DECLARACIÓN DE GERRA

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- ¡¿Cómo has podido ser tan cruel?!

Ella no respondió, simplemente seguía en lo suyo ignorando por completo los reclamos de una pequeña y adorable diosa.

- Acaso no es tu trabajo...tu deber como la diosa de la salud el curar y dar alivio a los que lo necesitan, como has podido ser tan desconsiderada con él.

- No tengo que dar explicaciones, mucho menos a una traidora como tu Amor.

- ¿Traidora?, no seas engreída Medico... ¿Qué pensaría nuestro padre al saber que haz desamparado por completo a Muerte?, ha peleado constantemente con esas plagas, recibiendo heridas e incluso estando días en camas gracias a una fuerte fiebre que le dios cuando una de esas heridas se infectó y donde estabas tú...¡Negándole la atención que necesita!

- ¡Por mí que ese bastardo se muera de una jodida vez!, te aseguro que no solo yo, todos estaríamos felices de no lidiar con alguien como él. Inclusive Vida sería más feliz con ello.

- ¿Cómo puedes decir cosas tan crueles?, a pesar de todo sé qué Vida sería incapaz de eso...

- Qué casualidad que digas eso, cuando tú eres una testigo de cómo en estos últimos años Vida a tratado a Muerte. Acaso no lo dijiste una vez, como Vida era malo con tu amiguito? – Amor simplemente dio un paso atrás recordando a la perfección su conversación con Muerte. Sabía que las cosas en ellos había cambiado de manera inesperada y aunque no estaba al tanto de los detalles, siendo la diosa del amor estaba segura que pronto volverían a estar juntos, mas ahora...después de todo esto, lo estaba comenzando a dudar- Yo me encargare de que Vida no vuelva a caer en las redes de ese bastardo. Solo yo puedo comprenderlo realmente, solo yo puedo protegerlo...

- Me...Medico...acaso tu a Vida...- Amor abrió totalmente sus ojos mostrando un gran miedo en ellos, Medico la había acorralado amenazando su cuello con su gran y afilado bisturí.

- Una palabra mas y dejare marcada esa carita que Tiempo tanto ama.

Amor solo se quedó sollozando del miedo y la impotencia, mientras Medico se burlaba de ella repitiéndole cuna patética y débil era. Por una de las ventanas, observando todo lo que antes había acontecido se encontraba una pequeña mariposa con alas en forma de flamas azules. Rápidamente dicha mariposa salió volando en búsqueda de su amo.

Volviendo al mundo de los mortales....

- ¿Qué deseas aquí?, eres a la última persona que deseo ver en estos momentos.

- Valla que frio...y eso que apenas y nos conocemos.

- ¿Qué deseas? – pregunta cortante mientras cruzaba sus brazos a manera de reproche.

- Solo quería conocer un poco más al tan afamado Dios de la Vida. Mirándote de cercas de verdad eres sumamente hermoso.

- Qué demonios...no me vengas con eso bastardo. No se cuáles sean tus verdaderas intenciones pero te advierto que no dejare que te burles de Muerte...

- ¿Tanto como tú lo has hecho?

Vida no pudo contener más su cólera y ante la sorpresa del Segador había activado uno de sus cañones disparando directamente el peli-plateado.

Un estruendo resonó por toda la playa y un gran hueco se encontraba en un pilar de piedra al a ver sido esquivado por Segador a tiempo.

- Valla, quien pensaría que el benefactor de la vida era todo un arsenal de armas. Admito eso me tomo por sorpresa y me asusto...- decía un poco agitado, tomándose del pecho

- Je, ¿Dónde quedo esa actitud engreída? – Bufaba Vida volviendo su cuerpo a la normalidad.- No tengo problema de una pelea a mano lipia.

- Lo siento pero no he venido a pelear contigo...no podría además.

- ¿De qué hablas? Tu posees el fuego de la purificación, aun siendo dioses también su efecto puede doblegarnos a nosotros.

- Puede ser, pero este poder es para acabar con las plagas y proteger a Muerte, no para asuntos absurdos como este.

- Pensaba habías dicho que protegerías a Muerte de todo lo que podría hacerle daño, incluyéndome a mí.

- Lo sé. Pero si lo hago...sé que él jamás podrá perdonármelo. Pero no me malinterpretes, no pienso dejarte las cosas fáciles...estoy determinado a hacer que Muerte se fije en mí.

- Tsk...eso jamás pasara, no pienso permitirlo...

- Ya lo veremos entonces. – Con una sonrisa de lado el Segador observo la determinación en aquellos amenazadores y hermosos ojos verdes, sintiéndose un podo contento al resultado esperado. Pero antes de proseguir una mariposa de alas flamantes se había posado en su hombro llamando la atención de ambos hombres.

- ¿Qué es eso? – Preguntaba Vida con curiosidad, observando aquella singular mariposa.

- Una de mis informantes, les di esa forma porque me gustan mucho las mariposas...-Admitía Segador un poco apenado, Vida no puedo evitar sonreír orgulloso.- Oye...bájate de tu nube que no es para tanto.

- Jeje, como digas...- Segador hizo un leve puchero sintiéndose avergonzado, pero pronto su expresión cambio al escuchar lo que su pequeño informante le había revelado.- Sucedió algo?

- Lo siento, hay algo de lo que debo encargarme...- Se disculpa apenado, mientras las flamas sobresalían de sus piernas, casi invadiendo mitad de su cuerpo. La cólera que sentía en esos momentos no le era fácil contenerla y como había dicho no deseaba llegar a lastimar a Vida si esta se salía de control. Dejando salir sus alas, rápidamente salió volando lejos de ahí dejando a Vida intrigado y un poco preocupado.

- ¿Qué habrá pasado?...- se preguntaba el benefactor mientras observaba a esa pequeña mariposa de alas de fuego revolotear juguetona a su alrededor. – jejeje, no eres tan mala para no ser una de mis creaciones, incluso eres hermosa ...no puedo creer que él sea capaz de algo como esto, es maravi....¡no!, ¿pero que estoy diciendo?, él no es más que mi enemigo, sí, eso es...no permitiré que me arrebate a Muerte, nunca...- La mariposita en ese momento le paso unas cuantas gotitas por la frente, ese dios si que era demasiado complicado.

- Mmm....he...¿Dónde e....? – tallando un poco sus ojos, Muerte se da cuenta que se encontraba en su habitación, recostado sobre su cama- ¿en qué momento llegue aquí? – se preguntaba con confusión mientras rascaba su cabeza dando después un bostezo- espera un momento, ¿Dónde está el Segador?

Preocupado salía de la habitación buscando por toda la casa a su nuevo compañero, cuando al bajar lo encuentra saliendo de la cocina, con su pecho totalmente desnudo y una bolsa de basura en mano. Su cuerpo no era del todo delegado como él había imaginado, de hecho era un poco más musculado como Vida. Recordando eso se puso aún más rojo tapando su cara con sus manos apenado.

- ¿por...porque estas así?

- ¿he?....waaaaaa...lo olvide...lo lamento es que...mi camisa se ensucio un poco y trate de lavarla pero...supongo la manche más de los que estaba y pues...

- Si....si lo deseas yo puedo lavarlo más tarde, solo...waaaa...¡Ponte algo ya!

- ¡s...si...! Lo siento....

Un poco avergonzado, Segador salía corriendo a las escaleras con intención de llegar a uno de los baños del pasillo. Al darle la espalada a Muerte este con sorpresa observo la pálida espalda de su compañero repleta de toda clase de cicatrices. Aquello lo impresiono demasiado que la vergüenza de hace unos momentos se había desvanecido.

- Segador...¿Qué fue lo que te paso?


El Guardián de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora