaba en realidad un ser interdimensional que podía viajar entre cada línea del universo sin problema alguno?
—El Triángulo tiene otros planes —indicó Jeremías.
—¿A qué te refieres? —preguntó Luna.
—No cayeron del barco por accidente, y tampoco llegaron a este punto, en esta dimensión, por accidente —respondió el hombre—. El Triángulo aún tiene planes para ustedes.
—¡Ah, qué bien! —soltó Max—. ¿Ahora qué?
Luna lo miró primero a él, y después a Jeremías. Algo estaba ocurriendo ahí. Algo bastante grande.
—¿A qué te refieres? —inquirió Luna.
—Deben llevar a dos personas de regreso a la Isla.
Si el Triángulo estaba actuando en todo aquello, entonces tenía que ser importante. Dejarle un encargo de tal tamaño a Max y a Luna no era un incidente, tal como el hecho de haber caído por el Holandés al momento de estar dentro del Torbellino.
ESTÁS LEYENDO
Tinieblas [Pasajeros #3]
Science FictionHaber sobrevivido a los peligros del Triángulo, tanto en su interior como en el exterior, fueron un paso más en la travesía que había dado comienzo el 21 de enero. Después de haber salido casi ilesos a la batalla colosal del Puerto, el reducido grup...