CAPÍTULO FINAL

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Muchas veces vamos por la vida sin tener un rumbo fijo. Llegamos a un destino, nos estacionamos y hasta nos permitimos entrar para ver que encontramos, sin embargo, salimos sin nada y peor que como entramos, sin saber qué es lo que queremos, sin saber qué es lo que buscamos.

He vivido varios pasatiempos en mi vida pensado que podrían ser para siempre y he vivido muchos para siempre que pensé que serían solo pasatiempos. Me he dado el lujo de reír, de llorar, de vivir los momentos, sin embargo, no entiendo este vacío que me quema el alma, quizás es de tanto buscar a la persona indicada, quizás por vivir esperándola tanto tiempo, o quizás por no permitirme vivir lo suficiente a pesar de ser optimista. Vivo la vida pensando que algún día alguien llegará y cambiará el rumbo de mi destino de un plumazo. Que abrirá las puertas que en todo el camino había encontrado cerradas y me permitirá sentirme pleno a su lado. Entonces creería que sería todo. Que me sentiría bien y no tendría que esperar otra cosa más para sentirme mejor.

¿Pero qué pasaría si no era lo que había estado esperando? ¿Qué pasaría si no es otra persona la que necesitaba para sentirme bien? Entonces tendría que obligarme a estar sólo y darme cuenta de que la única persona destinada a estar de por vida conmigo, soy yo mismo. De que sólo, también puedo abrir muchas puertas y no solo eso, también podría llegar a sentirme pleno y, en ese sentido podría encontrarle lógica a todo. Si no he aprendido a amarme, si no he aprendido a estar solo ¿cómo puedo pedir algo que según la ley de la vida no me he ganado?

...

El juez ya tenía una decisión. Pasamos nuevamente a la corte y nos sentamos en nuestros respectivos puestos. Yo seguía igual, desinteresado ante la situación.

¡ANTE LA DECISIÓN DEL EMPRESARIO MARCO STYLIMSON DE RETIRAR TODO CARGO CONTRA EL JOVEN CHRISTIAN FERRER Y TENIENDO EN CUENTA DE QUE SE TRATA DE UN DELITO QUE DEBE SER DEBIDAMENTE PROCESADO, SE LE OTORGAN 4 AÑOS DE PRISIÓN POR EL DELITO DE ROBO! -Dictó el juez-

¡CON ESTO CERRAMOS LA CORTE!

Mi abogado sonrió y me abrazó.

¡No te pudo ir mejor Christian, sonríe, solo serán 4 años! -

Lo miré con un poco de sarcasmo

El fiscal rápidamente ordenó a trasladarme a la cárcel donde permanecería encerrado.

Pedí que me llevaran hasta donde estaba Marco.

Me miraba sin decir alguna palabra.

¡Tiene que creerme, todo fue una trampa! -le dije-

¡No empeores la situación, por favor Christian! -contestó-

hizo un gesto de nobleza y salió del tribunal.

Y entonces las noches comenzaron a ser eternas y los días un nuevo comienzo, una nueva batalla. El tiempo junto con la vida me fueron moldeando y, no me arrepiento de ser yo a pesar de todo. No me arrepiento porque las cosas de las que he sido testigo me hacen entender que a veces el sufrimiento es necesario para despertar en esta vida.

..

Tiempo Después

¡Por lo menos ya estoy libre! -Contesté a mis adentros al ver las calles de la ciudad.

Isabella me estaba esperando en la salida, todo el tiempo que estuve encerrado no hubo un día en la semana en la que no me visitara. Siempre tenía algo que contarme. Empezando en que un año después de mi condena el Sr Stylimson había muerto a causa de un preinfarto. Sus hijos como era obvio se vinieron a vivir al país para hacerse a cargo de todo. Rubén había logrado obtener el cargo que siempre quiso, sin embargo, no le duró mucho. Rodrigo -uno de los hijos de Marco Stylimson- se dio cuenta que había estado robando desde hace un buen tiempo y que por eso la empresa se estaba viniendo a pique. Como era de esperar lo habían metido a la cárcel y por suerte no a la misma donde yo me encontraba. Isabella se había hecho novia de Rodrigo lo cual meses después de que vendieran la empresa se casaron y tuvieron un hijo. La empresa cayó en manos de Marco -el jefe de industrias y comercios- el mismo que me había presentado Marco Stylimson. El que fue una vez mi jefe. Desde entonces ya no era Marketing Agency sino Industria Moderna. De Antonio no volví a saber nada. Isabella me sugirió varias veces que me contactara con él y lo hice. Lo llamé a pocos meses despues de que me hicieran nuevamente la audiencia y confirmaran que realmente se trataba de una trampa, Isabella siempre estuvo ayudándome a conseguir pruebas, en fin, mi condena había terminado, pero ya había pasado 3 año y 3 meses. Un largo tiempo en donde me permití conocerme y ser mejor persona.

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