CAPÍTULO 3

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Me postré en la entrada del apartamento. Es pequeño, acogedor y muy aseado. Sus paredes son blancas, las ventanas de la terraza parecen espejos relucientes y las baldosas son tan brillantes como la luz de la lámpara que está en la sala.

¡Adelante! Me dice extendiendo sus manos hacía adentro.

Doy unos pasos y me siento en el mueble que está cerca a la ventana

¡Y ¿tus padres?! Pregunto mientras termino de reparar su acogedor apartamento

¡En su casa, yo vivo solo! Suelta dejándome los ojos como plato

¡¿vives solo?!

¡Si! -Contesta escapándosele una pequeña sonrisa-

¡Vaya! -Exclama mi subconsciente- mientras mi "yo interior" le pide que no piense nada estúpido ¡Debe ser genial vivir sólo ¿ah?! -le digo acomodándome el copete-

¡No sabes cuánto eh! -Dice quitándose sus zapatos NIKE-

¡Si quieres puedes quitarte los tuyos!

¡No te preocupes, me las quito ahorita! -apoyo mi cabeza en mis manos que a su vez están apoyadas en mis rodillas-

Antonio camina hacía el pasillo y se dirige a su cuarto.

¡CHRISTIAN! -grita a los cinco minutos-

levanto mi cara un poco soñolienta esperando a que vuelva a llamarme para asegurarme que no lo estaba soñando.

De repente sale del cuarto descamisado con una camisilla en sus manos

¡Ven, acá está el computador! Exclama.

Me levanto del mueble y me dirijo hacia el cuarto

¡Cierra la puerta para que no se salga el aire! Me pide mientras se sienta en la silla del computador.

Cierro la puerta y camino hasta donde está sentado

¿Por dónde comenzamos? ¡Porque la verdad es muy larga! Dijo rascándose la cíen.

Contesta al segundo

¡Por el principio! Dice irónicamente.

Le doy un golpecito en la cabeza y recojo mis brazos quedándome de pie

¿por qué no te sientas?

¡¿En tú cama?!

¡Si quieres, igual allá al lado del escaparate hay una silla!

¡Está bien!

Opto por la silla, me siento a su lado y espero a que me diga que hacer.

¿Qué me cuentas? ¡Háblame de ti!

Exclama dejándome en shock.

¿Qué querrá saber de mí? Mi subconsciente queda perplejo, mientras mi yo interior enumera cada una de las cosas que va decir.

¡Em, ¿qué quieres que te cuente?! Lanzo mi más honesta respuesta.

La verdad mi "yo interior" había quedado tan perplejo como yo y mi subconsciente. -esboza una pequeña sonrisa-

¡No sé, ¿cuántos años tienes? ¿cuánto mides? ¿tienes novia? ¿con quién vives? ¿qué te gusta hacer?! Dice mientras habla por chat.

¡ah, pues mira, tengo 19 años y creo que mido 1,64 de estatura, vivo con mi madre y un hermano, me gusta mucho tocar la guitarra! Contesto, respondiendo una a una sus preguntas

¡ok! ¿Tienes novia? ¡No me respondiste! Espeta rápidamente

¡No, no tengo! Le suelto, intentando controlar a mi subconsciente que salta de la angustia

PROMETO OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora