33. El Tío Armando.

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Me da gusto que sí pudieran venir.- le decía la señora Gabriela a Esteban y a Alondra.

Ella como siempre, usando elegantemente un vestido negro hasta las rodillas, un abrigo muy fino de color blanco, siempre con sus zapatos de tacón también negros y en punta, su ondulado cabello largo suelto y un maquillaje impecable. La madre de Alondra era una mujer bella, con rasgos muy bonitos, una piel trigueña acompañada de unos ojos de color café claro y un cuerpo bellamente curvilíneo.

-Fue lo primero que me dijo Alondra en cuanto llegue a la casa ayer. – le contaba Esteban a la señora Gabriela. –Estaba muy ansiosa.

-Es que ella realmente quiere mucho a su tío, llevaba mucho tiempo sin verlo, Armando había dejado de venir porque Víctor no lo toleraba en la casa y siempre eran discusiones, esa fue la razón por la que Armando dejo de venir, para evitarle problemas a Alondra y a mí.

Los tres ya estaban en el aeropuerto, pero Alondra paseaba por todo el lugar, no quería estar sentada, mientras tanto, Esteban y la señora Gabriela la veían ir y venir de un lado a otro, sentados.

La señora Gabriela pudo ir al aeropuerto junto a ellos, se dio una escapadita de la casa y se dirigió al lugar.

-Entiendo, pero lo que no logro entender es ¿por qué el señor Aguilar no se lleva con su hermano? – preguntaba Esteban.

-Creo que eso va desde que eran niños, Víctor siempre le tuvo mucha envidia a su hermano mayor y permanece aún esa envidia. Y más cuando Armando logró tener una gran vida allá en Los Ángeles.

- ¿Productor y director de series, verdad?

-Así es, desde hace ya bastante.

Los minutos pasaban y los tres esperaban la llegada de Armando y fue alrededor de las 9:00 pm que venía arribando el avión en el que venía. Hubo algo de movimiento, pero no muy significativo, el señor Armando mantuvo su visita en secreto para los medios.
Los tres se dirigieron a la zona de llegada y algunos minutos después, lo vieron bajar por las escaleras eléctricas.

- ¡Tío! – Alondra lo llama inmediatamente logra verlo entre la gente. El hombre también reconoce la voz que lo llama y logra verla a la final de las escaleras, rodeada por la señora Gabriela y un joven que del cual desconoce la identidad.

- ¡Princesa! ¿Cómo está mi sobrina favorita?- le decía Armando en cuanto bajo y la tuvo de frente. Le dio un fuerte abrazo.

El señor Armando se parecía solo un poco a su hermano Víctor, las diferencias eran bastantes. El señor Armando era más alto y parecía estar más en forma. Un perfil muy masculino gracias a sus facciones, ojos también azul oscuro y cabellera ligeramente larga en color chocolate, un look de galán completado por una barba perfectamente delineada y cuidada en forma de candado. Su voz era casi tan profunda como la de su hermano, pero a diferencia de él, la de Armando se oía un poco más cálida. Llevaba puesto un traje en color azul marino y una camisa de vestir blanca, pero sin corbata, no era muy amigo de usar ninguna de esas cosas alrededor del cuello a menos que fuera estrictamente necesario.

– Mira que grande estás. – le decía el señor Armando a su sobrina. –Estoy seguro de que esto es nuevo.- se refería a la visible barriga de Alondra. –No me lo esperaba.

-Hay muchas cosas que quisiera contarte, pero antes, quiero que conozcas a alguien muy importante para mí.- ella se acercó más a Esteban y lo tomo del brazo.

-Espero que sea al responsable de que crecieras como globito.- bromeaba el hombre, estaba enterado de la situación, pero era la primera vez que veía a su sobrina en estado de embarazo.

Papá por Encargo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora