Capítulo 6

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Ya son las ocho de la mañana, y para mi desgracia solo he dormido casi cinco horas. Estoy muerta de sueño.

Cuando me despejo un poco veo que Lucas está en la cama con mi hermano.
Que adorable se ve Lucas cuando duerme...

Pronto quito ese pensamiento de mi cabeza, dispersándolo por completo.

Bajo las escaleras y me dispongo a preparar el desayuno para mí y para los chicos. Menos Álex y Lucas, los demás me dejaron dormir.

Les hago un par de tortitas a cada uno, un huevo frito con bacon y un zumo. Sé que les gusta mucho, y por eso quiero agradecerles lo bien que se han portado esta noche así, con un gran desayuno.

Empiezo a oír pasos en las escaleras, y de repente aparece​ Logan ante mis ojos, como no, en calzoncillos.

— Hola, guapa. ¿Qué tal has dormido hoy?

— Bien, la verdad. No me esperaba dormir así de bien con vosotros en la misma habitación.

— Me alegra que hayas dormido tan bien.

— Sí, a mí también me alegra —me río.

— Mmm... ¿Qué es lo que huele tan bien en esta cocina? —dice David, del cual no me había percatado de su presencia hasta ahora.

— Pues que he dormido súper bien, y quería agradecéroslo con un desayuno que espero que os guste mucho.

En ese momento veo dos sombras más bajando las escaleras.

— Mmm... Que bien huele. Huele a... ¿Tortitas? —dice Álex.

— Sí —contesto.

— ¿Y eso huele a huevos y bacon? —pregunta Lucas sonriéndome.

— Sí... Os he hecho vuestro "desayuno estrella". Creo que lo llamabais así —río.

— ¡Bien! —gritan todos.

— Tampoco hace falta que me dejéis sorda, eh —les digo.

— Venga ya, hermanita, desmelénate un poco. Parece que estés amargada desde que te despiertas hasta que te acuestas —dice mi hermano, y yo me río. La verdad es que me hace gracia.


Ya hemos acabado de desayunar, me he duchado y ahora estoy en toalla en mi habitación con todos estos idiotas en calzoncillos. La verdad, no sé si pegarles una patada en la espinilla y echarlos fuera, o me desvisto delante de ellos.

Os debéis estar preguntando qué hacen todavía estos personajes en mi habitación en calzoncillos y yo en toalla. Pues bueno, os voy a explicar lo que está ocurriendo en mi habitación en este momento... Estos idiotas (nunca me cansaré de llamarles así) están lanzándose cojines a la cara como si fueran verdaderas niñas en una fiesta de pijamas. Y ya debéis saber cuál es mi función en todo esto. Yo soy la que se está llevando todos los cojinazos. Ni más ni menos.

Me viene un cojín de cada dirección, y lo peor es que cuando me lo lanza Lucas, después me regala un guiño de ojos.

¿Por qué me haces esto, Lucas? No es justo.

Bueno, a lo que iba. Voy, y le pego una patada en la espinilla a cada uno, lo que provoca que se estremezcan todos de dolor. Mi intento de parar la pelea es en vano, se recuperan de la patada y vuelven otra vez con su luchita de niñas.

Vale, plan B. Empiezo a quitarme la toalla (llevo el sujetador y las bragas debajo, ya había pensado en eso, pero no en la ropa) y todos paran en seco.

— Jodo, que cuerpo... —dice Logan, dándole un codazo a David en el brazo.

— Y que lo digas, tío —dice David.

Mi Enana FavoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora