7.

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—¿Cómo te fue con la Sra. Jacobson? —pregunta Pat.

Le doy un mordisco a la manzana en mi mano y mastico antes de responderle.

—Hola a ti también, hermanito

Pat blanquea los ojos antes de dejar caer su maletín sobre la encimera.

—No empieces, Susan

—Entonces ten un poco más de decencia —le guiño un ojo antes de tomar otro bocado.

Pat suspira mientras deshace el nudo de su corbata.

—Sé a la perfección que estás bien, Susan. Por eso te pregunto directamente por la Sra. Jacobson —sisea—. No importa lo que te haya dicho Logan, él no toma decisiones por su madre

Suspiro antes de dejar caer el corazón de la manzana en el cesto de la basura.

—Sigo sin saber porque Emily te soporta, eres un verdadero dolor en el culo

—¿Qué tiene que ver esto con mi relación con Emily? Solo quiero saber si tienes un maldito empleo o no

—Pues si lo tengo —exclamo—. Justamente gracias a tu amigo, del que me pediste que me alejara. ¿Y sabes qué? Ya sé que tienen en común Emily y tú, ambos creen que soy sinónimo de problemas

—¿Qué se supone que significa eso? —pregunta con el ceño fruncido.

—Que ambos quieren que me aleje de Logan pero ninguno se ha detenido a pensar que quizás él quiera tenerme cerca

Tomo las llaves de mi auto y me alejo de él. Pat no me detiene y lo agradezco, porque la furia que estoy sintiendo me habría hecho darle un golpe sin pensarlo demasiado, y eso no sería conveniente para mi casero temporal. Y también era mi hermano, aunque a veces no se comportara como tal. Mañana es mi cumpleaños ¿y él había dicho algo al respecto? por supuesto que no. Probablemente lo olvidaría como en los últimos años, al igual que todos.

Y Dean esta fuera de la ciudad. Él es como el mejor amigo que cualquiera quisiera tener, y es quien siempre recuerda mi cumpleaños desde que nos conocimos cinco años atrás, además, es el único a quien dejo tatuarme. Se supone que trabajaría para él una vez tuviese la suficiente experiencia con la pistola de tatuar, pero hasta que él regrese, debo aguantar unas semanas siendo niñera.

Conduzco hasta el pequeño local donde Dean trabaja, éste está cerrado, pero la luz de neón de otros establecimientos me ilumina mientras me recuesto en el capo de mi auto y observo con detenimiento. Pasé aquí cada día de mi vida en secundaría después de clases, tiempo que solo se vio interrumpido cuando él se fue. Incluso sus ayudantes. Solo tenía a Clara y a Cedrick, y sabía que Clara seguía en la ciudad la veía ocasionalmente, pero Cedrick...

—¿Susan?

Una voz suave y femenina dice mi nombre desde las luces de neón. No puedo distinguir quien es por ellas, solo puedo apreciar que se trata de una chica delgada y de baja estatura.

—Si, eres tú —exclama antes de correr hacía mí.

Sus brazos me rodean dejándome confundida. No sé quién es, así que ¿debo abrazarla de vuelta o golpearla? Aún sigo un poco enfadada.

—Oh, por Dios. Solo llevas unas pocas semanas sin verme, ¡abrázame!

Finalmente reconozco su voz y con una sonrisa, envuelvo mis brazos alrededor de su cintura.

—Justamente estaba pensando en ti, Clara

Ella ríe, separándose de mí.

—Causo eso en las personas —asegura guiñándome un ojo.

Un divertido problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora