Encontrando Motivación

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Se arregló, con su chaqueta verde maldiciendo porque lloviera, tomó otra cerveza y antes de irse volvió a la sala de arte dando un vistazo a su nueva adquisición decorada de las cervezas y colillas de la noche anterior, les sonrió con gusto y salió de ahí rumbo a la universidad, llegaría tarde, pero con el desánimo que tenía, el profesor antes debería agradecer que se presentara, se decía para no acelerar el paso, finalmente divisó la universidad y estuvo tentado de irse, hasta que, tal como diría Jehan, el destino se rio de él

Al otro lado de la acera, esperando que pasara uno de los carros, estaba Enjolras, con el agua por la cara como todos y el cabello relativamente mojado insistía en dejarle caer un par de mechones sobre la frente, llevaba chaqueta roja, esa chaqueta roja, el pintor inhaló profundo, guardó las manos en los bolsillos y encorvando la espalda, avanzó más lento aun reparándolo del otro lado de la acera

Chocó hombros con algunos de los estudiantes que entraban al campus sin siquiera darse cuenta por llevar la vista fija en la mancha roja que cruzaba la calle con el mismo gesto de siempre, llevaba prisa y mirada alerta como si fuera al acecho de alguien e intrigado en saber lo que hacía, Grantaire no se resistió a seguirle con la mirada; por un momento casi le saludó pero en cuanto su mano hizo el intento de levantarse, Enjolras pasó por su lado sin siquiera notarlo haciéndole sentir tan invisible que solo se desacomodó el cabello y le siguió los pasos

Rodó los ojos cuando escuchó la voz de Courfeyrac llamar al rubio que se detuvo súbitamente y le buscó con la mirada, el sabueso había dado con su presa, o bueno, en este caso, con su compañero de cacería; le esbozó una sonrisa apenas notoria y hablando a saber qué avanzaron hacia el aula hasta que una desconocida de ojos hermosos y brillantes les dedico una sonrisa tímida acomodando su cabello y Courfeyrac desapareció del lado del ojiazul que ni siquiera se percató de la presencia de la joven

Bajo el pensamiento de posiblemente envidiar a Courfeyrac e incluso a Combeferre, Grantaire retomó su camino tras el rastro de Enjolras que aún no lo determinaba, iban tarde, era obvio que tuviera prisa, pero él solo podía pensar en cuanto tiempo tendrían que haber sido amigos para lograr que la expresión del rubio cambiara al verles, era obvio que se conocían de años, tenía que ser así, porque era claro que Enjolras no le veía necesidad a hablarle a desconocidos si no era con fines específicos

Grantaire mismo había comprobado esa realidad, un par de veces desde que amanecieron los cinco en el apartamento de Jehan intentó banalmente hablarle, pero las respuestas eran monosilábicas y cortaban la conversación a la tercera o cuarta interacción, siempre y cuando no riñeran por choques de ideologías, en esos momentos podía capturar toda su atención y tenerle el tiempo que fuera, pero aquello rara vez pasaba, Grantaire odiaba participar en clase, pero apreciaba los pocos debates en que había terminado casi gritándose con Enjolras al punto de contradecirle por simple diversión

Era un pasatiempo electrizante, tenso, idílico, fascinante pero sobretodo, desgastante; no resultó ser fácil de silenciar, tenía el conocimiento de las personas que han tenido tutores de más, volviéndolo un digno rival; por eso mismo es que muchas veces al volver a casa retomaba lecturas incluso sobre temas que no le importaban, todo fuera para tener argumentos sólidos que pudieran cuestionar la opinión bien fundamentada de Enjolras y así, pese a sus días sin ganas de existir, parecía cobrar vida una vez empezadas las clases del miércoles

-Grantaire- escuchó de la nada saliendo abruptamente de todo pensamiento para encontrarse con la ceja enarcada y la mirada celeste de Enjolras fija en él- ¿me estás siguiendo?- le preguntó extrañado y solo subió los hombros intentando recordar cómo se hablaba- no, solo estás ebrio- comentó con despotismo al verlo zigzaguear y obtuvo por respuesta una sonrisa burlona, la verdad es que si, estaba borracho- ni siquiera deberías venir a clase en ese estado- le reprendió

-Y ¿perderme la posibilidad de escuchar tus desvaríos?- respondió finalmente alcanzándole sin quitar la sonrisa del rostro, al contrario, ensanchándola al mismo tiempo que el gesto de Enjolras se volvía más severo- comienzo a creer que tienes un problema muy serio con el color rojo- le aseguró adelantándolo antes de terminar caminando lado a lado- o tal vez eres tan radical que una vez te gusta algo no permites que se aleje de ti- se planteó tentado de tal pensamiento y solo lo escuchó bufar, sonrió de nuevo distorsionando las distintas situaciones en que aplicaría la frase que acaba de decir- ¿tendremos el privilegio de verte algún día sin algo rojo?- le insistió logrando que se detuviera y volviera a verle

-No lo creo- se limitó a responder y retomó el camino empezando a subir las escaleras del segundo piso para ir a clase- tal vez el mismo día en que a ti no se te vea ebrio, ¿venir a clase ebrio? Eso tiene que ser bajo incluso para ti- reprochó con una expresión de desaprobación y rechazo

-No te preocupes por mí, sé lo que hago, es una noble causa, bebo por las almas que no lo hacen- respondió en burla atreviéndose a apoyarse en su hombro, el mismo que Enjolras retiró inmediatamente- igual no me quejo, que siempre tengas que usar algo rojo sirve de punto de referencia- concluyó esperando tener otra respuesta, pero aquello no llegó, solo se escuchó un suspiró pesado por parte del rubio que hace unos segundos no le prestaba atención- ¿Qué ocurre Apolo?- preguntó intercalando la mirada entre él y la puerta

-No tenemos clase- se limitó a decirle y girando sobre los talones dejó al pelinegro viendo el pasillo solo escuchando el eco de los pasos alejarse

¿Qué haría 3 horas libre? ¿Por qué no veía a Jehan? ¿Acaso el maldito sabía que no había clase y no le aviso? Renegó y retomó camino de regreso al primer piso intentando saber que haría ese tiempo, pasó por el lado de Enjolras y Courfeyrac que se habían encontrado en las escaleras, verlos le recordó la pregunta de Enjolras cuando le llamó e intentó recordar algo que no fueran sus pensamientos ¿Cómo sabía que le seguía? Aparentemente debía parecer que iba a clase tal como él; volvió la vista a ellos, pero consciente de estar abrió, mal dormido y cansado, supo que no recordaría nada, así que retomó su camino alcanzando a escuchar lo que harían ese par en esas tres horas

-Pues nada, es hora de conocer al grupo de debate, vamos que Flouransse me dijo que los conocía- le dijo sin más Courfeyrac a Enjolras

-¿Quién es Flouransse?- se preguntó el rubio y bajo la sonrisa pícara de Courfeyrac supo que prefería no saber

Amor Platónico [Pendiente edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora