Aproximándose al lugar no destinado, el brillo se hizo presente en los ojos de Ryeowook. Aún estando dentro del auto y la ventana cerrada, podía sentir el aire pegar en su rostro, la brisa rodear su cuerpo, haciéndole saber que lo esperaba con ansias. Abrió sus ojos cuando pudo presenciar el malecón de la playa, era enorme y muy hermoso, decorado con luces color azul aqua, cosa que lo hacía ver mágico, la arena hacia una hermosa combinación con el agua y el cielo que empezaba a ocultar el sol. Sonrió, era todo un paraíso de sueño.
En momentos los ojos negros de su acompañante lo miraban de reojo, para Jong Woon era realmente sorprendente que el pelirrojo se haya puesto a llorar con solo ver el agua, ¿Realmente jamás había visitado una playa? Para él era algo común irse de vacaciones a esos tipos de lugares, pues no estaba de más decir que esa playa no era la más lujosa del mundo, aún buscaba un lugar donde estacionar el auto de su amigo y Ryeowook ya estaba demasiado emocionado, suspiró mirándolo, sus sollozos ya empezaban a desesperarle.
Estaba a punto de decirle qué, por favor, cerrara su boca antes de que le diera un ataque dentro, pero obviamente no pudo hacerlo, la emoción de Ryeowook pareció apoderarse de él completamente. No lo pudo controlar, simplemente no, quizás para otras personas sea ridículo emocionarse por una simple playa pero no era su caso, siempre, toda su vida, soñó con ver el mar, aunque sea de lejos, y tenerlo en ese momento frente a él era uno de sus tantos sueños hechos realidad. Fue por esa razón que salió del auto, corriendo a su sueño de niño.
- ¡Oye, Ryeowook!, ¡Vuelve acá ahora!, ¡Ryeowook!.
Pero hizo caso omiso, no tenía la intención de detenerse, ni la más mínima. Sentía en su pecho una sensación enorme de alegría, y creció aún más al sentir la deliciosa suavidad de la arena que deleitaba sus pisadas cortas, era fresca y única la sensación que te llevaba al cielo, que te hacía volar y al mismo tiempo aterrizar. Brillaba bajo sus pies y el mar hacía su acto de danzar con sus acompañantes olas, era mágico, muy mágico. Y es que a veces sonaba tan patético, pero al desear algo y al fin lograrlo, te llenaba de algo más grande que alegría.
Movió sus dedos traviesamente en la arena, sonriendo con diversión, dió un paso, otro, otro más, y otro, sintiendo como se hundía y a la vez lo abrazaba sin dejarlo ir. Un brazo lo detuvo de repente, captando su atención, abrió los ojos. Se había olvidado completamente de su hyung y ahora se lamentaba, respiraba pausadamente, indicando que había corrido.
- ¿Estás loco, enano?, ¿Por qué te has bajado así?, Estábamos en carretera, algo te pudo haber ocurrido.
- Lo siento mucho, hyung. - dijo avergonzado - Me emocioné, debí esperar.
- Oh, claro que debiste hacerlo. Ryeowook, no estamos en el circo, la playa es muy grande y siendo tu primera vez es peligroso, ¿Entiendes?. No vuelvas a escaparte así o no responderé y te dejaré.
- No, no, no, hyung, ya. No lo volveré a hacer, lo prometo.
Jong Woon suspiró derrotado, asintió con la cabeza en señal de afirmación, todo estaba bien por suerte y no tenía que preocuparse, el auto del mayor lo había dejado en una zona tranquila y bien cuidada, así que por esa parte también estaba tranquilo. Miró la sonrisa de Ryeowook, era tan grande que casi le llegaba a las orejas, sus mejillas levemente rosadas saltaban aún más de lo normal, seguro luego le dolería la cara por tanta felicidad y sería muy buen momento para reír. Bajó sus ojos a la arena y frunció el ceño, ¿En qué momento Ryeowook se había quitado los zapatos?, Cerró los ojos recordando, se los había quitado desde que estaban dentro del auto, ese pequeño y enano chico ya tenía preparado su travesura. No era algo que le gustara, detestaba quitarse los zapatos y aún más si era para exponerse ante varias personas, no tenía nada de qué avergonzarse, sus pies estaban perfectamente bien cuidados para andar descalzo cuando y cómo quisiera, solo no le gustaba, pero estando en ese lugar no tenía otra opción más que hacerlo.
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El Circo Del Amor [YeWook]
LosoweHistoria Original. Kim Jong Woon, hijo del empresario más importante de todo Corea del Sur, sufre un radical cambio de vida al ser enviado al circo de los Kim, teniendo que vivir una vida distinta a lo que acostumbraba y aprendiendo que no todo es c...