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Tan aburrido que mi escribo
Doy tres giros y desvario.
Bebiendo ron en el garito.

En cualquier parte dos gatos y un poster.
Desordenado,  pensador y quizás un poco payaso.

Sentado,  no siento lo que escribo
Perdido, ciego y empequeñecido.
Tragando versos y palabras, desfundadas sin orden lógico o cronológico.

Escupo arte callejero, del malo,  del que se aprende a palos, a calos y sin vocablos.
Del que llega al alma del más perdido.
Y es que vomito canto obrero, desde el anarquismo y la república,  la revolución civil es audaz y valiente por eso la siente la gente.

La sangre,  rojo ardiente, no azul hipocresía.

Cartas anónimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora