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Me despierto un poco desorientada y con la habitación dando vueltas. Poco a poco algunos recuerdos de la noche anterior me inundan, incluyendo las dos botellas de vodka que Logan decidió que tomásemos. Vuelvo a cerrar los ojos cuando el viento mieve la cortina, permitiendo que un haz de luz de directamente en mis ojos. Es ahí cuando un cuerpo detrás de mí se mueve antes de sentir unos pechos presionar mi espalda.

Me muevo lo suficiente para encontrar a la morena junto a mí, con los ojos aún cerrados. Sus labios están hinchados y su cabello es un desastre, tiene marcas de dedos en su cadera y unas cuantas marcas rojizas en sus pechos de las cuales yo hice varias. Sonrío al recordar lo que hicimos, como tuvo tanto sexo conmigo como con Logan y me pregunto si se siente tan dolorida como yo.

De repente sus ojos se abren y está mirándome, con los ojos dilatados.

—Buenos dí... —la frase no termina de salir de mis labios pues ella me interrumpe de un beso.

Su lengua sabe a Vodka, a Logan y a mí. E imagino que la mía debe igualar ese sabor.

—Creo que ahora si son buenos —musita cuando acabamos de besarnos—. Aunque no tanto como la pasada noche

—Si, concuerdo

Ella suspira y acaricia mi vientre.

—¿Cómo te sientes?

No puedo evitar reír.

—Justo ahora, como una damisela a la que acaban de quitar su virginidad —jugueteo con un mechón de mi cabello—. Sin embargo, no recuerdo que el chico con quien la perdí se preocupara mucho por cómo me sintiera

—Los hombres son unos idiotas, por eso me gustan las mujeres

—Te divertiste con Logan —le recuerdo.

Ella ríe.

—A veces hace falta un buen pene —me guiña un ojo antes de volver a besarme—, pero las vaginas no tienen comparación —musita con voz ronca.

Esta vez soy yo quien entierra los dedos en su cabello y tira de ella hasta que estoy besándola. Me muevo hasta que estoy sobre ella y me quedo a horcadas cuando se incorpora un poco. Masajeo sus

pechos y ella los míos, ambas tirando de nuestros pezones sin dejar de besarnos. La excitación es casi tan intensa que cuando estoy besando a un hombre, excepto que no hay un pene friccionado mi clítoris en este momento. Y esto me recuerda...

—¿Logan?

—No lo sé —responde ella intentando voltearnos de nuevo, pero no la dejo.

La empujo de sus hombros hasta que esta sobre su espalda de nuevo y con mis piernas abro las suyas.

—Recuerdo cada jodido detalle de ti haciendo que me corriera en tu boca cariño, pero no recuerdo que yo hiciera lo mismo

Ella sonríe.

—Eso es porque estabas más concentrada en arle placer a Logan que a mí, preciosa

Alzo mis cejas sorprendida por no recordar haberle practicado sexo oral a Logan, pero asiento, y comienzo a descender por su cuerpo hasta que mi cabeza está frente a su sexo. Agradezco que se depile como yo y prosigo a darle placer. Ella tiembla ante la primera caricia de mi lengua en su clítoris, y aunque me siento un poco fuera de lugar, continúo.

—Si cariño, así —me apremia.

Continúo lamiendo y succionando, intentando recordar cada una de mis experiencias e intentando imitar lo que en su momento me hicieron. Sé que estoy haciéndolo bien porque ella no deja de retorcerse y de gemir. Así que continúo hasta que su cadera se levanta, gime con fuerza mientras su cuerpo tiembla y un sabor salado inunda mi boca.

Un divertido problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora