Somos (+ que) Amigos ➳ JiCheol

«11»

—Si me subo ahí, estoy 500% seguro de que moriré —objetó Jihoon con una risa haciendo al rubio rodar los ojos.

—Eres demasiado dramático, sube de una vez.

Ambos acababan de salir del restaurant luego de comer hasta quedar más que saciados, la comida había estado maravillosa y su charla se había vuelto más amena y divertida, ya para esa hora Jihoon sabía muchas cosas del mayor. Estando afuera, él había pensado que irían caminando a ese otro lugar que JeongHan había mencionado, pero este lo había llevado a un estacionamiento primero diciendo que irían en su moto.

Él terminó de abrocharse el casco al mentón y se subió detrás del mayor, agarrándose de su cintura. Arrancaron al instante, moviéndose entre las calles llenas de autos, Jihoon miró brevemente a las personas y edificios que dejaban atrás y no preguntó a donde iban, apoyó su mejilla en la espalda ajena y se mantuvo con los ojos cerrados hasta que se detuvieron frente a un viejo cine.

—Espero no te importe ver alguna vieja película; las adoro.

Jihoon se encogió de hombros restándole importancia y ambos bajaron de la motocicleta, fue JeongHan quien pagó las entradas y Jihoon las rosetas y sodas para entrar a la sala. La película que estaba proyectándose, ya había iniciado pero no lo tomaron en cuenta, fueron a su lugar y empezaron a prestar atención al film; los caza fantasmas.

—Los efectos especiales son horribles —dijo Jihoon con una risita.

—Cállate, eran los noventa, no puedes pedir mucho.

Él no era de ese tipo de persona que asistía con mucha frecuencia al cine, prefería invertir el tiempo en otras actividades que requiriesen más esfuerzo físico, así que durante la duración de la película rió y habló en voz alta sin importarle que lo mandaran a callar todo el tiempo. Al salir recibió malas miradas de los otros espectadores, pero él las ignoró, enfocándose en comerse los dulces que JeongHan había dejado.

—No puedo creer que nunca hayas visto los caza fantasmas sino hasta ahora.

Jihoon se encogió de hombros—. Y no me arrepiento, es decir, estuvo bien, pero no fue la gran cosa.

El rubio jadeó ofendido haciéndolo reír y luego se adelantó en el camino, logrando que Jihoon se riera con más ganas, incluso ahogándose con el chocolate que estaba comiendo. Luego de tragar trotó hasta alcanzar al mayor y aunque intentó no reírse en su cara, volvió a hacerlo.

—He perdido respeto por ti...

—No seas ridículo, hyung, yo perderé respeto por ti si lo haces por algo como esto.

—Me has herido en lo más profundo, no puedo creer que... Te lo hayas creído.

Esta vez fue el turno de JeongHan de reírse a carcajadas mientras Jihoon lo miraba con una expresión estoica, y lo peor de todo era que el otro tenía razón, sí se lo había creído. Después de un momento Jihoon bufó acompañando al otro con su risa hasta que las lágrimas abandonaron sus ojos y les dolió el estómago.

—Eres de lo peor —dijo Jihoon.

—Nah, soy fabuloso.

Jihoon puso los ojos en blanco negando con la cabeza y luego fue arrastrado por el mayor para volver a la moto e ir a otro lado. Como una escena digna de un drama, JeongHan lo llevó al río Han y luego de estacionar ambos caminaron a orillas de este, sumidos en un silencio tranquilo y disfrutando de la poca brisa que hacía junto con la vista de las luces de la ciudad reflejadas en el agua. De vez en cuando su mano rozaba con la ajena, y aunque no estaba seguro de si era un gesto hecho a propósito o una simple casualidad, prefirió no crear un malentendido y se guardó las manos en los bolsillos de los pantalones. No sabía si debía decir algo o quedarse callado, no se le venía alguna pregunta a la cabeza y tampoco quería romper la burbuja en la que se hallaban.