Capítulo 25

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Ya a la tarde le digo a los chicos de organizar algún viaje. Me gustaría viajar por todo el mundo, pero me parece que eso no va a ser posible hacerlo en lo que queda de sábado más el domingo, así que se me ha ocurrido ir a la playita. Bueno... "Se me ha ocurrido". Realmente la idea de irnos a la playa ha sido de Sarah. Yo había sugerido algo así como una excursión a caballo, pero la idea no ha sido muy apoyada.

— ¿Lo lleváis todo? —pregunto antes de emprender el largo viaje en coche hasta la playa.

— Sí —confirman todos al unísono.

— Maya —me susurra David— Podríamos dejar el viaje para mañana e irnos más temprano. Conducir ahora hasta la playa es bastante peligroso.

— David, ahora mismo me la suda lo peligroso que sea conducir. No aguanto más aquí. Todos estábamos de acuerdo en marcharnos ahora.

— Está bien —se dirige cabizbajo a donde sea que vaya. 

(Sábado 17:00)

Todo empieza siendo un desastre. Maletas arriba, maletas abajo, toallas a izquierda y derecha del salón... Así que me autoproclamo organizadora general para que la tarde no acabe siendo una ida de olla. Alguien debía coger las riendas de todo este caos, y a excepción de Sarah y de mí, los demás no están en condiciones de llevar el mando.

Silbo.

— A ver, atendedme un momento —de repente el silencio y la calma envuelven la casa— Esto se nos está yendo de las manos. A partir de ahora vamos a hacer esto de forma ordenada. Quiero llegar lo antes posible a la playa, así que escuchadme bien. Cada uno va a ser el encargado de hacer una cosa, así acabaremos antes. No creo que nadie quiera pasar el fin de semana aquí solo —todos niegan— Bien, no esperaba menos —reparto las tareas— Venga, no quiero perder más tiempo —todos se ponen en marcha.

A Logan le he encargado la tarea de limpiar el coche, cosa que tampoco hace nada mal. Debería mandarle limpiar más a menudo. David y yo estamos jugando al Tetris con las maletas y todo el equipaje que llevamos. Sarah se encarga de reunir todas las maletas a las pies del coche, para facilitar un poco más nuestro trabajo, y de ayudar a Álex y Lucas de vez en cuando. Y por último Álex y Lucas, los cuales se van a encargar de limpiar toda la basura que generó anoche la fiesta

Cuando ya estamos terminando con el Tetris y quedan apenas dos maletas por colocar, Sarah y Logan se colocan dentro del coche, cada uno en su respectivo asiento.

— Más te vale respetar a mi hermana —le habla Álex a Lucas, mientras acaban de asegurar que está todo en orden en la casa.

— No voy a hacerle daño, tío. Principalmente porque la quiero —se sincera mi novio.

— No pienso quitarte el ojo de encima, Lucas. Eres mi mejor amigo, pero como juegues con mi hermana eres hombre muerto —advierte Álex.

— ¿Crees realmente que sería capaz de hacerle eso a Maya? —se ofende Lucas.

— Lo siento, pero al hablar de mi hermana no puedo hablarte como amigo, sino como hombre —se miran fijamente.

— Chicos, vamos, o llegaremos muy tarde —les interrumpo.

— Sí, vamos —anda Lucas hacia mi, agarrándome finalmente de la cintura.

Ya todos en el coche emprendemos el viaje hacia la playa. Logan es el que conduce, y a su lado está mi hermano, medio dormido. En los asientos de atrás se encuentran David junto a Sarah, y una mochila que no sé exactamente de quién es, aunque tiene el tamaño de una persona. Y, por último, en los asientos del fondo estamos Lucas y yo, aunque un poco inundados de maletas y mochilas.

Mi Enana FavoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora