Capítulo XXV - mi vida eres tú

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Narra Dani

Anoche mi hermano se comportó como un verdadero gilipollas, vale que Alice le había hecho daño pero se había pasado, esto era demasiado y vale que él era mi hermano, pero no me gustaba ver sufrir a mi amiga, así que lo fui a buscar, pero por arte de magia desapareció, por arte de magia o simplemente me evitaba, en fin, a la mañana siguiente me dirigí a casa de Alice como le había dicho anoche. Llamé al timbre y me abrió su madre, a la cual conocía de algunas veces que había traído a Alice a casa o había venido a buscarla.

-Hola Maite, ¿está Alice?-Le pregunté yo sonriendo.

-Sí, cielo, pasa, a ver si le haces entrar en razón porque desde anoche que no sale del cuarto para nada... se encontró con tu hermano ¿Verdad?-Se la veía preocupada, no me extrañaba, en cuanto a lo que sabía que Javi y yo éramos hermanos, supuse que era porque se lo había dicho Alice en otra ocasión.

-Sí... ella quiso hablar con él para solucionarlo todo y acabó aún peor... mi hermano no sabe lo que hace... está ofuscado y no piensa pero cuando abra los ojos se arrepentirá de todo.

-Me lo imaginaba... yo era de los que pensaba que no durarían porque era un enamoramiento pasajero pero viendo como está... espero que cuando Javi se arrepienta no sea demasiado tarde.

-Espero que no... sino la perderá por idiota.

-Bueno pasa a su cuarto a ver si la animas un poco...

-Está bien, gracias.-Dije subiendo las escaleras para ir a la habitación de Alice, llamé a la puerta y nadie respondió.-Alice... soy Dani, ¿Puedo pasar?

-La puerta está abierta...-Le escuché decir con una voz apagada, cuando entré me la encontré encima de la cama con la misma ropa de anoche y lo que anoche era un precioso peinado ahora era una maraña de pelos, el maquillaje lo tenía todo corrido y tenía los ojos rojos e hinchados de haber estado mucho rato llorando.

-Pero... Alice, no me digas que desde que llegaste no has hecho más que quedarte llorando en la cama...

-Muy bien, no lo he hecho...

-Alice, no puedes seguir así... Javi no se merece esto... ¿Después de todo lo que te dijo anoche sigues pensando igual?

-Sí.-Dijo en un sollozo.-Es... es todo culpa mía...-Dijo volviendo a estallar.

-Ey, ey, ey, Alice... no te pongas ahora a llorar ¿Me oyes?-Dije abrazándola.-Venga sécate esas lágrimas y date una ducha, seguro que te viene bien, ese pelo que llevas ahora no te queda nada bien.

-Idiota.-Dijo esbozando una pequeña sonrisa.

-Mira, vendrá de familia.

-No digas eso...

-Alice... de verdad venga, ve a ducharte y te traigo algo para desayunar.-Dije poniéndome en pie.

-No, no tengo hambre...-Dijo sacando un pijama para ponerse más cómoda.

-Alice tienes que comer algo, ¿Desde cuándo no comes?-Dije al sospechar que hoy no sería el primer día que no comía nada.

-Desde... esta mañana.-Dijo mintiendo.

-La verdad...

-Desde... desde hace dos días.-Dijo bajando el tono para que no lo oyese.

-¿Dos días? Ni hablar, no me da la gana de que por culpa del gilipollas de mi hermano te de algo, ahora mismo voy a por algo de comer y no acepto un no por respuesta.-Dije saliendo del cuarto cabreado, como le pasase algo grave a Alice por culpa de Javi pensaba matarle.

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