Capítulo 20

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¿Enserio? ¿Otro mensaje? ¿Me están vacilando o qué? Ni hacer la digestión me dejan.

— No lo abras —le ordeno.

— ¿Por qué?

— Porque ya estoy harta de tanto mensaje, Álex.

Pero aún diciéndole que no lo abra, hace caso omiso a lo que le digo, y lo abre.

Esta vez la foto era de Sarah y David en una misma cama, durmiendo, abrazados. Y en el pie de foto pone: "Van sobrando enamorados".

Todos los miramos anonadados. Ellos se miran mutuamente, y se sonrojan al instante.

— ¿Cuándo pensabas decírnoslo? —intimida Logan a David.

— Eh... ¿Nunca? —contesta éste.

— ¿Nunca? —vuelve a preguntar Sarah.

— No, nunca.

Lucas y yo nos miramos. Los siguientes seremos nosotros, lo intuyo.

Lucas intenta decirme que debemos contárselo a todos, pero yo le estoy diciendo que no. Creo que me ha entendido, y no sé por qué será... Puede que por mi cara de furia, pero no lo tengo claro.

— ¿Maya, por qué tienes cara de estreñida? —me mira mi hermano algo asqueado.

Bueno, nadie ha dicho que mi cara sea perfecta.

— Déjame en paz.

— Vale, vale, tranquila. Solo es que me he asustado por tu cara de feto. Aunque ya debería estar acostumbrado —vacila.

— Mejor tener cara de estreñida a tener tu cara de truño —contraataco.

— ¿Cómo has dicho? ¿Me acabas de llamar cara truño?

Aquí va a empezar la Tercera Guerra Mundial.

— Sí. ¿Algún problema?

— Serás...

— Guapa, inteligente, con estilo... Sí, eso dicen, tranquilo.

— Cara cocodrilo.

— Chicos, ya basta. Dejad ya la pelea —interrumpe Lucas— Haced el favor de centraros en lo de las fotos.

— ¿Alguien sabe quiénes son esos dos? —vuelve a mirar los vídeos Logan.

— Sí —me miran todos— La chica es Cynthia Roberts, del club de lectura y poesía.

— Lo que nos faltaba —se deja caer Logan en el sillón— Una chica poeta acosándonos.

— La verdad es que no la conozco mucho. Sí que hubo una vez que coincidimos en la biblioteca, estuvimos hablando un rato, y luego cada una se fue por su lado.

— ¿Y le dijiste algo que hiciese que ahora te odie? —pregunta Álex.

— ¿Tú qué crees?

— Que sí.

— Pues no. No le dije nada fuera de lugar. Le pregunté lo que siempre se pregunta al conocer a alguien. Cómo se llamaba, a qué curso iba, si pertenecía a algún club... Ese tipo de cosas. No creo que tenga algo por lo que odiarme. Tal vez os odie a vosotros —lanzo la indirecta.

— Eso iba a decir yo —añade Sarah— ¿Y no puede ser que todo esto sea porque le hicisteis algo vosotros? —les pregunta Sarah de brazos cruzados, buscando respuestas— ¿Alguno ha hablado con ella en algún momento de vuestra vida? ¿O alguno la ha visto alguna vez y le suena su cara?

Todos hacen el amago de pensar, aunque no creo que ninguno esté realmente haciéndolo.

— Mmm... Puede que sí que hablase con ella una vez —recuerda David— Creo que en alguna fiesta. Pero no estoy seguro.

Mi Enana FavoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora