Capítulo 32 "Cárdigan"

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Cárdigan se separó de la ventana, al ver que se llevaban a aquel hombre, salió del despacho y se fue a su habitación, estaba extrañada y algo asustada. Los sucesos habían pasado muy rápido, el encuentro con el escriba, después el escándalo al que acudió para observar y enviar a Claudine para que supiera de qué se trataba...

¿Quién era aquel hombre?, ¿por qué le había hablado con tanta confianza? Era como si la conociera, pero jamás lo había visto. Había escuchado los rumores de una conspiración en contra su familia, pero esto, no parecía tener relación.

Caminaba en círculos intranquila tratando de pensar aun con los efectos del susto, cuando distinguió sobre la pequeña mesa una carta.

Se acercó insegura, la abrió y con recelo comenzó a leer...

"Mi amada Cárdigan"


Una expresión de sorpresa se dibujó en su rostro...


"Hoy mi vista ha sido bendecida con tu imagen, he sido el hombre más agraciado al contemplarte, he visto como todo palidecía ante la luz de tu presencia, he vivido una experiencia maravillosa, te vi aparecer como el brillar del faro para el extraviado navegante y sentí esa indescriptible emoción de descubrir tu inefable belleza reflejada en mis pupilas. Tu mirada inquieta, tu cadencioso caminar y pude escuchar tu voz a lo lejos, tu timbre tan tierno, tu amabilidad y delicadeza..."


Cárdigan llevo su mano a su boca al tiempo que aspiraba por ella...


"Verdaderamente he quedado prendado de ti. Pensar que esa visión tan bella, esa mujer tan especialmente encantadora, es poseedora de una inteligencia y sensibilidad, que me ha hecho en las letras un hombre distinto y enamorado."


La mano pasó de la boca a su pecho oprimiendo, como intentando sentir los latidos de su corazón y continuó leyendo...


"Este ansiado momento ha llegado, te he visto, no sé si tú lo hiciste, por un momento sentí que nuestras miradas se abrazaban a lo lejos...

Te amo y hoy estamos más cerca que nunca.

Bienvenida a Lavalle, esta tierra será recordada porque tus plantas la han pisado.

Perdona mi torpeza al escribir pero mi corazón parece salir de mi pecho, toda nuestra historia en las letras, hoy vivió un episodio importante y espero que podamos vivir otro más. Estoy emocionado..."


Una sensación de debilidad se apodero de sus piernas, así que se sentó en la silla que tenía al lado y siguió con la lectura...


"Sé que nos unen los pensamientos y sentimientos que viajaron en la palabra escrita, que por mucho tiempo hemos tenido solo este enlace, también sé, que no podemos aspirar a más que un leve encuentro, pero espero con ansias ese instante.

Te amo y espero que estas letras lleguen a ti y podamos encontrar un instante de presencia física.

Cárdigan soy tuyo por siempre.

Rádulf."


Una lagrima tal vez de emoción o de compasión rodo por aquella tersa y blanca mejilla, sin entender mucho aquellas palabras. Incrédula releyó la carta una vez más y después con lentitud la llevó hacia su pecho, intrigada, emocionada, desconcertada...

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