Hoy es mi cumpleaños. Y como cada año, no significa nada para nadie. Excepto, obviamente Logan, al cual sigo sin poder responderle el mensaje.
—¿Todo bien? —pregunta Liam entrando a la habitación.
Despego mi vista del móvil para verlo traer un plato con un cupcake de chocolate y una vela apagada justo en el centro.
—Ves el teléfono con cara extraña ¿esperas un mensaje especial de alguien? —pregunta de nuevo, esta vez sentándose junto a mí en la cama.
Coloca el plato sobre mis piernas desnudas y me observa atentamente. Me cuestiono interiormente si contarle lo de Logan, pero eso me hace sentir que no estoy haciendo las cosas correctamente. Pues Liam no es un novio, ni una relación exclusiva a la que ocultarle mi atracción hacia otro hombre. Todo lo contrario, si existe alguien a quien deba contarle sobre mi atracción hacia Logan, ese sería Liam.
—No, no lo hago —respondo al fin—. Pero alguien que no esperaba me ha escrito
Sus cejas se alzan.
—¿Y ese alguien si es especial?
—¿Qué se supone que significa especial?
Liam ríe momentáneamente, deslizando su mano derecha por mi pierna derecha hasta detenerse en el dobladillo de su camiseta.
—Algo me dice que tiene que ver con la persona que dijo que eras adicta
Suspiro. Liam realmente me conoce bien.
—Lo es —afirmo.
—Te gusta —afirma devuelta.
Sonrío con malicia.
—¿Te molesta?
Liam sacude la cabeza.
—¿Por qué habría de hacerlo? —se inclina y besa mi pierna—. Sé perfectamente que esto no es exclusivo
—Por eso sé que puedo hablar contigo al respecto
—Sin embargo, lo dudaste por un momento
Hago una mueca.
—Pero cuéntame, ¿quién es él?
—El hijo mayor de Wanda
Liam silba con las cejas alzadas.
—Vaya, realmente te gusta complicar las cosas ¿eh?
Río, dándole un pequeño empujón.
—Por supuesto que no, me gusta divertirme —me defiendo.
—Como sea —replica él—. Volviendo al tema, le gustas
—Sí, eso creo. Es decir, sé que le gusto pero quiere fingir que no
Liam frunce el ceño.
—¿Qué te hace pensar eso?
—Me mira con descaro los senos tras coquetear conmigo, invade mi espacio personal y casi me besa pero luego intenta actuar con indiferencia. Si eso no es gustar, entonces no sé lo que sea
—Obviamente te desea muñeca, la pregunta es ¿si lo sabes, cual es el problema? —pregunta tomando un poco del glaseado del cupcake para llevarlo a su boca—. Obviamente el que sea hijo de tu jefa no es un problema para ti
—Ni el que tenga novia —aseguro recordando ese detalle de repente.
Liam ríe entre dientes.
—Obviamente no —exclama——, lo que significa entonces que te ahogas en un vaso con agua
—No, simplemente me confunde. En el pasado, cuando le gusto a alguien no trata de fingir lo contrario. Va por lo que desea y que estoy más que dispuesta a dar —explico tomando yo un poco de glaseado—. No es que yo sea muy difícil de alcanzar ¿no? Entonces, si supuestamente no le gusto —continúo—, ¿para qué enviarme precisamente hoy un mensaje deseándome feliz cumpleaños? No es la festividad más popular en mi vida
ESTÁS LEYENDO
Un divertido problema
RomanceSusan Swartz siempre deseo tener un poco de atención de sus padres, atención que nunca tuvo. Estaban demasiado ocupados hablando del futuro de su hermano mayor Patrick o asistiendo a los partidos de su prodigioso hermanito menor Kevin como para tene...