Capitulo VIII- El mundo es un pañuelo

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Narra Javier

-Espera, espera, ¿os conocéis? ¿De qué?-Pregunte yo aún alucinando.

-Sí.-Respondieron al unísono.

-¿Esta es Alice? ¿Tú Alice?-Pregunto mi hermano Dani.

-Sí, ¿Puede decirme alguien de que os conocéis?-Pregunte yo cada vez más confuso.

-Nos conocemos de las fiestas, siempre nos veíamos y ahora pues siempre vamos juntos.-Dijo Alice.

-¿De las fiestas?-Dije yo, ahora resulta que mi hermano pequeño y Alice eran compañeros de fiesta...

-Sí Javi, la gente va a las fiestas para divertirse, beber y ligar.-Dijo mi hermano guiñando un ojo a Alice cosa que no me gustó nada.

-Ahora entiendo por qué no viniste anoche, por cierto, Víctor te echó de menos.

-Que pesado... dile que se vaya un poco a la mierda y me deje en paz de una vez por todas.-Dijo Alice.

-¿Quién es ese tal Víctor?-Dije yo empezando a cabrearme, ¿qué narices ocurría aquí?

-Cálmate cielo, es tan solo un pesado al cual no le queda claro que no quiero nada con él.

-Si quieres voy yo a dejárselo claro.

-Ei tú, Cálmate que ella sola ya se lo ha dejado claro muchas veces, y no sé cómo el pobre chico aún se atreve a acercarse a ella.-Dijo mi hermano poniendo cara de dolor.

-¡Venga ya exagerado! Si apenas le hice nada.-Dijo Alice partiéndose de la risa.

-¡¿Qué no le hiciste nada?! Primero le tiraste la bebida encima y después se los retorciste diciéndole que o te dejaba en paz o la próxima vez se los cortabas.

-¡¿Tú le hiciste eso?!-Alice era la persona más pacífica que conocía.

-Puede ser, pero tampoco fue tanto, como ves no sirvió de nada.-Dijo ella poniendo una cara de niña buena que era para comérsela.

-Tampoco fue para tanto... un poco más y el chico no se queda azul.

-Si quieres voy yo a cumplir tu amenaza.-Dije yo, este tal Víctor me estaba empezando a caer muy mal.

-¿Clámate me oyes? Te veo demasiado furioso, ayer ya le dije yo que no jugase con fuego.-Dijo mi hermano.

Alice me rodeó con sus brazos por detrás y me dijo al oído.

-Tú hermano tiene razón, tienes que calmarte no va a hacerme nada, así que vamos a sentarnos a comernos este desayuno has preparado tú y tiene tan buena pinta que yo no tengo mucho tiempo.

Mientras desayunábamos estuvimos hablando, observé que tenían muy buen rollo y me entere que se conocieron en una fiesta y a partir de esa siempre se encontraban en todas y ahora salen muchas veces con sus grupos juntos, la verdad es que me encantaba que mi hermano y mi novia se llevasen bien, cuando acabamos de desayunar, Alice subió a mi cuarto para vestirse y mi hermano y yo nos sentamos en el sillón a esperarla.

-Nunca hubiese imaginado que tú, el hermano que siempre ha vigilado todo y el más cauteloso saldría con una chica veinte años menor.

-Lo sé, pero no sé qué me ha hecho, me he enamorado a más no poder.

-Es que Alice es mucha Alice, pero tú a ella también la has enamorado, desde que la conozco y no hace poco, nunca, nunca, ha querido salir con nadie, y mira que nunca le han faltado pretendientes, pero siempre ha dicho que no a todo el mundo.

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