19.

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 La cara de mi madre era un auténtico poema. Sus ojos azules parecían que en cualquier momento se saldrían de sus cuencas. Mordí mi labio inferior con fuerza, sin saber muy bien cómo enfrentarme a todo lo que se avecinaba.

-¿Qué demonios significa esto? – murmuró mi mamá, con la voz aterradoramente baja. Sentí los dedos de Liam luchando para soltarse de mi mano. Seguramente creía que era mejor mantenernos separados. Sin embargo, estreché su mano con aún más fuerza.

-Creo que es obvio lo que significa – dije con voz clara. Mi madre abrió los ojos en demasía, como si no pudiera creérselo –. Liam y yo estamos juntos. Juntos como pareja – solté de golpe.

Liam se tensó completamente a mí lado. Tragué con dificultad, observando los rostros consternados de mis padres. Que parecían haberse quedado completamente sin habla.

-S-señores... Eh, yo les aseguro que yo realmente a-amo mucho a Niall y la verd...

-¡¿Pero qué diablos es lo que estás diciendo?! – chilló mi madre, sobresaltándonos. Liam se encogió en su lugar, asustado -. ¡No puede ser así! ¡Mi hijo no puede ser un maldito marica! ¡No te lo consiento, Niall Horan! ¡Ningún hijo mío será maricón! ¡Ninguno! – Parecía que mi madre lo único que deseaba era golpearme –. ¡Y aléjate de él, maldita sea! – Gritó con fuerza, tomando mi brazo, alejándome bruscamente de mi novio.

-¡No! ¡Mamá, suéltame diablos! – grité soltándome de su agarre, pero casi sin darme cuenta sentí una bofetada impactándome en el rostro. Fue instantáneo. Los ojos se me anegaron de lágrimas por el dolor agudo que me atravesó.

Por un momento, todo se quedó en silencio. Mi madre respiraba dificultosamente, con las manos convertidas en puños. Mi padre me observaba como si no pudiera creérselo.

Sentí las manos suaves de Liam acariciando mi rostro suave y amorosamente. Levanté la mirada y me encontré con los ojos anegados en lágrimas y restos de ellas en sus mejillas de porcelana.

-¡Te he dicho que te alejes de él, maldito marica! – volvió a gritar mi madre, volviendo hacia nosotros.

-¡Basta ya, Maura! – gritó mi padre, poniéndose entre nosotros y mi mamá. Evitando que se nos acercara más.

Los ojos de mi madre se clavaron en los de mi padre, como si no pudiera creer que este nos estuviera apoyando a nosotros.

Sentía las lágrimas calientes deslizarse por mis mejillas y las manos fuertes y cálidas de Liam apretando las mías, intentando calmarme y hacerme ver que él está conmigo.

-No puedo creer que consientas esta asquerosidad – murmuró mamá con voz trémula.

-Y yo no puedo creer que digas eso de nuestro hijo, Maura – dijo mi padre. La decepción se escuchaba claramente en su voz. Liam volvió a tomarme de la mano, ambos enfrentando a mi madre, que nos miraba son podérselo tragar.

-Ningún hijo mío será marica. Ninguno – dijo, cada vez más enfadada.

-Niall es nuestro hijo lo quieras o no. Debemos aceptar sus decisiones y apoyarlo en todo lo que decida hacer...

-¡Excepto en esto! – gritó mi madre, mirándome enfadada. Las lágrimas caían de mi rostro como cascada –. Nunca me habías decepcionado de esa manera, Niall.

-¡Yo jamás te he decepcionado! – chillé histéricamente. Mi mamá quiso acercarse, pero mi padre volvió a interponerse entre nosotros.

-Piensa lo que estás diciendo, Maura – dijo mi padre, con tristeza –. La única que perderá con todo esto eres tú...

Tal vez, pude evitarlo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora