Cap.10

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Mátenme.

Mátenme.

¡Mátenme!.

Nunca se había imaginado que lavar tan solo tres prendas iba a ser tan difícil. Sólo se remojaba en el agua y se tendía, listo. ¡Pero no!, ahí tenían que complicarlo todo. Rodaba y rodaba sus ojos, era lo único que quería hacer.

- Luego de que ya hayas puesto el detergente, el aromatizante y un poco de cloro en el agua, lo vas a colocar en la lavadora - frunció el ceño con disgusto al ver cómo Ryeowook tiraba el agua en la máquina antes mencionada con forma de cilindro. Era muy pequeña, para la ropa de una sola persona.

- La de mi casa está mucho más grande que esta.

- ¿Y qué? - lo retó el menor - La lavadora es lavadora, chica o grande. Lo importante es que lave la ropa. Además, ésta es tu casa ahora. Debes acostumbrarte.

- ¡Já!, ni aunque me hagan un lavado de cerebro con esponja y jabón llamaría a éste asqueroso lugar hogar.

- Ten cuidado con las palabras que sueltas, Jong Woon hyung. Puedes terminar mordiéndote la lengua y muy fuerte. - la sonrisa del enano le daba dolor de cabeza. Gruñó - Ya cuando todo se haya mezclado bien, ahora sí le vas a hechar tu ropa. Hecha la tuya.

- Dijiste que cada quien iba a lavar su ropa - dijo con un semblante confundido al ver como todos los hermanos del pelirrojo iban y metían sus ropas para luego volverse a ir.

- Sí, eso dije.

- Entonces por qué todos van a lavar su ropa en la misma lavadora. ¿Por qué yo tengo que hacerlo?.

- Bueno, se lava en la misma lavadora por qué no son muchas las ropas que utilizamos, y además, se ahorra corriente y trabajo. Pero cada uno se encarga de sacar su ropa, de enjuagarla, exprimirla y de tenderla. 

Una vez más, rodó los ojos.

Veía a los demás acercarse a una cuerda a los que ellos llamaban "soga", se acercó por inercia pues veía que era ahí donde tendían sus ropas. Se colocó a un lado del pelirrojo que taradeaba una canción mientras hacia su labor. Aquel momento era muy incómodo, todos estaban tendiendo su ropa a excepción de él.

- ¿Cómo se supone que voy a colgar esto? - le preguntó al bajito en un susurro, no iba a arriesgarse a que lo escuchen y hacer el ridículo. El menor lo miró incrédulo - ¿Qué?, ¿Crees que estoy bromeando?. Esto lo hacía la servidumbre, no yo.

Pronto cerró los ojos cuando escuchó la risa burlona de Heechul. Si no se callaba pronto lo iba a golpear.

- Ya basta, Hee. Hay que entenderlo, no está acostumbrado a esta vida. Nosotros debemos tener paciencia y enseñarle.

- Por favor, Key - la sonrisa seguía en sus labios - ¿No crees que es un poco exagerado que ni siquiera pueda tender su ropa?.

- Yo apoyo a Key - intervino Sungmin - Jong Woon estaba acostumbrado a otro estilo de vida, por eso debemos ayudarlo y hacer que se sienta seguro de que aquí es un buen lugar para vivir. No criticarlo por cómo fue su vida anterior.

- No es que no esté de tu lado, Hee. Pero los chicos tienen razón - miró con indignación a Kangin, él casi siempre lo apoyaba.

- ¿Qué dices, Heechul hyung? - habló el pequeño con una dulce sonrisa - ¿Demostraremos que los cirqueros somos mucho mejor que el dinero?.

- ¡Ahg, está bien! - contestó el alto de ropa afeminada para acercarse a Jong Woon. Tomó las prendas que tenía entre sus manos - mira, Jong Woon. Todo depende de la prenda que se tenderá, no lo vas a tender a lo loco. En este caso que es la sudadera, detenme aquí - le entregó el pants para poder tomar con ambas manos la prenda que iba a tender - lo vas a tender del borde, así las mangas van a caer y se secará mucho más rápido - dijo colocandolo en la soga y prendido la misma con aquellas pinzas de colores - Y el pants siempre se va a prender de la cintura, nunca de los pies. A ver, hazlo.

Jong Woon miró al pelirrojo que le dio ánimos con una sonrisa. Suspiró incómodo, nunca le había gustado llamar la atención. Tendió la prenda ganándose un aplauso por parte de todos, bufó. Qué ridículo.

- ¿Ya ves?, No es nada difícil, ni cosa de otro mundo - le habló Heechul.

- Sí, ya vi.

- Jong Woon, tienes visitas. Te esperan en la pista.

Abrió los ojos al escuchar al chico que había sido el entrenador de los chicos en la mañana, asintió con la cabeza. Suspiró y se dio cuenta de que todas las miradas seguían sobre él. Los miró con seriedad.

- ¿Qué?, ¿Acaso les tengo que pedir permiso para poder irme?.

- Adelante - contestaron todos al unísono. Gruñó molesto, al parecer se habían tomado muy en serio su sarcasmo.

Caminó hasta el lugar donde salían a hacer su espectáculo para poder encontrarse de nuevo con su amigo, esperaba que le haya traído una ropa de muy buena calidad. Miró hacia atrás sin detener sus pasos y rodó los ojos al ver que todos venían atrás de él.

Llegó a la pista con la intención de encontrarse con su insoportable amigo, pero sus pasos se detuvieron y su rostro cambio, su expresión era neutra, dura. No contaba con ver a su progenitor ahí.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - preguntó al ya estar frente a él.

- Vine a ver que estés cumpliendo con tu nueva responsabilidad. Espero que así sea por tu propio bien. Aquí están tus prendas.

Se las lanzó sin una pizca de sentimiento hermoso. Sin embargo, Jong Woon no se dejaría intimidar por eso, pues fue rápido y tomó la bolsa entre sus manos sin perder la mirada de su padre. No le importaba que esos estúpidos cirqueros estuvieran presentes en el lugar.

- Asco - le murmuró con rencor - Este lugar me causa asco.

- Pues lo siento mucho, Jong Woon. No voy a dejar que sigas perdiéndote en el mundo sin saber cómo se consigue el dinero. Y dale gracias al cielo que tenías ahorrado algo de dinero por qué con el mío ya no cuentas.

- ¿Qué estás diciendo?.

- A partir de ahora tú mismo te encargarás de conseguir tus propios gastos. He cancelado todas las cuentas a tu nombre y tus tarjetas de crédito. No volverás a recibir un solo peso de mí, así que vete olvidando de todos esos gastos que planeabas hacer.

- No me puedes hacer esto....¡No me puedes hacer esto. Soy tu hijo!.

- Lo sé. Y es por esa misma razón que lo hago.

- Te vas a arrepentir de esto, papá.

- De lo que me arrepiento es de haberte consentido tanto todos estos años. Qué lástima me das, Jong Woon. De verdad, que tristeza.

- ¡No me puedes dejar en este lugar. Te exijo volver a la casa! - lo detuvo al ver que se daba la vuelta y empezaba a irse.

- Bien, hagamos un trato, hijo. Estarás aquí por seis meses, después de ese tiempo, podrás regresar a la casa. Pero si en esos seis meses no veo un cambio en ti, te juro, Jong Woon, que ahora sí te quedas sin nada. Tú sabrás. ¿Trato?.

Miró la mano de su padre frente a él. Siempre había sido un hombre de palabra y estaba seguro que cumpliría con lo dicho. Prefería mil veces más quedarse solamente seis meses que toda su vida allá.

Dejó de pensarlo, solamente estrechó la mano de su padre y lo miró con firmeza, seguridad.

- Trato hecho. 

 

El Circo Del Amor [YeWook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora