5

1.6K 206 45
                                    

Owen se rascó la barbilla frente al espejo que había, y después de un par de suspiros, tomó la navaja, y comenzó a rebajar un poco la barba que tenía. ¿Desde cuando no lo hacía? Quizás días. Semanas. Siempre era un buen momento, como decía él, para recuperar el estilo.

—¡Ya quedó!

Se aseó después de eso, y al momento salir de la ducha, tomó su ropa y se sentó frente al escritorio de su cuarto de hotel. Estaba demasiado enfrascado en encontrar una solución al problema que tenían ahora entre las manos él y su pequeño equipo de trabajo.

Tan sólo una semana antes, Owen junto con Johnson y Chase, dos miembros de la MI6, encontraron un hueco en la dimensión, bajo los pisos del Hotel Park Lane, en Londres. Dicho hueco resultó ser un pequeño portal a una dimensión distinta a todas las demás. Una dimensión denominada como la Isla Opuesta. Dentro de ella reinaba el caos, y las tinieblas mismas. El poco tiempo que estuvieron dentro les bastó para averiguar que el avión Atlantic 316 de aquella dimensión, por el cual Blackwood había culpado a los Pasajeros, se encontraba bajo las arenas de uno de sus montes. Eso quería decir que sus dos mil pasajeros debían estar en él, todavía, sumergidos en una especie de sueño que los mantenía fuera del mundo real.

Desde ese momento, Owen se habían planteado el plan de sacarlos de ahí y regresarlos a la normalidad. Poco pudieron hacer después de tal descubrimiento, ya que el portal que los había llevado hasta la Isla Opuesta en primer lugar no duraría lo suficiente para una hazaña de ese tamaño.

Johnson optó por obedecer sus ideas, ya que Owen era el que más experiencia tenía acorde a esas situaciones.

Sin embargo, ya habían pasado siete días, y todavía no tenía en claro qué hacer para poder resolver tal problema. Habían cortado la ramificación que los unía a la Isla, por lo cual, aquella dimensión estaba totalmente fuera del mapa.

¿Cómo volver a unir aquella dimensión con el Triángulo? Se podía ir de la Isla al mundo real, mediante un viaje por la Isla Opuesta, pero... el regreso sería lo interesante.

No había un modo viable de volver a unir lo que ya se había separado.

—¡Oye, Owen! —unos golpeteos a su puerta lo despertaron de sus pensamientos. Se trataba de Chase, el chico novato y tímido que los había seguido durante su Travesía para detener a Aurora—. ¿Sigues vivo? Tenemos dos días sin saber de ti.

—¡Estoy bien! —respondió él.

¿Dos días, ya? ¿Tanto tiempo se había pasado encerrado en aquella habitación sin nada que hacer, sólo pensar en los modos eficientes de unir la dimensión a la Isla, detener a Ben, matar a Aurora y rescatar a los Pasajeros del Atlantic 316? No lo había sentido.

Se levantó con rapidez y le abrió la puerta a su compañero.

—Qué amable —musitó Chase, al entrar—. ¿Has vivido como todo un vagabundo durante los últimos días?

Desde que habían descubierto el portal, decidieron quedarse en el Park Lane por si la anomalía proseguía. Sin embargo, éste se cerró a las pocas horas, cerrándoles el paso a la Isla Opuesta, por ende, al vuelo perdido a partir de ahí. La buena noticia era que Aurora había desaparecido. Sin duda alguna por parte de Owen, estaba en la Isla, o estuvo en la Isla, después de aquella batalla colosal del Puerto. Eso significaba que, por un lado había logrado cometer su prometido, y por otro, que en el mundo real, estarían a salvo.

—He estado pensando.

—Ya sabemos que eres el más listo de nosotros, lo que quiero decir es...

Tinieblas [Pasajeros #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora