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Tal como había planeado, Jihoon invirtió la mañana del domingo en visitar casas en venta con JeongHan. Ambos se habían pasado por una agencia inmobiliaria antes y luego de ver las fotos de casas y seleccionar las que más le gustaban, pidió que le hicieran una muestra y la agente amablemente los guió mostrándole los espacios de las casas. Él no pedía que fuesen muy grandes, sólo necesitaba tres habitaciones, buen servicio de agua y un garaje, eso funcionaba más que bien para él, pero mientras miraba las residencias notaba que no era todo; había más detalles que influían. Para cuando llegó el mediodía la única casa que le había gustado era una de diseño tradicional en el área sub-urbana de Seúl con cuatro habitaciones anexas y garaje.

Afortunadamente no tenía que tomar una decisión sobre eso, la mujer le dejó su tarjeta de trabajo antes de retirarse y luego ambos fueron a almorzar en un lugar cercano. Jihoon moría de hambre dado que no había desayunado, así que pidieron un servicio completo de carne y acompañantes para comer.

—¿Te gustó alguna de las casas?

—La de Jeonyu-gu —respondió Jihoon mirando la carne en la asadora.

—Sí a mí también, creo que fue la mejor.

Jihoon sacó su celular para enviarle fotos de la casa a su mamá y preguntarle qué tal le parecía y notó que tenía varios mensajes de Kakaotalk; uno era de Mingyu, quien sólo había mandado un vídeo de Wonwoo gritando infantilmente lleno de miedo mientras cruzaban un puente muy alto y se notaba como Mingyu hacía que el puente se moviera mientras reía. Otro era de SeungKwan, quien le saludaba y adjuntaba una foto de sus hijas con trajesitos de baño jugando con arena. El último era de su hermano, quien le preguntaba cómo estaba y que le avisara cuando estaba libre para hablar.

Sonrió mirando el celular y respondió a los primeros dos, borró la conversación con su hermano y mandó el mensaje que quería a su mamá. Al guardar el aparato y levantar la vista se encontró con JeongHan mirándolo con casi adoración.

—¿Qué ocurre?

—Nada, sólo que se te veía muy bien y las veces que te he visto con el celular en mano tienes una cara de trauma —dijo volteando la carne en el asador como si no tuvieran importancia sus palabras—, me gustas cuando sonríes.

Juntó sus manos encima de la mesa y se quedó viéndolas; Le gustaba pasar el rato con el mayor, era agradable, pero conforme más lo conocía esa atracción y química inmensurable que había sentido al conocerlo se habían ido disipando.

—JeongHan... yo no-

—Es un comentario amistoso, descuida.

Agradeció mentalmente el que JeongHan le restara importancia y siguió pendiente de la comida. Quizás era su cerebro que aún no procesaba la idea de iniciar con el ritual de coqueteo otra vez y se negase a verlo de otra manera o simplemente sólo era material de amigo.

Al terminar de comer JeongHan al igual que el viernes a la noche, se ofreció a llevarlo a casa y esta vez no pudo negarse; subió a la moto, ajustó el casco a su cabeza y le dictó la dirección al otro dejando que lo guiara hasta un vecindario en el este de la ciudad, repleto de casas de dos pisos a un estilo americano.

—Creí que habías dicho que Jonghyun vivía en edificio en Itaewon —murmuró JeongHan mirando alrededor luego de que se estacionaran frente a una casa.

—Vive en Itaewon, pero estamos aquí porque quiero visitar a personas importantes, te invitaría a pasar, pero no quiero que piensen algo equivocado.

—¿Por qué lo harían?

—Son los padres de mi ex —Jihoon se encogió de hombros y le devolvió el casco al mayor—, en fin, gracias por traerme.

Somos (+ que) Amigos ➳ JiCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora