Revelación entre Copas

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Desesperado en cuanto entendió lo que estaba haciendo buscó a Jehan y casi a rastras le llevo hasta su casa. Artistas natos, el uno con estudios y el otro con un talento extremo y empírico, pero artistas a fin de cuentas ahora parecían confidentes y fue por esa misma sintonía de almas que fue tan fácil volverse amigos, en poco tiempo parecían que se conocían de toda la vida y casi que quisieran o no se contaban cosas que el mismo escéptico jamás creyó decirle a otra persona, pero Jehan de alguna manera, no era otra persona y en la actualidad le consideró... se podía decir su único amigo, pese a jamás decírselo para evitar comentarios patéticos

Aquella mañana tuvo que decirle como saludo"tienes que ver algo, si me puedo volver loco, he empezado a hacerlo" le advirtió antes que el otro dijera palabra alguna para oponerse y sin más, al terminar la clase del día salieron sin prisa alguna; se cruzaron con el aprendiz de abogado de Courfeyrac, les sonrió ampliamente y antes de siguir su camino giró a preguntarles si irían a la innauguración del bar frente a la universidad el viernes, afirmaron y amplió aún más su sonrisa despidiéndose levantando la mano antes de retomar su camino hacia la facultad de medicina

-Si las ninfas pudieran ser hombres, sé que él sería una o tal vez es descendiente de esos seres místicos- comentó Jehan siguiendo con la mirada al pelinegro- será un peligro cuando sea abogado, alguien tan encantador tiene suerte para convencer, incluso a la persona más reacia- aseguró con las manos a la espalda dando vistazos directos a Grantaire que afirmaba por inercia sin escucharlo

-Es por aquí- le advirtió- procura no hablarle a nadie, podrían comerte vivo- comentó una vez la pulcritud de la ciudad quedaba a sus espaldas y se podía divisar un lugar más descuidado- te advierto algo, si no se te ocurre algo inteligente que decir, pero igual hablas, tu carrera terminará, te partiré la cara de tal modo que nadie tolerará verte- le amenazó realmente inquieto y nervioso logrando preocupar a Jehan que solo guardó silencio

Entraron al edificio y subieron al tercer piso sin decirse una palabra, tras titubear unos instantes abrió la puerta reprendiéndose a sí mismo, si había hecho ir a Jehan era para eso, no era momento para razonar y se hizo a un lado dejándolo pasar primero, Jehan se detuvo en la sala dándole unos segundos para calmarse

 -Necesito un trago- aseguró Grantaire y sirvió dos ofreciéndole uno que el rubio aceptó- sígueme- le ordenó desanimado y antes de encender la luz de la habitación vacía respiró profundo, terminó su vino de una sola bebida y salió de ahí- voy por otro- logró articular una vez Jehan entró a la habitación que se había vuelto el estudio de pintura de Grantaire

-¿Qué puedo decirte? Esto es arte- le aseguró con los ojos miel fijos en el dibujo, le sonrió levemente a un Grantaire más pálido que el papel- somos artistas Grantaire, no sentimos como los demás, somos capaces de apreciar belleza donde la hay y si ha de admitirse, él pareciera tenerla toda- aseguró logrando que el otro reaccionara mirándolo con reproche

-Mide muy bien tus palabras- le advirtió al captar la intensión del mensaje

-Ya lo hice, es un gran dibujo y él una inspiración muy eficiente como para ser capaz de plasmarse en el papel tan fácilmente- comentó entretenido tocando la pintura azul que resaltaba sus ojos en un retrato a blanco y negro

-No tiene sentido... sabía que la universidad no era para mí, 2 semestres y ya estoy loco- renegó por lo bajo

-No tiene sentido porque no tiene que tenerlo- se explicó sin apartar la mirada de los ojos del dibujo

-Claro que sí, si hay algo que siempre he tenido claro es lo que soy, incluso cuando pareciera que no y sé que no soy un maricón, me encanta la bebida, la buena vida, las peleas y un buen par de tetas a la vista- le aseguró como si tuviera que convencerle de algo, logrando que Jehan riera divertido

-Dudo que Enjolras tenga- comentó sentándose en el suelo con la gracia del viento- no digo que lo seas- corrigió logrando que Grantaire odiara la calma con que hablaba el rubio, aunque oír aquel comentario casi logró apaciguar la confusión que tenía el pelinegro en ese momento- pero- incluyó y sonrió arrugando la nariz en cuanto el pintor bufó molesto- arriesgándome a un golpe, te explicaré de todos modos, no porque te atraiga alguien del mismo sexo tienes que serlo, te pueden seguir gustando las mujeres del mundo sin problema, solo es como si esas personas lograran que lo olvides- le explicó apoyando los brazos en el suelo para quedar viendo el techo- la verdad es que le roba el aliento a cualquier persona que intente sostenerle la mirada- admitió tras un suspiro que logró hacer fruncir el ceño al pintor

-Hablas como si te gustara- acusó sintiendo una punzada en el estómago, aquella idea no le agradó, le disgustaba, incluso más que aquella teoría de ser heterosexual con debilidad hacia el ojiazul de la clase de los miércoles

-Te equivocas mi amigo- aclaró volviendo a erguirse en su lugar- pese a lograr robar alientos es demasiado serio y estricto con los desconocidos como para deslumbrarme, sin duda alguien digno de admirar y contemplar no lo niego, pero sí de verdades hablamos, es fácil dejarme encandecer por otro tipo de hombres- admitió con tranquilidad dejando sin que decir al audaz pintor

-¡OSTIA PUTA!- logró articular- ¿te gustan los hombres? Ni siquiera sé porque me sorprendo, pero ¿te gustan los hombres?- insistió llevándose las manos a la cabeza, casi 30 segundos de silencio y era lo único que pudo articular pero por más que se esmeraba en terminar una frase todas quedaban en el aire

-Me gusta la belleza, Grantaire- aclaró con los ojos entrecerrados casi ofendido terminando su copa de vino- esta conversación jamás es corta, vamos por otro trago y te aclaro como funciona nuestra mente inspirada, ya que al parecer tú ni siquiera te has dado el tiempo a conocerla- le propuso saliendo de ahí para entrar a la pequeña cocina

Sacó la botella y volvió a la sala/habitación acomodándose en el sofá que hacía las veces de cama, para servirse otro trago

-No me restrinjo, no podría, es como perderte la mitad de la vida, eso tampoco quiere decir que todo lo que se cruce en mi camino logra algo, y tampoco que haya tenido algo con un varón, ¿entiendes?- le preguntó y pese a negar, supo que sí lo había hecho- por las inspiraciones- brindó volviendo a ver el techo del lugar- no creí que le tuvieras tan memorizado- admitió tras exhalar la primera calada del cigarro que le extendió Grantaire- si tienes suerte, le superarás pronto- le prometió logrando que los ojos oscuros del pintor destellaran, llenó la copa de ambos y así siguieron bebiendo y hablando hasta el amanecer

Se escuchó el maldecir de Jehan al salir a la calle con resaca y ser recibido por la luz del medio día así que con prisa de volver a su piso, se despidió recordándole que ese días se verían en el nuevo bar frente a la universidad, "nada mejor que el alcohol para alivianar los efectos del mismo" bromeó antes de maldecir de nuevo y emprender camino a su piso

Lo vio irse con prisa y segundos más tarde le seguía para acompañarlo a salir del barrio sin que le pasara nada y pocas no fueron las veces en que le fastidió por el entusiasmo de ir a la inauguración, sin embargo obtener una mala reacción de Jehan parecía ser imposible, al contrario, le daba la razón y aportaba a sus puyas riéndose de sí mismo al admitir que estaba ansioso por ver quienes iban, así no era divertido fastidiar a alguien, pero finalmente podía volver a su descuidado piso, tirarse en el sofá y dormir para no pensar ni plantearse la teoría de Jehan

Amor Platónico [Pendiente edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora