Capítulo cuatro: Juego

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Silencio.

Tus labios son más suaves de lo que creí, mascota. Rio por lo bajo el artista rubio, mirando a un castaño algo sonrojado y cabizbajo.

Fred quería que todo eso acabara de una vez, pero sabía que su deseo no sería cumplido, y el rubio exploraría cada minúsculo rasgo de él. Lo único que podía hacer era callar y esperar órdenes... Depravadas.

Golden levantó el mentón del menor para poder saborear la piel de esté. Comenzó con el cuello, lamidas y besos fueron lo primero que quiso concentrarse el mayor, mientras sus manos volvía a la acción de tocar y remarcar el torso del castaño.

Su respiración empezó a cambiar drásticamente, el nerviosismo y los roces del mayor hacía su cuerpo empezaban a estremecerle. Cada contacto era leído por cada nervio de su cuerpo y respondía de forma inmediata.

Sus manos subieron, y se encontraron con los botones desnudos, los cuales Golden, no dudó ni un segundo en jugar y pellizcar esas zonas rosas.

Los jadeos se presentaron, sin embargo, Fred no iba a dejar que Golden obtuviera un gemido tan fácilmente. Gran error, pues en unos segundos, hizo la primera marca.

¡Ah~! Se maldijo a si mismo ahora por ser tan débil y demasiado fácil. Mordió su labio inferior para tratar de para los gemidos causados por la marcas y chupetones que empezaba a dejar.

Ya habían cinco lindas marcas que durarían un determinado tiempo para desaparecer. Aun así, Golden quería mucho más. Comenzó a bajar lentamente y sus frías manos las utilizó como apoyo para permanecer allí.

Su lengua recorrió cada centímetro de su cuerpo, inclusive al llegar a los botones, Fred apretó más sus dientes, y esto causo que de su labio inferior brotara algo de sangre. Golden aprovecho para volver a dirigirse a su boca y a pocos centímetros dar sus primeras órdenes.

Usa tu lengua, mascota. Susurró para unir nuevamente sus bocas en un desenfrenado beso. Fred obedeció, dejó pasar la lengua del mayor a él y empezó a seguirle el ritmo en la batalla de lenguas que se encontraba, una dulce batalla donde la sangre del menor se combinaba con las salivas de ellos.

El aire se acabó, y ambos se separaron. Fred jadeaba en busca de oxígeno, mientras Golden admiraba la cara y cuerpo del contrarío. Al tener los brazos hacía arriba, y la rapidez de la respiración, eran una imagen única para él. Y por ello iba hacer que esta primera vez sea suave. Sabía que el chico era virgen, así que tenía que ser algo cuidadoso y lento sí quería que él también lo disfrutara.

Perrito, te prohíbo que te contengas a gemir. Quiero escuchar cada sonido sucio proveniente de tu boca. Ordenó el rubio mientras desencadenaba las piernas del menor. Ya terminada esa acción, levantó las cadenas que sostenían sus brazos, obligándolo a que se levantara.

Desabrochó el pantalón del menor, y lo bajó junto con su bóxer, dejándolo completamente desnudo y a su merced. La cara de Fred parecía un tómate.

¿Y haces creer que no te está gustando? –Se rio el mayor con lujuria en cada palabra. Apuntó su mirada hacía el miembro del menor que yacía despierto, y pedía a gritos que lo estimularán.

Fred no respondió, optó por no quejarse y no hacer algo que al mayor no le guste. Aun el placer no lo nublaba como para olvidar el por qué ese tipo le estaba haciendo tales sucios trucos y roces.

¡Aah~! Una de las manos del mayor, apretó con curiosidad el miembro del menor, haciendo que Fred curvara su espalda y un gemido saliera de repente.

Medidas // Golden x Freddy x Fred // Yaoi #FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora