CAPÍTULO 6

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Es miércoles por la tarde. La hora exacta para hablarle a Verónica. Saqué mi teléfono y le marqué

¡Hola! -contestó una voz masculina-

¡¿Puedes ser tan amable de pasarme a Verónica?! -exclamé controlando mi ira al darme cuenta que se trataba de su ex-

¡¿Por qué mejor no te buscas un noviecito y dejas a mi novia en paz pedazo de marica?! -dijo un poco grotesco-

¡Vez a joder a tu put...!

¡PI, PI, PI! Colgó.

La ira me invadió aún más. Pensé en mil cosas. Estaba eufórico. Me levanté de la cama y me coloqué una chaqueta, estaba decidido a enfrentarlo de una vez por todas, quería saber si se sentía tan "Hombre" como para decirme lo que me había dicho en la cara. Agarré un taxi y me fui a casa de Verónica

¡quédese con el cambio, no se preocupe! Le dije al chofer al bajarme, caminé hasta la entrada y toqué la puerta

¡Pam pam pam!

¡Verónica! ¡Verónica ábreme la puerta! -gritaba- ¡Verónica!

¡Chris, Chris vete por favor, hablamos más tarde. Yo te marco en la noche ¿sí?! Dijo verónica abriendo la puerta

¿Qué tienes en la cara? ¡No me digas que ese...! Abrí la puerta con fuerza y pasé a la sala.

¡Espera, ¿qué te pasa? ¿quién te crees para entrar así?! -Dijo una voz que salía del primer cuarto-

¡¿que quien me creo? ¿quién te crees tú HIJO DE PUTA?!

Me abalance hacía él dándole un golpe en la cara

¡CHRISTIAN! -Gritó Verónica asustada-

Samuel calló al suelo y más atrás me fui yo

¡NO TE ATREVAS A VOLVER A PONERLE UN DEDO ENCIMA A VERÓNICA!

¡Paf! Le suelto otro golpe

¡CHRISTIAN PARA! -volvió a gritar Verónica- corrió hacía mí y me apartó, pero en un descuido caigo al suelo a lo que Samuel se abalanza sobre mí y comienza a golpearme

¡YO HAGO LO QUE SE ME DA LA PUTA GANA, OISTE MARICÓN! -Gritaba- ¡NO ME JODAS!

Se levantó y agarró del brazo a verónica

¡Dile ya a este Marica que se valla de aquí! -Le ordenó- ¡Ah y otra cosa, que no te vuelva a buscar ¿ME ESTAS ESCUCHANDO? ¡Que sea la última vez que te vea con esta fresita!

¡Chris, Chris levántate! Me decía verónica al verme tirado en el suelo ¡Christian por favor, te tienes que ir!

Me ayudó a pararme y me dijo que me fuera de su casa

¡¿Es lo que quieres? ¿O sea que ya elegiste entre él y yo?! -exclamé impotente-

¡Si Christian, vete por favor!

Salí de su casa y caminé hasta un pequeño parque que estaba cerca. De repente me suena el teléfono

¡Es, es Antonio! -susurré- presioné el contestador y me acerqué el teléfono lentamente a mi oreja para no lastimarme

¡Ho-hola!
¡Hola Christian, ¿Estas bien?!
¡Si, si estoy bien ¿y tú? ¿cómo estás?!
¡Bien, Extrañándote!
¡Yo también he estado Extrañándote! Le suelto mientras mis lágrimas recorren mis mejillas
¡¿Estás llorando? ¿Dónde estás?!
¡No te preocupes, ya estaré bien, no tienes que venir, estas muy lejos y ya es algo tarde!
¡Eso no me importa, me importas tú, dime, yo llego enseguida!
¡En la Avenida, estoy en la avenida!
¡Está bien, ya voy para allá!

Colgué el teléfono y caminé en busca de un cigarrillo

¡Deme una caja de Looky Strike! le pedí al tendero
¡Y una mechera para encender me hace el favor!

Me llevé uno enseguida a la boca y lo encendí, caminé hasta la avenida y me senté en una de las mesas de un restaurante que estaba cerca

¡¿Desea comer o tomar algo?! -Exclamó el mesero-
¡No gracias, yo lo llamo si deseo algo! -contesté sin darle la cara-

saqué otro cigarro y me lo llevé a la boca mientras esperaba a Antonio.

El taxi se estacionó en toda la Avenida, me levanté de la mesa en el que estuve sentado por más de media hora y caminé hasta él. Antonio se bajó apenas pagó el taxi y al verme me abrazó.

¡¿qué te pasó en la cara? ¿Porque estas todo golpeado?! -preguntaba un poco inquieto-
¡Me peleé con el ex de Verónica!
¡¿quieres ir a otro lugar?!
¡Está bien, vamos! caminé hasta donde estaba sentado y agarré la caja de cigarros
¡¿Se va?! preguntó el mesero
¡Si, ya...! -Alcé la mirada- ¡Ya..., ya me voy, Gracias!
¡No se preocupe, aquí siempre a la orden!

Antonio se acercó y me dio un beso en el hombro ¡¿Nos vamos?!
¡Si, ya vamos! -contesté nervioso-

PROMETO OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora