36. La Cabaña.

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(9) 36. La Cabaña.

Afortunadamente la situación de Alondra y su fiebre, fue bien controlada en el hospital y en poco tiempo ya se encontraba mejor en su casa. Alondra continuo aconsejando a Esteban sobre el empleo con el señor Armando y finalmente terminó aceptándolo después de una breve platica que tuvieron a solas en la que el señor Armando pudo aclararle sus intenciones con ese trabajo a Esteban, despejando cualquier duda de algún interés oculto que pudiera tener el señor Armando con respecto a su silencio.

Pasaron dos meses desde el incidente en el hospital y Esteban ya trabajaba para el señor Armando. Esteban disfrutaba su trabajo, era muy interesante estar rodeado de personas de la farándula, escritores y guionistas, algunos actores y uno que otro modelo, su vida se había vuelto muy ocupada con todo el asunto de ser el asistente de un director y productor de series. Razón por la cual cada instante que lograba pasar con Alondra eran muy apreciados, disfrutaban juntos, el vientre de Alondra ya había llegado a las ultimas semanas, en cualquier momento podrían tener al bebé. Alondra salía siempre acompañada de su primo Marco, por si ocurría en cualquier momento.

―Hola, preciosa. - Esteban volvía a casa y saludaba a su esposa en la habitación. Se sentaba a su lado en la cama y le daba un beso en los labios para después darle un beso en la barriguita. ― ¿Cómo se portó hoy?

―Ha estado demasiado inquieto, no deja de darme de pataditas. Lo ha hecho toda la mañana desde que te fuiste. - le contaba la joven. ―Seguramente será futbolista cuando crezca.

― A ver campeón, ¿es verdad? - Esteban le hablaba y ponía su oreja en la barriga. - Tienes que portarte bien con tu mami, ella es muy buena.

―Al parecer te hace más caso a ti que a mí, parece que ya está tranquilito. - comentaba Alondra al notar que ya no sentía las mismas pataditas.

―Es un niño bueno, ¿¡Verdad, campeón!? - volvía a besar la barriguita de Alondra, pero está vez también hacía cosquillas.

― ¡Basta, Esteban! - reía la joven. ― ¡Vas a hacer que me haga pis! - a Esteban no le importo y seguía por unos segundos más hasta que recordó algo importante que debía decirle.

― Tengo algo muy bueno que contarte- iniciaba él.

― ¿Sobre qué?- preguntaba Alondra recuperando la compostura.

―Sobre el trabajo. - seguía él.

― ¿Qué es? ¿Es algo bueno? - Alondra se empezaba a interesar.

―Te diré...es que, ¡Cómprame!

―Te doy tres besos y dos abrazos. - ofrecía la joven ante la petición de Esteban.
―Que sean mejor diez besos, cuatro abrazos y un beso sorpresa. - el joven sonreía pícaramente y Alondra suspiro derrotada.
―De acuerdo, trato hecho. - le extendía la mano, pero Esteban fue más rápido y le robo un beso juguetón en los labios al que Alondra rápidamente correspondió. -Espera, no se vale que cobres antes de contarme.

―De acuerdo, lo que sucede es que tu tío se quedará un tiempo más en el país.

― ¿De veras? - ella se emocionaba.

―Así es, de hecho, grabará una parte de la serie en el país. - le contaba Esteban.

― ¡Qué bueno, eso es una gran noticia! - celebraba Alondra con entusiasmo.

―Sí, uno de sus colegas le llamó para comentarle sobre una locación excelente acá en el país que le serviría de maravilla para muchas de las escenas y ya que está aquí, tu tío decidido que sería una buena grabar antes de volver a Los Ángeles. Su equipo de grabación vendrá en pocos días.

Papá por Encargo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora