Daniel y Dylan no son para nada como los habría imaginado. Teniendo en cuenta como es su madre, habría esperado niños malcriados y superficiales, que miran por encima del hombro a todo al que no consideran suficiente, pero no pudo estar más equivocada.
Daniel, el de trece años, se mantuvo callado pero sin dejar de mirarme, aunque lo que más captaba su atención de mí eran mi pechos. Cuando lo atrapaba mirándome, se sonrojaba y apartaba la mirada. No me molestaba en absoluto, solo estaba en esa etapa de la vida donde las hormonas controlan sus acciones. Me gustaba Daniel, y eso quizas se debía al parecido inmenso que tenia con Logan, aunque era más bajo, más delgado y con los ojos negros de su madre.
Dylan por otra parte era exactamente igual que su madre, pero tenia los ojos como Logan. Probablemente, un rasgo heredado de su padre a quien seguía sin conocer. Pero a diferencia de Danirl, Dylan no dejaba de hacerme preguntas. Era curioso, eso lo notaba. Su madre no paraba de reprenderlo, lo que era una lastima. Me encantaba el niño, mucho. Él y yo seriamos grandes amigos.
—Susan, ¿esto duele? —pregunta interrumpiendo a mi madre mientras acaricia con delicadeza el lazo tatuado en mi mano.
Creo que Wanda va a reprenderlo de nuevo, pero en su lugar me mira con enojo y se levanta de su asiento de golpe.
—Creo que hemos terminado por hoy, Susan
Dylan comienza a protestar y Daniel hace un puchero.
—No empiecen y vayan a alistarse para su clase, rápido —exige Wanda.
Ambos se levantan y se despiden de mí con su mano. Les devuelvo el saludo con una sonrisa.
—Los veré él lunes —prometo haciendo que Daniel sonría de manera disimulada y Dylan grite de euforia.
—Lamento si mis hijos la incomodaron —dice Wanda—. Sobre todo por Dylan
—No me molestaron para nada Sra. Jabcoson. Se lo aseguro
Ella me mira de pies a cabeza y suspira.
—Si se hubiese cubierto más...
Me miro a mi misma sin entender. Llevo un camiseta de cuello redondo color azul y un jeans, ¿que puede tener eso de revelador? Ni siquiera llevo escote.
—¿Realmente tendremos esta conversación de nuevo? —pregunto enojada.
Creí que ya habíamos resuelto eso.
—No, por supuesto que no. Es solo que Dylan...
—Dylan es un niño, es su naturaleza ser curioso y preguntar por todo —la interrumpo—. Le aseguro que, si no tuviese tatuajes, él aún habría hecho toda clase de preguntas
Su boca se frunce en lo que parece desagrado, pero no dice más nada. En cambio me señala la puerta.
—La estaré esperando él lunes entonces, antes de las dos, preferiblemente
Asiento, haciendo mi camino fuera de la sala de estar hacia la puerta principal.
—La veré entonces, Sra. Jabcoson
Abro la puerta y la cierro detrás de mí. Cierro los ojos y tomo una profunda respiración. Al menos los niños si agradables, de lo contrario, habría salido de allí de inmediato. Pero me gustaron y quería conocerlos más, sin contar que necesitan el dinero. Realmente necesitaba un lugar propio.
Con esto en mente, camino por la calzada hacia mi auto, recogiendo mi cabello en una cola de caballo. Cuando estoy llegando a mi auto, aparece uno plateado y se estaciona junto a mí. Logan Jabcoson emerge de él como si fuese un dios, y francamente, luce como uno. Los años le han sentado realmente de maravilla.
—Miren a quien tenemos aquí —dice mientras se deshace de sus gafas de sol.
Esos ojos azules tintinean con diversión.
—No luzcas tan sorprendido —digo cruzándome de brazos—. Sé que esto se debe a ti, así que gracias. Te debo un trago —añado guiñandole un ojo.
Su ceño se frunce.
—¿Eres lo suficientemente mayor para eso?
Río a carcajadas.
—Conozco lugares en lo que si
Una de sus cejas se alza.
—¿Sabe Pat acerca de eso?
Blanqueo los ojos.
—Pat no tiene porque saber todo de mi, Logan. No necesito una niñera, yo soy la niñera —le recuerdo.
—Si, hablando de eso, ¿qué tal mis hermanos?
—Son asombrosos, me gustan —digo sinceramente—. Dylan no dejaba de hacerme toda clase de preguntas y Daniel no apartaba su mirada de mis pechos
Inmediatamente, Logan mira directamente allí. Cuando no la aparta de inmediato, río divertida.
—Parece que él no es él único al que le gustan mis pechos
Logan me mira a los ojos y sonríe inocentemente.
—Queria saber si mi hermanito tiene buen gusto
Vuelvo a reír, cruzándome de brazos.
—¿En serio?, ¿esa es tu mejor excusa? Ya sé que lo tiene —aseguro.
Logan ríe, divertido, y esa risa ronca y profunda me hipnotiza sin que me de cuenta. Me gusta, me gusta mucho esa risa.
—¿Y con cual Jabcoson preferirías estar? —pregunta Logan acercándose.
Ahora solo unos pocos centímetros nos separan, lo que me hace levantar la cabeza para poder verlo a los ojos.
—Bueno, es una decisión difícil —digo siguiéndole el juego—. Pero necesito mantenerme alejada de la ley así que, Daniel tendrá que ser tachado de mi lista
—Me eliges a mi —afirma complacido.
Él está jugando conmigo, un juego que me sé de memoria. Ahora entiendo a lo que se refería Emily anoche. Logan es un jugador, un muy bueno y eso solo haría las cosas más divertidas.
—Solo porque tu hermano es menor de edad. De lo contrario, cambiarían los papeles
Le regalo mi sonrisa más radiante, antes de girarme para abrir la puerta de mi auto. Ésta se cierra de nuevo cuando Logan preciona su mano para cerrarla.
—Te divertiste anoche —dice acariciando mi cuello.
Sé que acaricia la sona donde Liam succionó demasiado fuerte anoche, dejando una marca. Antes no se veia por mi cabello suelto, pero ahora lo llevaba recogido y era completamente visible.
—Fui a ver a un amigo —digo simplemente.
Aunque él no merece ninguna explicación de mi parte. Ponerlo un poco celoso seria...
—Eso puedo verlo —resopla bruscamente.
...perfecto.
Sonrío para mis adentros, girándome para encararlo. Ahora tengo su rostro a centímetros y esos labios carnosos imploran por ser besados. Incluso cuando están fruncidos.
—Sabe Pat... —lo interrumpo colocando mi dedo en sus labios.
—Ya deja de meter a Pat en todo —digo suavemente—. Él solo me está dando un lugar temporal donde vivir, no se meterá en mi vida
Logan toma mi mano para quitarla de sus labios, pero en lugar de soltarla, la sostiene entre nosotros. Lo que me hace estremecer.
—Es bueno saberlo —dice simplemente antes de soltar mi mano y retroceder un paso—. Igualmente, pasaré de es trago que ofreciste. Tu amigo, el de anoche, lo disfrutaría más que yo
Logan retrocede mucho más y se da la vuelta para dirigirse a la casa de su madre mientras se coloca sus gafas de sol. Tomo eso como despedida y me quedo un rato más observando su delicioso trasero hasta que desaparece de mi vista.
Subo a mi auto con un sonrisa que se niega a desaparecer. No importa que haya denegado de mi trago. Logan Jabcoson se había puesto celoso y él parecía incluso más sorprendido que yo por ese hecho, lo que le había hecho retroceder. Pero lo sabia, se sentía atraído por mí, eso no podía negarlo. No por siempre.
El juego había comenzado, y seria divertido. Traería problemas, si. Pero ese era el punto.
Ninguna chica disfruta cuando se comporta como una santa.Hola a todas las lectoras de esta novela. Lamento no actualizar en un montón de tiempo. Si están unidas a mi grupo de lectoras, sabrán que existen muchos motivos para ello. Pero bueno, espero les haya gustado. Sé que es corto pero me divertí un montón escribiendolo, espero ustedes se diviertan leyéndolo :)
¡Susan está de vuelta, y más decidida que nunca a ir por Logan!
¿Como creen que eso termine?

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Un divertido problema
Storie d'amoreSusan Swartz siempre deseo tener un poco de atención de sus padres, atención que nunca tuvo. Estaban demasiado ocupados hablando del futuro de su hermano mayor Patrick o asistiendo a los partidos de su prodigioso hermanito menor Kevin como para tene...