El Deseo de un Cuervo

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No sabias a donde ir, no tenías quien pudiera escucharte. Por mucho tiempo te había observado mas no podía estar a tu lado.

Cuantas noches te encontré llorando, cuantas implorando por tener a alguien que pudiera entenderte, protegerte, mostrarte un poco de cariño y aprecio mas ellos seguían evadiéndote, mirándote peor que un monstruo, no era justo.

Esa noche cuando la luna estaba llena me atreví a acercarme a ti, te sobresaltaste un poco al haber llegado de improvisto pero después sonreíste gentil pasando con cuidado tus manos aguantadas por mis enormes y oscuras alas. Una caricia helada pero suave y gentil.

- Desearía tener alas también, así volaría lejos de aquí y jamás tendría que volver....

Susurraste con nostalgia a lo cual yo solté un graznido, revoloteando hasta posarme a tu hombro y darte una ligera caricia en tu húmeda mejilla sonrojada. Deseaba decirte, pedirte que dejaras de llorar, tener brazos para poderte abrazar, ser alguien que pudiera estar a tu lado y protegerte de todos aquellos que solo se dedican a hacerte daño; pero no era posible, algo así jamás podría volverse realidad, después de todo solo soy un Cuervo.

Días pasaron de esa ocasión y ya era acostumbrado encontrarnos cada noche, fuera de tu balcón admirando las estrellas. Siempre acariciabas mis alas con delicadeza mientras soltabas suspiros al aire pensando en alguien que sabía desde siempre te había cautivado. Aquel hombre de piel turquesa y estrellas en los costados de su cabeza.

-Dime pequeño, ¿crees que él también me aborrece? - Preguntabas llamando mi atención, virando me cabeza hacia a ti mientras tu dabas una ligera sonrisa de lado- Verás, hoy ese chico verde me pidió reunirme con él y sus amigos a una fiesta de té. Claramente los demás mostraron de inmediato su desaprobación e incomodidad pero...el que él me haya notado de esa manera, bueno...es algo lindo, supongo además desde antes el intento hablar conmigo y obsequio una pequeña flor... ¿qué crees que signifique?

Podía ser un Cuervo pero no era despistado. Era demasiado claro las intenciones de aquel ser fotosintético, también lo había notado. Pero qué podía hacer yo?, solo callar y observar como su relación de "amistad" iba progresando. Él podía hacer todo lo que yo tanto añoraba, tenerte en sus brazos y darte cariño, protegerte de ellos y además...además...ser totalmente parte de ti.

Jamás poder alcanzarte...solo rezar por tu felicidad y aguardar por un día volverte en mi camino encontrar.

Y antes de darme cuenta, ya me encontraba en una jaula encerrado.

-Entonces, ha quedado claro lo que debes hacer? - Preguntaba ese simpático rubio, acomodando su lentes por octava vez en ese día. Sonreí de lado mientras sostenía a Muerte de la mano, ante la atenta mirada de todos sobre todo de ese hombre turquesa.

-Descuida Sabiduría, se cuál es mi deber. No por nada estoy aquí. - Dije seguro mientras observaba a Muerte, este a un estaba algo confundido pero igualmente me sonrió amablemente, como siempre lo ha hecho.- Mi única razón de vivir es para proteger a Muerte.

- A...Aguarda un momento...- Todos observamos en ese momento al Dios de la Vida, se le notaba molesto, pero igual nervioso y no muy seguro de lo que estaba haciendo- No estoy de acuerdo con esto, Sabiduría no se suponía que yo me haría cargo de estar al tanto de Muerte? - Recriminaba con la voz temblorosa dejando a todos boquiabiertos, menos a mí, me esperaba una reacción así.

- Vida...no digas tonterías, cómo están las cosas ahora lo mejor sería que ambos se dieran un tiempo...- Sugiere el rubio, tratando de calmar a su amigo más este solo corrió hacia nosotros tomando a Muerte del brazo para apartarlo de mí.

-No...Muerte por favor, debemos aclarar las cosas...- Pedía de manera suplicante mientras Muerte con todo un lio mental, solo atino a soltarse de su agarre y correr hasta a mí tomándome del brazo, ocultándose a mis espaldas.- ¿Muerte?

-No...No volveré a...- Mordía su labio tratando de contener sus ganas de llorar- Ya no pienso volver a pasar por esto. Segador, vámonos de aquí por favor...

- Como ordenes mi señor...-Pronuncie satisfecho, besando la frente de Muerte cariñosamente

_! Muerte ¡

Vida se paralizó cuando observó como de mis espaldas brotaban unas enormes y oscuras alas. Tomando en brazos a Muerte, el solo se sostuvo de mi nuca ocultando su rostro en mi cuello. Yo solo mire fijamente al Dios de la Vida sonriendo de manera victoriosa.

-solo te diré algo, Dios de la Vida. Mi deber es proteger a Muerte de todo aquello que pueda hacerle daño, incluyéndote a ti.

-¿Qué?...no...Aguarda por favor...Muerte.....

Sus reclamos y gritos se fueron desvaneciendo, mientras más nos elevamos volando por el cielo. Da igual que digan ellos yo solo debo preocuparme por Muerte. No era el momento pero no pude evitar sonreír. Lo que ahora estaba sintiendo no sabía cómo explicarlo, mas solo podía expresarlo a estrechar más a mi querida Muerte entre mis brazos, brazos que por años implore para poder tenerlo de esta manera.

Finalmente...he podido alcanzarse...y ahora que te tengo, no pienso volver a cederte a nadie.




Nota: Lo se, tuve que volver a re subirlo para poder corregir algunos detalles y faltas de ortografía. Espero sea de su total agrado este nuevo personaje.


Procurare subir un capitulo todos los días. Hasta luego


El Guardián de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora