Capítulo 14.

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Itachi miro a su padre, quien mantenía una conversación tranquila con Iruka. El joven Uchiha sólo podía pensar en cómo lo recriminaria su padre al terminar aquella reunión, había metido la pata y muy hondo.

---De acuerdo, se lo agradezco mucho.---el líder del Clan salió de la Academia junto a su hijo.

Una vez lejos, Fugaku detuvo su caminar y le dedico una mirada severa a su hijo.

---Perdóname, padre.---Itachi inclino su cabeza y posó sus palmas juntas sobre esta.---No fue mi intensión desobedecerte y aceptaré mi castigo.

Fugaku sonrió y le acarició el cabello, si que era su hijo.

---Itachi, lo que hiciste fue lo correcto.---el niño lo miró sorprendido---Tu protegiste a tus compañeros a pesar de las consecuencias, estoy orgulloso de ti.

El azabache sonrió abiertamente y sus ojos brillaron con emoción, quizás estar en la Academia le podría enseñará más de una lección.

---Gracias, padre.

---Sin embargo.---comenzó---Aún debes tener cuidado con los jutsus que utilizas, la mayoría no deberías usarlos a tu edad.

El Uchiha asintió e hizo afán de seguir caminando, aunque su padre lo detuvo.

---Aún hay más.

---¿Qué es?

---Iruka me dijo que te recomendaría para que te gradues y unirte a un grupo gennin, podrías presentar los siguientes exámenes Chunnin.

---¡Es increíble! ¡Gracias, padre!

Itachi abrazó a su padre con fuerza y este lo envolvió entre sus brazos, Chunnin o no, él seguía siendo un niño y deseaba más que nada que estar a la altura de su padre.

---Bien, ahora debemos ir con tu madre, ella estará muy feliz.

---¡Si!---Itachi se detuvo un momento.---Pasaré los exámenes Chunnin padre, te lo prometo.

Fugaku sonrió.

---Lo sé Itachi, no espero menos de ti.

Los Uchihas regresaron al Distrito, con la calma en sus cuerpos y la satisfacción de algo más avecinandose, lástima que no todos podían poseerlas en aquellos momentos.

[...]

La sangre caía como un hilo, desde su brazo y hombro hasta su pierna; estaba agotado y herido, además de hambriento. Al menos Pakkun le había dicho Minato que estaba bien, si tan sólo fuera cierto.

Cuando por fin había perdido a sus captores no tenía fuerza ni para mover un dedo, tan solo mandar al can había conllevado un esfuerzo enorme y ahora, sabiendo que su mentor tenía calma el podía aguardar algo, una salvación o la muerte. Lo que llegase primero.

Quizás tendría calma, si una cierta castaña no asaltara sus pensamientos cada vez que cerrase los ojos, quizás si pudiera decirle todas las palabras que no podía decirle por cartas, quizás si pudiera verla una vez más.

Quizás.

Kakashi dejo caer la cabeza contra el muro de piedra, si Gai lo viese en ese momento se partiría de risa, sólo era un pedazo de bulto y casi le parecía irónico su final. El cielo estrellado que era su techo podría ser una linda imagen final.

---Te he fallado, padre.

Entonces escucho un zumbido, la espada yacía a su lado pero no estaba en condiciones de usarla. De nuevo otro zumbido.

---¿Quién anda ahí?

De entre las sombras un niño bastante extraño y de ojos onix surgió, mirando curioso a Kakashi. El niño se acercó hasta quedar a un metro de él y lo observó con detenimiento, lo único que el Hatake podía hacer era mantenerse calmado, ¿Qué más daba?

---Esta herido.---susurró el pequeño.

---Si bueno, viene con la paga.---respondió el platino.

El niño salió corriendo, dejando confundido, pero que extraño mocoso. Kakashi cerró los ojos dejándose llevar por el cansancio y la fatiga; había sido un largo día como para preocuparse por un niño curioso.

Un sonido, constante y molesto lo hizo despertar. Extrañado por su paradero, lo hizo incorporarse de golpe y fue más su sorpresa cuando pudo hacerlo.
Se separó observo el cuerpo, vendado y curado, ¿lo habrían vuelto a capturar? Pero sus sospechas se fueron por la borda cuando vio su espada y máscara junto a él.

---Al fin despierta.---la voz lo hizo voltear con brusquedad sólo para encontrarse con aquel niño castaño.

---¿Qué ocurrió?

---Yo lo traje. Cuando regresé con algo para transportarlo estaba inconsciente así que lo arrastre hasta aquí con una camilla y lo curaron.

---¿Quiénes?---Kakashi observó al niño, era 3 o 4 años menor que él y lo había salvado.

---Las personas de la colonia.---respondió---Usted fue capturado porque se infiltro en un laboratorio, ¿no?

---¿Y cómo sabes tú eso? Eres un crío.

---Estaba ahí---respondió con tranquilidad.---Soy parte de los experimentos.

Así que eso era; observó con mas detenimiento su alrededor, era una especie de árbol o algo así y a pesar de lo vacío que podía llegar a verse, sentía el chakra de las personas que rondaban por ahí.

---Le traje esto.---el niño le tendió un plato lleno de comida y un cuenco con agua que el Hatake recibió con gusto.

---Gracias.---respondió---¿Cómo te llamas?

---Tenzo.---el castaño sonrió---¿Y usted?

---Kakashi Hatake. No deberías llamarme por "usted" no soy tan mayor.

Tenzo asintió. Ahora Kakashi podría volver a la Aldea, sólo debía recuperarse lo suficiente y partiría, sólo deseaba por de hacer algo más por el castaño.

---Kakashi'senpai.---lo llamó. El platino lo miró sorprendido.

---No me llames así.---lo regaño.---¿Qué ocurre?

---¿A dónde se dirigía?

Ciertamente, su ubicación era lejana al laboratorio que había infiltrado pero en estos momentos no sabía donde se encontraba, sólo esperaba que no muy lejos a su hogar.

---A Konoha.---respondió---Dime, ¿está muy lejos de aquí?

---No, sólo a unas horas.

---Bien.---se levantó.---Es hora de volver.

[...]

A pesar de todo, Rin mantenía la calma y la concentración necesaria para afrontar su realidad, sus entrenamientos habían sido suspendido hasta nuevo aviso y eso la dejaba como una simple civil.

Aún así, cuando Kushina y sus amigos tocaron a su puerta no pudo sentir algo más que no fuera alivio, ella estaba hecha para pelear y quedarse a esperar no era su estilo.

---Estás bien, ¡me alegro tanto!---la pelirroja la envolvió en sus brazos y ella le devolvió el abrazó con gusto.

---¿Por qué no estaría bien?

---La bestia, creí que podrías perder el control.---respondió preocupada.

¿Perder el control? No, no podía. Si ella perdía el control todo por lo que había luchado se iría como agua y posiblemente tendrían aún más medidas disciplinarias con ella.
Además, Kakashi seguía allá afuera y tenía que verle llegar, no estar encerrada con alguien tras de si, aún había porque pelear y no debía darse por vencida.

Aún no.

Te quiero a ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora