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Jihoon durmió largo y tendido desde que tocó su cama; ni siquiera se había tomado la molestia de cambiarse de ropa, y cuando despertó, lo hizo por un delicioso aroma proveniente de la cocina. De acuerdo a su celular ya era martes por la noche; había dormido más de la cuenta, pero lo dejó pasar y fue directamente al baño para lavarse y cambiarse de ropa antes de bajar.

En la cocina se encontró a su madre de espaldas, cocinando mientras tarareaba una vieja canción. Sonrió encantado al verla de esa manera y se acercó a ella, abrazándola por la espalda y apoyando su mentón en el hombro mientras continuaba la canción.

Sólo te contemplo y digo ¿Qué puedo hacer? Haces que mi cabeza de vueltas y vueltas... —cantó él, apretando el abrazo.

Su madre se rió y le palmeó una mejilla con cariño antes de manotear sus manos para que se apartara, Jihoon así lo hizo y se sentó en el banquillo de siempre para verla cocinar.

—Dormiste bastante, incluso tienes la cara hinchada más tarde te daré una loción —dijo ella sin despegar la vista de los vegetales—, mientras dormías llamó tu hermano y también llamó SoMin, me dijo que te preguntara si querías quedarte en su casa mientras estabas en Seúl, pero yo no sabía siquiera que viajarías a Seúl.

Él sonrió con algo de pena y luego se rió ignorando la expresión seria con la que su mamá lo miraba. Ella aún lo trataba como a un niño porque a fin de cuentas era el hijo menor y sus sobrinos estaban a un mar de distancia, su madre necesitaba consentir a alguien y él no se quejaba si lo hacía con él.

—Es que hablé con SeungCheol, de seguro él se lo mencionó y yo estaba dormido y... Perdón mamá.

Ella negó con la cabeza poniendo los ojos en blanco y siguió con lo suyo; colocar los vegetales en una olla y empezar a cocinarlos.

—Entonces, ¿vas a Seúl?

—Ah, para eso me llamó el Señor Yang, el museo nacional de Jangdongmyo es quien me contrató esta vez, y para reparar un Édouard Manet, ¿Tienes idea de lo grande que es eso? —dijo con emoción, jugando con una manzana del centro de frutas que su madre siempre mantenía sobre la isla—, tengo que estar allá por mes y medio y trabajaré con otros artistas y la paga será excepcional.

—Ya, ya. Te entiendo cariño y sabes que yo te apoyo en todo, incluso si tuvieras que mudarte a Canadá yo te apoyaría, pero mi preocupación es, ¿de verdad te quedarás en casa de los Choi? Sé que SoMin y SeungSoo estarán encantados de tenerte ahí, pero, ¿crees que podrás afrontarlo?

—En ningún momento dije que me quedaría con los Choi, y no lo haré. Luego la llamaré para rechazar su oferta, SeungCheol y yo somos amigos pero eso sería demasiado. De hecho planeaba quedarme en lo de Jonghyun hyung, ¿te acuerdas de él? Iba a la escuela con Hoonmin hyung.

—Él que tenía novio con cara de niña, ¿no?

—No, esos son Minki y Dongho hyung. Jonghyun es el chico que dio el discurso de graduación —aclaró Jihoon.

—Ah, ya sé quién es. Ese chico es una dulzura, haré unas galletas para que le lleves y quiero que me llames cada día mientras estés allá, ¿está bien?

—Sí mamá.

Esa noche, Jihoon cenó mientras hablaba con su madre sobre el trabajo de esta y sobre los planes de Jihoon de conseguir una casa o apartamento nuevo, ya que aquel que había comprado junto con el mayor había conseguido un comprador.

Casi un año atrás, cuando todavía podía llamar a SeungCheol como suyo, este había salido con la maravillosa idea de vivir juntos y a Jihoon le había parecido igual de maravilloso, y había aceptado lleno de alegría, alegría que se multiplicó cuando le dijeron a sus padres y estos los apoyaron, porque simplemente todos daban por sentado que su relación duraría para siempre. Ambos habían trabajado como locos para reunir dinero, SeungCheol incluso había pedido un préstamo en el banco y había vendido su moto, y Jihoon había vendido su apartamento en el centro porque los dos estaban tan desesperados por vivir juntos que querían hacerlo antes de que el año terminase. Además, estaban encaprichados con una villa en Gangnam, porque parecía perfecta para ambos. Había suficientes habitaciones, los espacios eran amplios y cómodos y principalmente: desde que habían puesto un pie dentro la casa parecía suya.

Y la habían comprado.

Las cosas fueron bien al inicio, pero luego de unos meses todo se vino en picada y ninguno pensó en una mejor solución sino separarse. Y todos sus esfuerzos e ilusiones se habían quedado en la casa que estaban por vender.

Después de comer, Jihoon llamó a Jonghyun para preguntarle si de verdad podía quedarse en su casa y este aceptó sin peros, luego se quedó en la sala viendo una película mientras su madre iba a dormir. El resto de la noche se mantuvo intentando no pensar en la casa y mucho menos en SeungCheol, y en su lugar, prestar atención a la televisión. No supo cuando cayó dormido.

Somos (+ que) Amigos ➳ JiCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora