5. La única opción.

6.3K 468 13
                                    

En el colegio.

-¡Profesor!- una de las estudiantes trataba de captar un poco la atención de Esteban, ya que parecía tener su mente en otra parte.

-Profesor, ¿se encuentra bien?- insistió otra alumna. Rápidamente Esteban reaccionó y siguió anotando las preguntas del nuevo cuestionario para las estudiantes. Con la noticia que había recibido el día anterior, apenas le dio el tiempo para preparar algo para la clase.

-Sí, estoy bien.- el joven se volteo hacía la clase y mostró su mejor sonrisa, aunque por dentro ni él mismo se creía sus palabras.

Mientras las alumnas anotaban el cuestionario en sus cuadernos, Esteban tomó asiento en su silla, se colocó de nuevo sus lentes y se dispuso a leer un libro. Necesitaba distraer su mente y la única forma que encontró era leyendo a una de sus escritoras favoritas, J.K Rowling.

-¡Pttss!- Mónica trata de llamar la atención de Alondra.

-¿Qué?- le responde Alondra por lo bajo.

-¿Ya viste cómo está hoy el profesor?

-¿De qué hablas?- pregunta Alondra.

-Parece algo desanimado. Hoy le falta esa chispa en su sonrisa.- Mónica señala discretamente al profesor y habla en susurro.

-¿¡Lo has estado observando demasiado, no crees!?- le acusa Alondra.

-Es que, míralo, se ve como preocupado por algo.- Alondra dirige su vista con discreción hacía el profesor y comprueba lo que Mónica le dijo.

-Deberías hablar con él.- Alondra clava sus ojos en su amiga ante la ocurrencia que salió de sus labios y Mónica ríe por lo bajo por el gesto "amenazante" de su amiga.

-¿Y cómo por qué yo haría eso?

-Porque él fue amable contigo ayer. Me contaste lo del dulce, sería un buen gesto que te acerques a hablarle.- le responde Mónica con total convicción.

-De verdad estás loca.

Pasa la hora de clases y las jóvenes se disponen a salir del salón para disfrutar del recreo.

Esteban seguía perdido en sus pensamientos y no se había percatado de que Alondra era la única estudiante en el salón.

El silencio inunda el lugar hasta que un suspiro es emitido por Esteban.

-¿Qué voy hacer? ¿Qué debo hacer?- Esteban se quita bruscamente los lentes y se lleva las manos a la nuca.

"-¿Qué es lo qué ocurre mamá?  ¿Papá se encuentra bien? - le pregunta el joven preocupado a su madre ante las palabras de ella.

-Tu padre se encuentra bien hijo, pero es precisamente de eso que quería hablarte. Siéntate por favor.- ambos toman asiento. La madre del joven lo observa de la misma forma como cuando era un niño pequeño y sonríe melancólica. -Recuerdas...que cuando descubrieron el daño en el hígado de tu padre...estábamos muy mal económicamente, ¿verdad?

-Sí mamá.- responde el muchacho con algo de pena en su voz al recordar aquel día en el hospital.

-Sabes bien que nos dijeron que la única forma de salvarlo, era con un transplante.- unas lágrimas amenazan con querer salir de los ojos de la madre de Esteban, pero las contiene para seguir. -Tu padre no tenía el tiempo para esperar...y nosotros...tampoco teníamos el dinero...- la señora cierra con fuerza los ojos para no dejar escapar las lágrimas. Recordar todos esos duros días, se le hacía muy difícil.

-Mamá, no te pongas así. Papá ya está bien y sigue con nosotros.- el joven se acerca a consolar a su madre.

-Es que ese es el asunto...- Esteban mira a su padre, confundido.

Papá por Encargo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora