Solamente podía notar varios mechones rojizos frente a sus ojos y oler un delicioso aroma a fresa, lo admitía, aquel olor lo deleitaba por lo dulce que era. Pero ese no era el caso, no podía ver nada gracias a la pequeña cabeza del enano que estaba sentado sobre su regazo. Se preguntarán la razón de aquello, es sencillo, Hyukjae tuvo la maravillosa idea de llevar a cenar a los chicos una pizza en su auto, y no era que no fuera espaciosa la camioneta, sino que era pequeña para tanta gente, y aún así los metió con la frase de "todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar". En efecto así era, si se acomodaban daban perfectamente, pero siempre sobraba uno y quedaba fuera, hasta que tuvieron la extraordinaria idea de sentar a Ryeowook en sus piernas con el pretexto de que era el más ligero.
Apretó los ojos, lo peor de todo era que no podía sacar de su mente las palabras del peli-lila refiriéndose a Ryeowook, se sentía incómodo imaginándolo de una manera tan comprometedora y aún más teniendo su redondo trasero sobre él, era pequeño pero tenía demasiada carne.
¡Rayos, Jong Woon!. Deja de pensar en esas cosas y más con el cirquero ese.
Todo, contaba con todo menos que Hyukjae se iba a pasar un tope de la carretera y gracias a eso todos den un salto. Sus dedos se apretaron en la cintura de Ryeowook quien gracias a la estupidez del conductor casi salía disparado del auto, recibió un tierno gracias por parte de él, hizo como si lo ignorara. Empezaba a darle calor en la parte inferior de su cuerpo y vaya que no exageraba, si Ryeowook no se bajaba pronto de su encima le iba a dar un colapso.
Afortunadamente notó que Hyukjae se había indignado a estacionarse y eso fue una capa de alivio para él, todos bajaron del auto cuando llegó el momento y soltó el aire que estaba conteniendo en sus pulmones los pocos segundos que quedó solo, aún quedaba la sensación de Ryeowook sobre él y no lo iba a negar, le dió muchas ganas de tocarlo y para nada sano. Sintió una mano tomar su muñeca y sacarlo del auto, era ese mismo pequeño que estaba jugando sucio con él.
- Vamos, hyung. ¡Ya hemos llegado!.
Al parecer le gustaba mucho la pizza y solo la idea de estar en un lugar donde las vendan le emocionaba, su tono de voz era de esa misma reacción y además sonreía de una manera amplia. Seguramente ya se estaba acostumbrando a jalarlo y llevarlo siempre a su paso porque se estaba volviendo muy común hacerlo. Entraron al lugar, era demasiado grande y lujoso, al fin estaba de nuevo en uno de los lugares que marcaban su imagen, aunque Ryeowook seguía jalando su brazo hasta saber que ya era momento para soltarlo, sintió la suavidad en su muñeca nuevamente.
- ¡Qué genial está este lugar!. - Sungmin alzó la voz con emoción, igual a la de su hermano menor.
- He visto mejores - comentó Heechul guardando su sonrisa de emoción - pero no puedo negar que está lindo.
- Woaw, es mucho más grande de lo que me imaginé, no puedo creer que solo sea una pizzería.
- ¿Te gusta? - a diferencia de sus hermanos, el pequeño sí recibió respuesta por parte de Hyukjae. Este se había acercado lo suficiente a él para susurrarle en su oído y obtener un tierno movimiento de cabeza acompañado de una sonrisa igual, sonrió - Vamos a sentarnos, la pizza no puede esperar.
Lo tomó de la mano y se dirigió con él y sus hermanos a una mesa grande, perfecta para todos. Jong Woon se sintió indignado en ese momento, solamente fue caso de unos segundos para que el idiota de Hyuk lo borrara del mapa, en menos de diez segundos Ryeowook había pasado de tomar su mano para tomar la de él, pero tampoco había que confundirse, no le enojaba el hecho de que el pelirrojo lo haya cambiado porque estaba seguro que no fue así, lo que le enojaba era las acciones que Hyukjae siempre hacia para mostrarse superior. Incluso en un lugar insignificante como el circo lo lograba, estaba harto de ello.
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El Circo Del Amor [YeWook]
De TodoHistoria Original. Kim Jong Woon, hijo del empresario más importante de todo Corea del Sur, sufre un radical cambio de vida al ser enviado al circo de los Kim, teniendo que vivir una vida distinta a lo que acostumbraba y aprendiendo que no todo es c...