10. No quiero esto.

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-Todo va a estar bien, me esforzaré para que tú te sientas cómoda.- le decía Esteban a su ahora esposa mientras dejaba en el suelo de la habitación las maletas y salía para comprar la cena.

Alondra se quedó sola en la habitación y veía con detalle cada centímetro del cuarto buscando defecto tras defecto. El olor era una mezcla entre café y humedad, el color de las paredes era un celeste que se estaba despintando, el suelo era de madera oscura cubierto por una alfombra roja vieja con unas manchas de cloro, la iluminación era escasa, las cortinas eran de un estampado de flores grandes, un espejo circular colgaba de la pared y los únicos muebles que habían era una cama matrimonial con la ropa de cama en color celeste y una cómoda vieja de madera.
Éste lugar era totalmente inaceptable para alguien de su estatus social, no era posible si quiera concebir la idea de que Alondra Aguilar fuera a pasar la noche en un sitio como éste.

-Esto es inaudito, ni cuando iba al campamento de pequeña llegué a dormir en un lugar así.- Alondra recordaba cuando tenía nueve o diez años y sus padres la enviaban en vacaciones al campamento "Funny Royal". Un campamento privado donde los campistas aprendían a nadar de forma sincronizada, andar en bicicleta, fránces básico, esgrima, algo de astrología, artes marciales, pintura realista, entre otras habilidades diseñadas para hijos de familias adineradas. Los niños del campamento dormían en cabañas que poseían todas las comodidades que podían ofrecer.

Una infancia repleta de lujos y caprichos, es la responsable de que esa habitación en la que se encontraba ahora le pareciera el nido de una rata asquerosa.

-Volví.- anunciaba Esteban mientras entraba en la habitación. -No sé bien qué te gusta, así que te traje comida china, también un sándwich y además un burrito de carne. ¿Qué escoges?

Alondra lo ve sacar las cosas de las bolsas y no puede evitar sentirse molesta y culparle de nuevo por su suerte.

-Todo es tú culpa.

-¿Qué?- pregunta el chico confundido.

-Todo lo que me está pasando es tú culpa y que yo, Alondra Aguilar, este metida en ésta asquerosa ratonera también es tú culpa.- Alondra empezaba a alterarse.

-¿Por qué me culpas a mí? ¿Yo qué te hice? Hasta dónde sé, no te he hecho nada.

-¡Me desgraciaste la vida!- le grita la chica y Esteban se ofende.

-¿¡Qué yo que!? Yo no te hice nada, no fui yo quién te dejó embarazada y te abandonó.

-Ya hubieras querido...

-¿Q...qué dijiste? No puedo creer que me estés diciendo eso. ¿Eso piensas de mí?

-Sí, todos ustedes los hombres son iguales, nos toman, nos embarazan y luego nos dejan. Tú de seguro debes tener algún hijo escondido por ahí con alguna pobre chica que cayó en tus "encantos de hombre".- Alondra imita las comillas con sus dedos y sigue igual o más alterada que antes. Esteban indignado no piensa seguir escuchando más a esa niñita caprichosa y su rabieta.

-Sabes qué, no voy a escucharte más. Cuando te calmes y meditas lo que has hecho espero que te des cuenta de tu error. Sólo eres una niñita molesta y yo no estoy dispuesto a soportar tus pataletas cuando se te antoje. Me iré a comer al comedor y luego vengo a dormir, elige sí quieres cama o bañera. Mañana temprano nos iremos de aquí.- Esteban toma el sándwich y se va de la habitación.

-¡No he terminado contigo! ¡Vuelve aquí!- renegaba la chica hasta que un dolor se plantó en su vientre haciéndola callarse.

-Está bien, me voy a calmar. Mira, ya me calme y comeremos algo, ¿Te parece bien mi renacuajo?- le hablaba a su pequeño vientre. Al abrir el tazón que contenía el arroz cantones, el apetito apareció. Saco de la bolsa los cubiertos y una botella de refresco.

Por muy fina y clase alta que fuera la chica, esto no le impidió a ella comerse con ganas aquel arroz cantones de restaurante chino.

-Presumido ese, lógicamente no dormiré en una bañera en la que no sé quién se habrá metido desnudo. Aunque en la cama...Es mejor no pensarlo mucho y simplemente meterse en la cama y dormir.

Minutos más tarde Esteban vuelve al cuarto quien al ver a Alondra profundamente dormida, no le queda mas remedio que irse a dormir...a la bañera.

Una incómoda noche le esperaba, pero dormir en otra parte del cuarto y lejos de Alondra, hacía parecer aquella bañera el mejor lugar del mundo para dormir. No tenía ganas de discutir más en lo que quedaba de la noche, había sido un día difícil.

* * * * *

Les dije que volvería y estaría actualizando mis historias y aquí estoy, con un capítulo de esta historia que tanto han esperado.

Los invito a mi página de Facebook y a mí Instagram: Paola_Lee198.

Gracias por leer, comentar y votar. Feliz tarde :)

Papá por Encargo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora