Capítulo 9

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Fugaku miró con cansancio la entrada de su hogar. Había sido un día tan agotador entre las reuniones del clan y la Policía Militar; a penas conseguía mantenerse en pie.
Aún así, cuando abrió la puerta, en su hogar lo único que podía respirarse era paz.

---¡Estoy en casa!---gritó, quitándose los zapatos.

---Bienvenido, Fugaku'kun.---la voz de su esposa lo recibió como una suave caricia. Instintivamente le sonrió, algo no muy común en él pero Mikoto siempre estaba de buen humor, aún con el abultado vientre de 4 meses que aún seguía en crecimiento.

---¿Cómo te sientes?

---Estoy bien, no deberías preocuparte por mi, ya he concebido un hijo.---respondió con una sonrisa y besando a su marido.

---Sólo espero que con lo cercana que eres a cierto tomate no intentes imitarla.

A pesar de todo, Fugaku no se llevaba del todo bien con Kushina. ¡Eran polos opuestos! Y alguien que siempre buscaba la paz chocaba con el torbellino que resultaba ser la Uzumaki. Aún así, el Uchiha agradecía internamente el tiempo que pasaban juntas, aunque Mikoto era una Jounnin y su esposa eso no dejaba de lado que llegará a tener debilidad ante el embarazo y si había alguien a su lado, podía sentirse tranquilo y Minato también.

---Bienvenido a casa, padre.---Su hijo, Itachi lo recibió calidamente.

---Debo hablar contigo, esperanos en el salón.---el niño salió corriendo, Mikoto sabía lo que su marido le diría a su primogénito, la carta había llegado ayer. El hombre se deshizo del chaleco verde y la camiseta con la insignia de la Policía Militar bordada en el brazo, reemplazadas por la parte superior de un kimono celeste.

---Preparare la cena---anunció la Uchiha tomando las prendas de Fugaku, este asintió antes de encaminarse con su hijo.

Cuando entró miro a Itachi sentado con firmeza y al verlo se le iluminó en rostro.

---Itachi, como sabes todo Ninja debe matricularse en la Academia para comenzar con su entrenamiento, a cierta edad.---explicó el mayor con tono firme, como el que solía usar con sus reclutas.

---¿Yo ingresare a la Academia?---preguntó, con curiosidad. Itachi era más parecido a Fugaku que a su madre, aún así tenía los ojos de Mikoto y solía actuar como ella, con precaución y humildad.

---Si, lo harás. Mañana.---sentenció, Itachi lo miró sorprendido y asintió con euforia.---Quiero que estés listo a las 6:30 a.m. para llevarte.---Fugaku se levantó---Lavate para comer.

Itachi obedeció, estaba emocionado entraría a la Academia y cumpliría su entrenamiento para entrar a la Policía Militar para ser igual que su padre. Al llegar a la cocina su madre estaba sirviendo la comida.

---Itachi siéntate, la comida esta lista---Mikoto se sentó junto a su marido con algo de dificultad por culpa de su vientre que crecía cada vez más.---Mañana será tu primer día en la Academia, ¿estas emocionado?

---¡Si! Pronto seré un ninja como ustedes.

---Quiero darte un obsequio.---dijo la azabache con cariño---Toma,---le tendió una pequeña caja. Al abrirlo Itachi se topó con un kunai.---Es mi primer kunai, tu abuelo me lo dio el día que entré a la Academia, ahora es tuyo cariño usalo con decisión y recuerda que los ninjas siempre pelean por su nación.

El Uchiha tomó el arma como si se tratase de un tesoro que se destrozaria con solo el roce de sus dedos, lo inspeccionó con cuidado admirando cada detalle de la fina cuchilla, lo único malo de tener un legado tan grande, era que la presión llegaba a ser abrumadora y el crecer con personas buenas como eran sus padres le hacía sentir que había algo más que proteger que su legado.

Te quiero a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora