Epílogo.

957 57 8
                                    

Mientras esperaba que la puerta se abriese, los nervios lo carcomieron, quizás por lo que iba a pedirles a ambos o porque mañana se iba a casar.

--- Kakashi, pasa por favor. ---dijo Minato mientras se hacía a un lado.
Estaban cenando y se regaño internamente, sabía la hora que era pero debía hacerlo ya. Sentada en el comedor, Kushina cargaba a Naruto que hacen poco había cumplido 5 años.

--- Kakashi'kun, ¿Qué haces aquí? ---dijo la pelirroja dejando al pequeño en el suelo.

--- ¡Tashi! ¡Tashi! ---Naruto se abrazó a sus piernas, era increíble que aún le dijese así.

--- Ven, come con nosotros. ---musito su sensei. El obedeció, tomando al hijo de los Namikaze y sentándose en la mesa.

--- ¡¿Te arrepentiste?! ---gritó Kushina--- ¡Ni se te ocurra Kakashi Hatake! ¡Yo misma te pateare hasta el altar!

--- Nada de eso, Kushina'san. ---respondió tranquilo, ¿cómo podía pensar siquiera en eso?--- Sólo quería pedirles algo.

--- ¿Qué es Kakashi? Aunque no pagaremos alquiler de ninguna casa.

Naruto lo veía expectante, al igual que sus padres, quienes aún pensaban que era muy joven para casarse pero ya tenía 18 años y la vida le había enseñado que no podía detenerse, sólo le quedaba avanzar.

--- ¿Podrían ir a la boda como mis padres?

La petición tomó por sorpresa a la pareja, el silencio reino en el lugar y Kakashi pensó por un instante que había sido un error. Pero el llanto de Kushina lo hizo confundirse aún más.

--- Iremos gustosos.

[...]

Aquella mañana, mientras las puertas se abrían y el kimono blanco se dejaba ver a los invitados y el novio. Rin no podía sentirse más dichosa y feliz, era joven y hace poco se había convertido en Jounnin pero nadie podía quitarle ese momento.

Más sintió su felicidad al ver a la Familia Namikaze de pie junto a su amado platino y sintió su vida completa cuando él tomó su mano.

--- Pueden decir sus votos.

--- Sabes que soy pésimo para esto. ---empezó Kakashi--- Pero la verdad es esta, me cambiaste y llegaste con tu bonita sonrisa y tu dulce voz a romper todas mis barreras. Daría mi vida por ti, dejaría todo por ti, lo que soy y mis creencias. Si eso no es amor es lo mejor que puedo darte.

Rin estaba conmovida, ese hombre era una caja de sorpresas, ¿cómo no amarlo?

--- Te amo. ---susurró--- Sin importar nada, desde el primer momento mi corazón fue tuyo, no importaba nada más que no fueras tú, y aún así. Kakashi, en esta vida y en cualquier otra te quiero a ti. Quiero que mi corazón y mi alma te pertenezca. Sin importar lo que pase en el futuro de un a cosa estoy segura y es que aunque mi corazón deje de latir, te amaré por siempre.

Cuando al fin los declararon marido y mujer se besaron, con ternura y dulzura. Desde ese momento, todo lo sería diferente y el futuro pintaba bien, quizás por algo pasaban las cosas pero de algo estaban seguros los Hatake y Namikaze, en todo su vida sólo deseaban decirles a sus parejas:

Te quiero a ti.

Te quiero a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora