Amor Platónico [Pendiente edición]

Habla el Silencio

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Hola, Advertencia: Cap subido de tono... no llega a +18... pero tal vez +16 y no, no es +16 enjoltaire (PORQUE LA MUSA NASTIA NO ME DEJA!! ¬¬ )... a quien le incómode puede seguir al sgte cap, lo q pasa en este igual se entiende en cap más adelante

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Mientras Enjolras y Grantaire intentaban convivir en el piso del rubio, Courfeyrac se encontraba incapaz de hablar con Jehan que le miraba con cariño andando lado a lado. En ese momento, Courfeyrac le recordaba un cachorrito bajo la lluvia y sin a donde ir, pero respetaba su silencio, notando recién que sin su sonrisa cálida, su mirada brillante y picardía natural, lograba ver al hombre que ya era, cuando sonreía aún conservaba algo de adolescente, pero ante la seriedad del caso, sus 21 años eran notorios e incluso así, le tentaba; le prefería alegre y con ese excesod de confianza tan envidiable y desbordante que se tenía, pero meditabundo y humano también le agradaba, sonrió bajando la mirada y justo cuando habían llegado a su piso le vio dudar

-No quiero entrar- admitió el abogado sin quitar la vista de la puerta- vamos a tu piso- le propuso y el poeta afirmó para regresar las calles que debieron tomar para ir a su piso sin decirse más- creí que Ferre moriría- fue lo primero que dijo en cuanto entró y pese a la oscuridad de su rostro se forzó por sonreír- pero al menos está bien- agregó forzándose a calmarse y Jehan vio oportuno un abrazo

No se equivocó. Cuando sus brazos le rodearon, tal como un cachorro asustado Courfeyrac se aferró a él quedándose completamente inmóvil ante su protección, a lo que Jehan no se aguantó, le fluyó como le fluían las palabras cuando las musas hablaban y le besó la coronilla de la cabeza deleitándose con la risita que dio el pelinegro por respuesta. Le hizo saber que ya podían apartarse, inhaló con calma y le soltó siendo imitado por Courfeyrac que le sonrió al volverse a ver a la cara

-Tu piso es místico- admitió el ojiverde caminando por ahí, viendo la decoración con plantas, se dejó caer en el sofá y se sentó a su lado el poeta que soltó su cabello tentando al abogado de enredar su mano en ese cabello avellana- te juro que es envidiable- comentó como si nada

-El cabello lizo, no es lo tuyo- aseguró el poeta sacando un cigarro que casi le cae de la boca al sentir como Courfeyrac jugaba con su cabello- ¿gustas?- le propuso ofreciéndole uno que el pelinegro aceptó sujetándolo entre los colmillos mientras Jehan encendía el propio y le pasaba el fuego para prenderlo- debería dejarlo, últimamente fumo demasiado- comentó tras la primera calada viendo el cigarro entre sus dedos

-Yo bajarle a las dosis, vivir solo afecta, te hace pensar demasiado, fumar con Enjolras y Combeferre cerca era imposible, Ferre dejó de fumar cuando empezó a estudiar medicina, a veces vuelve a hacerlo cuando está estresado, pero igual es menos de los que fumo yo y ya con ellos dos en contra al tabaco, debía huirles para hacerlo, ahora... pues tengo todo un piso para hacerlo- admitió nada orgulloso de eso- este y ya, solo sería uno en la noche- le propuso y el poeta afirmó exhalando el humo al mismo tiempo que el pelinegro

-Me sirve de inspiración- le admitió viendo sus ojos verdes para comprobar que no necesitaba el tabaco, cuando le tenía cerca, su mente recitaba sola- al menos en las noches solitarias y frías, un cigarro te da la compañía necesaria- explicó recogiéndose sobre sí mismo sin quitarle la mirada de encima, no podía, simplemente le tenía hechizado y su teoría de estar ante el descendiente de una místico ser de la mitologia le parecía racional

-Jamás he leído nada de lo que has escrito, ¿no tienes nada aquí?- indagó requisando el piso antes de ahogarse hasta toser por la calada que dio mientras hablaba, cuando la tos pasó soltó a reír- nos estamos matando Jehan- le aseguró y fue demasiado para el artista