Los Nuevos Vecinos♡ [Sin Editar]

Mi primera vez.

Fiesta blanca, realmente estabamos gastando mucho en comprar ropa.

Alejandra me acompañó a la misma boutique de la vez pasada, ahora llevábamos un aparato que nos dió la policía por si veíamos algo extraño de nuevo.

-realmente no creo que nos suceda algo. Igual y es exagerado.-dijo Alejandra con un tono de disgusto.

-relájate y guárdalo, ahora no vinieron los chicos y se nos hará más complicado librarnos así.

-pruébate éste.-me mostró un vestido con encaje.-me gusta para ti, pero se ve algo casual.

No dije algo, solo asentí y fuí en busca de otros modelos.

Encontré uno perfecto, era algo ajustado pero ya que hacía ejercicio de vez en cuándo mi cuerpo se mantenía con una buena forma.

-lo luces bien.-me comentó Alejandra.

-creo que llevaré este. Tengo zapatillas y bolsos casi nuevos en mi casa.

-me parece bien.-fue lo único que me dijo.

-¿te pasa algo?.-dije mientras regresabamos a mi casa.-estás muy callada.-mi chofer cerró la ventanilla que conecta nuestros asientos con los de él.

-no.-dijo entre susurros.

-claro que si. ¿Que sucede?.-insistí temiendo que no fuera lo correcto.

-estoy cansada.

-¿De qué?

-De él. No hay día que no me arrepienta, ¿sabes?. Soy tan tonta.-comenzó a empuñar con fuerza sus manos mientras estas secaban sus lágrimas.

-¿que fue lo que sucedió?

-me obligó.-jaló un poco su cabello en su desesperación.-pero, yo tuve la culpa también. Creí que todo era un juego y le seguí la corriente, hasta que una vez en su habitación, teniendo el resto de la casa sola, me empezó a tocar.

No tenía algo para decir, estaba anonadada. Intenté decir algo, pero las palabras simplemente no salían de mi boca, algo en mi garganta me lo prohibía. Le tomé de la pierna y pude sentir una tensión enorme en su cuerpo, me miró un mini segundo directo a los ojos, verla llorar, verla sentir toda esa vibra proveniente de ella, verla culparse de todo, verla sufrir, hizo que mis lágrimas escurrieran sobre mis mejillas. La abracé para poder intentar tranquilizarla, asentí con la cabeza para que prosiguiera con su relato.

-al principio me gustó pues solo eran besos apasionados, pero luego comenzó a mover sus manos acariciando mi cuerpo. Intenté zafarme, se molestó y me dijo "¿no que sí te atrevias?"

-¿y que le dijiste?.-pregunté con delicadeza.

-que no estaba segura de lo que pensabamos hacer, no estaba preparada.-después de unos segundos de silencio dijo.- Dani, tenía 14, a punto de cumplir 15. ¿Quien estaria lista a esa edad? Soy tan solo una niña que necesita que la cuiden, pero verlo enojado conmigo era una sensación extraña que me recorrió mi cuerpo. Le dije que me diera tiempo, que entendiera que estas cosas no son solo de diversión, realmente tendría que ser por amor y era necesario estar seguros ambos, sin presiones.

-¿y el no lo entendió de esa forma?

-me dijo que estaba harto de mi. De que le diera falsas esperanzas, que se emocionara y luego decirle que mejor no. Que él ya no estaba para jugar a mis estupideces. Y que era hoy su oportunidad y que no pensaba desperdiciarla.-vi cómo ella se quedó viendo un lugar no fijo, sentí que ya no me estaba hablando ella sino su corazón, su mente, su temor.-me tiró a la cama y comenzó a besarme el cuello mientras se iba quitando su playera, me arrancó la ropa mientras yo le decía que por favor no me hiciera daño, lo único que me contestó fue un "no te haré daño. Te va a gustar y me agradecerás después"
Sentí tanto coraje que le golpeé en el rostro mientras gritaba "dejame", no le importó en lo más minimo. Me tomó de las manos y puesto que es dos años mayor y hombre hizo que con una mano pudiera detener las mías, mientras con las otra me iba acariciando, siguió besándome en todo el cuerpo y me repitió "te va a gustar, tranquila", para este entonces ya no tenía ninguna fuerza en el cuerpo, tenía miedo, mi vista se empezó a nublar y lo último que recuerdo fue haber sentido asco y dolor al ser penetrada una y otra vez y.-sus uñas estaban rasguñando cada centímetro de su rostro y brazos, sus piernas se fueron subiendo poco a poco tapando así su cuerpo.