Capítulo 22

1.9K 102 3
                                    

Pasamos la cena algo incómodos unos con otros.

Ahora toda la residencia sabía de lo nuestro. Bueno, toda la residencia menos mi hermano.

Al acabar todos de cenar, cada uno se dirige a su habitación a ponerse el pijama. Vamos bajando uno a uno, ya con el pijama puesto.

— ¿Ponemos música? —sugiero.

— Claro, ¿por qué no? —conecta Logan el altavoz a su móvil— ¿Cuál queréis?

— No sé. Pon alguna a la azar.

Cuando lo conecta comienza a sonar Sensualidad

Ay baby tú sensualidad, oh oh oh oh oh oh oooh.
Me tiene al borde de la locura, y esto no es casualidad, oh oh oh oh oh oh oooh.
Te beso y sube la temperatura.

Baby donde tú quieras yo paso a buscarte.
Tu espérame afuera, pa' sino llamarte.
No traigas paraguas, como quieras va' mojarte.
La temperatura está pa' calentarte...

Y después de esta canción, la cual he bailado súper desmelenada, se pone automáticamente De Tranquilote. Y después de esta, muchas más.

Finalmente nos fuimos a dormir a las cinco de la mañana. Un poco tarde siendo que teníamos instituto en apenas tres horas.

***

Ya es por la mañana. Estamos todos rendidos en la cama. Hemos amanecido tal y como nos acostamos ayer.

Me levanto tranquilamente, me lavo la cara, y bajo a desayunar.

Me preparo jamón serrano con melón, un vaso de zumo de naranja recién exprimido y una tacita de café.

Vuelvo a subir arriba, me cojo la ropa y me voy al baño a ducharme.

Los demás siguen durmiendo, así que me ducho tranquilamente. Es raro que me haya levantado sin la alarma, no suele pasarme a menudo.

Termino de ducharme, me visto, y me seco el pelo. Me lavo los dientes y vuelvo a la habitación.

Vuelvo a bajar a abajo, me siento en el sofá, y enciendo la televisión.

Cuando miro la hora que es, se me corta la respiración.

— ¡Chicos! —corro escaleras arriba— ¡Levantaos ya!

— ¿Qué pasa, Maya? Déjanos un rato más —romancea David.

— ¿Tú sabes la hora que es?

— Supongo que pronto porque no ha sonado la alarma.

— Son las doce y media —se levanta de un brinco, y con los ojos como platos— Nos hemos saltado más de la mitad del día.

— No jodas. Que hoy teníamos que exponer un trabajo para aprobar. ¡Chavales! —grita ahora él.

— Shhh, no grites —intenta callarlo Sarah.

— Cariño, son las doce y media. Ya ha pasado más de medio día de instituto —susurra en su oído, aprovechando para morderle el lóbulo de ésta.

— ¿Cómo? —se levanta— ¿Las doce y media?

— Sí —doy vueltas en círculo.

— Joder. Maya, ¿y la puta alarma?

— Eso me pregunto yo.

— Pues yo no pienso ir ahora. Paso de hacer el idiota yendo a estas horas. Quedan apenas dos clases solo —se recuesta en la cama mi gran amiga.

Mi Enana FavoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora