18.

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-Sí, Bonnie – afirmé en voz baja. Liam me miró sin quitar su cara de sorpresa, para que luego de unos minutos, frunciera el entrecejo con obvio disgusto. Me mordí el labio inferior.

-¿Así que en serio intento hacer algo contigo? ¡Ves! ¡Te lo dije! – mi novio soltó un bufido de disgusto, al mismo tiempo que me tomaba de la mano. Solté un suspiro tembloroso.

-E-ella... Ella me escuchó hablando con Harry acerca de ti – Los ojos marrones de Liam se abrieron casi exageradamente. Bajé la mirada con tristeza.

-¿Hablando de mí? ¿Con Harry? ¿Y ella te escuchó? – Liam realmente parecía confundido.

Suspiré.

-Es que, cuando te fuiste, tuve que bajar a cenar. Entonces la señora Swan empezó a preguntarme que quería ser después del colegio. Yo le contesté y todo, y de repente mi madre salió con el tema de que no tengo novia. Y entonces, comenzaron a hablar diciendo que yo soy muy guapo, y que es muy raro que no tenga novia, y mi mamá dijo que ella esperaba que yo terminara con Lily. Aunque no creía que fuera lo ideal para mí. ¡Y Bonnie dijo que ella tampoco estaba en una relación! Y le preguntó a mi madre si ella calificaría como una "buena chica".

Liam negó con la cabeza. Sus lindos ojos marrones mostraban preocupación, por lo que no me pude evitar tocar su hermoso rostro con una de mis manos, acariciando su mejilla con lentitud.

-¿Qué fue lo que le respondió tu madre? – me preguntó con un hilo de voz. Me mordí el labio inferior con tristeza. Se notaba a kilómetros cuanto le molestaba y dolía preguntarme eso.

Ya que Liam jamás sería aceptado de esa manera por mi madre.

-Que ella era perfecta – susurré con la pena marcada en mi voz. Liam hizo una mueca de tristeza, para luego levantarse de la banca y quedarse parado frente a mí.

-¿Y qué significa eso? – me preguntó con voz quebrada. Sentí mi corazón encogerse bajo su triste mirada -. ¿Qué tu madre la quiera a ella para ti, significa algo? – negué con la cabeza, sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas.

-¡No significa nada! – chillé histéricamente. Acercándome a él. Lo tomé de las manos, e hice que me mirara fijamente –. Lo que mi madre desee que yo tenga con esa... Chica, no significa nada para mí. Yo te amo a ti. Únicamente a ti.

Solté sus manos para luego tomar su rostro entre mis manos y besarlo con dulzura. Haciéndole saber lo mucho que le amo.

Sus manos cálidas me tomaron de la cadera con suavidad, acercándome todo lo que podía a su cuerpo, mientras sus labios devoraban los míos. Lo amaba mucho. Definitivamente más de lo que puedo soportar.

Nos separamos cuando nuestros pulmones comenzaron a llamar nuestra atención, haciéndonos saber que necesitábamos oxígeno para seguir viviendo. Sus ojos marrones me miraban fijamente. Divididos en la ternura y el amor.

-Te amo – susurró en voz baja. Le sonreí con las lágrimas brillando en mis ojos.

-Yo también te amo – le respondí, sintiendo como cada una de las palabras que pronuncié se clavaba dentro de mi corazón, sintiéndolas dolorosamente reales.

Ambos entrelazamos nuestras manos y volvimos a sentarnos en la banca, con mi cabeza apoyada en su hombro y su brazo derecho rodeándome el cuerpo.

-¿Qué sucedió entonces? – me preguntó dulcemente. Lo miré con la duda pintada en mis fracciones al no entender a lo que se refería –. Cuando ella te escuchó hablar – me explicó con paciencia.

Tal vez, pude evitarlo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora