17.

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Los pocos minutos que paso allí, el padre de Logan solo parece tener ojos para Clara y no parece reconocerme en absoluto. Lo cual agradezco, porque lo que menos quiero en este momento es que decidiera no arrendarme el apartamento por temor a que su sucio secreto sea revelado. Sin embargo, cada una de las pocas y rápidas veces que sus ojos se desvían de Clara para mirarme siento un poco de temor, porque pueda reconocer en mí no a su niñera, si no a la hermana pequeña de Patrick Swartz. Pero teniendo en cuenta que su única intención es deshacerse de mi para poder estar a solas con Clara salgo de allí con llaves nuevas en mi mano y sin un ápice de reconocimiento de su parte.

De camino a mi auto reviso mi teléfono, pero esta vez solo hay una llamada perdida: de Logan. Mordisqueo mi labio, debatiéndome entre llamarlo de vuelta o ir directamente hacia Liam e ignorarlo, pero él toma la decisión por ambos, al llamarme nuevamente. Entro a mi auto y tras una respiración profunda, respondo.

—Finalmente respondes —réplica enfadado.

—Creo que un mensaje y una llamada no es mucha insistencia —espeto al tiempo que enciendo el auto.

—¿Estás conduciendo?, ¿Dónde estás?

—Sí y no es de tu incumbencia. Creí haberte dicho que no me dirigieras la palabra

Suspira.

—Por favor Sue, necesito hablar contigo

Su tono de voz, más el hecho de recordar cómo me miró antes en casa de sus padres hace dudar unos segundos, y él parece notarlo.

—¿Nos podemos ver?

—¿Qué quieres Logan? —digo al fin.

—Quiero disculparme contigo, Sue —dice después de un largo silencio donde sólo escucho el sonido de las bocinas, por lo que sé que está conduciendo.

—¿Y por qué exactamente te quieres disculpar? —teniendo en cuenta la pequeña escena de su novia unas horas antes, imagino que es por eso que me llama. ¿Pero por qué no hacerlo por teléfono?

Enciendo el auto y lo dejo en altavoz mientras salgo del condominio.

—Por todo Sue —responde en un suspiro—. Creo que nos debemos una conversación ¿no crees?

—La última vez que quise hablar no me dejaste, y cuando te pedí que no volvieras a hablarme, quieres hacerlo. De verdad que no te entiendo

En mi teléfono se refleja otra llamada entrante: Liam. Ver su nombre en mi teléfono me hace sentir culpable. Debería ignorar a Logan e ir directamente a su casa, algo parece andar mal, pero acá estoy: haciendo rogar a Logan para más tarde que temprano acceder a vernos, porque no sólo basta con escuchar su voz mientras ruega, me muero por ver sus ojos pidiendo perdón. Con suerte, espero que también quiera algo más que solo pedir disculpas.

—Sé que no soy el hombre más fácil de entender en este momento Sue, pero si me dieras tan solo unos minutos

La voz ronca de Logan disipa todo rastro de culpabilidad en mí. Pongo marcha hacia su apartamento, dejando que el nombre de Liam desaparezca de la pantalla pasados unos segundos.

—Dos minutos —siseo con falsa frialdad—, en tu apartamento. Haz que valgan la pena

Cuelgo con una sonrisa de satisfacción. Se siente realmente genial ver que me estoy saliendo con la mía. Y mi sonrisa no desaparece en lo que resta de camino.

Cuento hasta diez a medida que el ascensor sube y sube en el edificio de Logan. No recordaba lo alto que es su apartamento, supongo que la última vez que estuve aquí llegue más fuera de mis sentidos que otra cosa y cuando me fui, estaba tan molesta que ni lo note. Respiro profundamente para calmarme, y cierro los ojos hasta que el pitido me indica que estoy en el piso correcto.

Un divertido problemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora