Somos (+ que) Amigos ➳ JiCheol

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El jueves por la noche, media hora antes de las ocho Jihoon se encontraba en la cocina del apartamento de Mingyu y Wonwoo; ayudando al último a preparar unos cuantos bocadillos para los invitados —Básicamente sólo le pasaba los ingredientes al pelinegro. Según el otro no serían muchas personas y SeungCheol claramente no estaba entre ellas.

—Él también es su amigo —objetó Jihoon en cuanto el pelinegro le confirmó que su ex no estaba invitado—, yo estoy bien.

—Si estuvieras bien hace rato que estarías criticando a Mingyu por su bronceado y no habrías tenido un ataque de ansiedad el fin de semana —Jihoon lo miró con los ojos entrecerrados y Wonwoo se encogió de hombros—, SeungKwan me llamó. El punto es que incluso aunque no quieras que tomemos bandos, es inevitable. A ti te queremos más y ya está. Mingyu sigue enojado con SeungCheol.

—No fue su culpa, yo terminé con él.

—Si pero él no hizo, ni ha hecho algo al respecto, parece que le dio igual. Es por eso que está enojado, pero mejor cambiemos el tema, ¿quieres?

Jihoon asintió entregándole al otro unas especias y luego fue a la sala a buscar una cajita envuelta en papel dorado por órdenes de Wonwoo; la llevó a la cocina y se sentó sobre un banquillo dejando la caja sobre el mesón.

—Es un regalo bobo, ábrelo —dijo Wonwoo para después llamar de un grito a Mingyu quien entró a la cocina corriendo al momento en que Jihoon soltaba el papel—, Un recuerdo de nuestros días en Perú.

Era una vasija de cerámica que apenas y cabía en una de sus manos, estaba pintada de color ladrillo y mostraba a dos muñequitos en posiciones extrañas. Intentó recordar sus lecciones sobre la escultura americana pero ninguna lección le vino a la mente así que miró a Wonwoo con una ceja alzada. A su lado Mingyu estaba a punto de desternillarse de la risa.

—Es una réplica de una vasija mochica —dijo Wonwoo.

—¿Qué se supone están haciendo? —preguntó refiriéndose a los muñecos.

—Están teniendo sexo —dijo Mingyu y su cara debió ser épica porque empezó a reírse a carcajadas.

—Mingyu insistió en comprarlas —dijo Wonwoo con un suspiro y una sonrisa bailando en sus labios—, también hay algo de México pero no es nada sexual, sólo replicas de figuritas sedentes y de las cabezas de basalto. Creo que aún quedan dulces de Argentina o Uruguay pero no creo que duren mucho con Mingyu alrededor.

Mientras llegaban los demás invitados, los dueños del lugar se dedicaron a hablar sobre su experiencia con el viaje, las dificultades del idioma y las cosas más divertidas y singulares que habían hallado. Contando cómo se habían quedado sin efectivo mientras estaban recorriendo las calles de Lima y habían tenido que improvisar un acto callejero para conseguir dinero para el taxi y volver al hotel, luego Mingyu había hecho su mejor imitación de un acento mexicano diciendo groserías. Conforme se hacían presentes el resto de los amigos de la pareja, Jihoon avistó alguno de sus propios amigos como MyungHo y SeungKwan junto a su primo y también a SoonYoung a quien no veía hacia demasiado tiempo. Jonghyun llegó casi a las nueve y Jihoon pasó el resto de la noche pegado a él, disfrutando de la comida y bebida y riéndose de Mingyu que seguía imitando acentos.

No lo llamaron noche hasta altas horas de la madrugada y fue entonces cuando volvieron al apartamento de Jonghyun, ninguno había bebido tanto como para emborracharse pero así el cansancio del día se les acumuló en los hombros y los mandó directo a dormir apenas pusieron un pie dentro del lugar.

Al día siguiente, Jihoon tuvo que levantarse temprano debido a que tenía que reunirse con su Jefe para hacer la entrega de los trabajos de Manet. Se vistió con uno de sus trajes y deseó tener a la mano el bolso de su madre para robarle algo de corrector de ojeras. Con el pensamiento embotellado y bostezando cada diez segundo tomó un taxi hasta el Museo Nacional llegando a buena hora, y se dedicó a esperar junto con sus compañeros la hora de la reunión.