James cayó de espaldas, volcando la mesa de una pareja que comenzó a correr al momento de ver que la situación era muy riesgosa, y sintió cómo la jarra de agua crujía a sus espaldas, mojando su camisa, y dándole un frío momentáneo.
—¡James! —Max ya estaba a su lado, intentando levantarlo—. ¡Tenemos que...!
—¡A un lado! —bramó Scott.
Él se arrojó frente a ellos, y logró jalarlos al suelo, al mismo instante en el que una gran mesa cruzaba los aires y se estrellaba en la pared, partiéndose por completo. Si Scott no hubiese intervenido, tanto James como Max habrían sufrido el destino de ser golpeados por el mueble.
Miranda y Han, buscando desesperadamente las armas que habían traído desde el Holandés, se mantenían por debajo de una de las mesas. En cuanto el coreano obtuvo la suya, salió para descargar tres balas en el hombre que se llamaba Kevin Smith. Los disparos no le hicieron ningún daño.
—Típico.
Kevin Smith golpeó a Han, y éste voló por lo aires, cayendo en la barra del mini bar, y rompiendo a sus espaldas toda la sección de licores, así como la infinidad de copas de cristal.
—¡Wow! —bramó Max—. ¡Tienen fuerza sobre humana!
El chico no pudo terminar su comentario, ya que en ese momento una silla, que había sido lanzada por la otra Pasajera, lo golpeó directo en el cuerpo, y terminó en el suelo junto con James y Scott de nueva cuenta.
Dylan ya había sacado la escopeta de energía que tenía en la mochila, y que habían intentado usar contra el Usurpador el día anterior. ¿Estaría ya recargada? Estaba a punto de averiguarlo. En cuanto la tuvo en sus manos, Kevin Smith apareció frente a él, y con un golpe ligero, lo tumbó por los suelos, rodando por los mismos para terminar golpeándose en la pared, unos metros más allá.
La escopeta de energía había desaparecido, bajo los restos de algunas mesas que ya estaban volcadas.
—¿Qué está sucediendo? —soltó Bill, al salir del baño, cuya puerta estaba junto al cuerpo de Dylan—. ¿Chico?
—¡Son los... Pasajeros de esta dimensión... poseídos por alguna clase de poder extraño...! —Dylan se levantó con lentitud. Le dolía el cuerpo, aquellos seres extraños tenían una fuerza increíble.
—¿De dónde salieron? —Bill comenzó a quitarse los guantes y la chamarra.
—De la Isla Opuesta... ahí está el avión de esta dimensión; ¿qué acaso no escuchaste a Owen...? —luego lo miró a los ojos, y vio una risita nerviosa en su rostro—. Demonios, no, te largaste al baño.
—¡No sabía qué era lo que iba a ocurrir!
—¡Cuidado! —gritó Dylan.
Ahora quién volaba por los aires era Dianne. Ella había sido lanzada por Kevin Smith, que parecía estar sonriendo ante los golpes que soltaba. La chica aterrizó encima de Dylan y de Bill, causando que los tres cayeran de espaldas, partiendo la puerta del baño, y fracturando parte de la pared de azulejo de color verde que había en su interior.
—Eso dolió... —masculló Bill.
—¿Estás bien? —le preguntó Dylan a Dianne.
Ella negó lentamente con la cabeza, pero conforme se fue levantando, asintió. El golpe le había dolido, pero pasaba algo extraño por su mente. El dolor se había ido tan rápido como había llegado.
—Será mejor que nos deshagamos de nuestros amigos —dijo Bill, poniéndose de pie, y sacudiendo su cuerpo del polvo que había caído encima de él—. ¿Qué demonios son?
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Tinieblas [Pasajeros #3]
Science FictionHaber sobrevivido a los peligros del Triángulo, tanto en su interior como en el exterior, fueron un paso más en la travesía que había dado comienzo el 21 de enero. Después de haber salido casi ilesos a la batalla colosal del Puerto, el reducido grup...