22.

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Después de llamar a Liam para saber cómo está y hacerle saber que mañana estaré comprando las cosas para el departamento, me siento en el sofá a ver un poco de televisión. Clara se ha marchado desde hace un tiempo, y yo no he tenido más compañía que un par de cervezas y un par de cigarrillos. Le doy una calada al que tengo entre mis manos, y me concentro en el programa de televisión que trata sobre el calentamiento global. Es un poco triste ver como gran parte de los polos se derriten ocasionando que muchos osos polares mueran. Creo que tanta tristeza me tiene de un humor lúgubre, por lo que cuando mi teléfono suena, estoy tan ansiosa de responder que no me molesto en ver quien llama.

—¿Dónde demonios estas?

Logan parece enfadado y yo no puedo reprimir una carcajada.

—Suenas igual que Pat

—Tu hermano te llama cuando quiere controlarte. Yo quiero follarte, nena

Toso un poco del humo que había estado conteniendo en mi boca.

—Jesús, Logan. Creí que esta noche me darías un descanso

Su risa ronca hace vibrar mi cuerpo.

—Lo siento cariño, te dije que contigo era un asunto de probar y querer más, y no parece ser suficiente nunca. Y realmente necesito sexo

—¿No deberías estar con Hanna?

Aunque mi cuerpo parece estar encantado con sus declaraciones, algo me hace pensar en ella. Él también podía obtener sexo de ella ¿no? Es su novia, yo solo soy... ¿Cuál sería mi calificativo correcto?

—Quiero sexo contigo —dice simplemente.

Mordisqueo mi labio, insegura.

—Vamos, Sue, sé que también lo quieres. Te apuesto a lo que sea que de solo imaginarme follándote tus pezones están erectos y estás mojada

No respondo, pero es cierto. No estoy llevando sujetador y a través de la camiseta de Liam que llevo puesta, puedo ver mis picos. Y también puedo sentirme mojada, es casi como si mi vagina estuviese babeando por su pene.

—Sabes que te mueres porque me entierre en ti —continúa Logan—, y que luego te llene de besos. Sobre todo en esa bonita palabra que tienes tatuada en tu vientre

Jadeo y mi mano inmediatamente se va a donde la palabra Sex esta tatuada.

—Solo tienes que decirme donde estas —ronronea— y haré que comiences a jadear de éxtasis y no de anhelo

Simplemente, no controlo mi cuerpo. Le digo donde estoy entre balbuceos, sorprendida de lo que unas simples palabras ocasionan. Logan ríe y tras decirme que estará aquí en pocos minutos, cuelga.

Salto del sofá con rapidez, y recojo las botellas vacías y las colillas de cigarro junto al incompleto que no termine de fumarme. Voy hasta el lavabo y lavo mis dientes. Me veo en el espejo, y me sorprendo al ver mi reflejo. Deseo, deseo puro y carnal es lo que puedo leer en mis ojos grises. Doy un paso atrás, y veo mi aspecto. Debajo de la camiseta de Liam que apenas me cubre el trasero, solo hay un tanga humedecido.

Muerdo mi labio ante la brillante idea que se me ha ocurrido. Deslizo mi tanga fuera de mis piernas y camino de regreso a la sala de estar lo dejo en una de mis maletas. Le sonrío a la nada ante mi plan y vuelvo a sentarme en el sofá, a esperar. Y cuando finalmente oigo que tocan a la puerta, a pesar de querer salir corriendo, brincar sobre él y hacerlo tener el orgasmo de su vida, me tardo más de lo necesario en abrir. Cuando lo hago, Logan me observa de cabeza a pies, demorándose al pasar sobre mis piernas desnudas. Doy un paso atrás y el cierra la puerta detrás de sí. Ninguno de los dos dice nada, no es necesario. Ambos sabemos a qué ha venido, y alargarlo con conversaciones banales sería estúpido, sin embargo, no doy el primer paso. Él lo hace.

Un divertido problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora