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Narrador OM

Charlie había llegado a casa, un poco tarde, pero lo había hecho.

— ¿Estás bien? —  preguntó Leondre desde el otro lado de la habitación.

— S-sí, e-estoy b-bien —  respondió sin voltear a verlo.

— ¿Por qué llegaste tan tarde? —  se apoyó en el marco de la puerta.

— ¿Qué importa?, acaso eres mi niñera o qué? —  bufó tomándose la cabeza.

—  Técnicamente si lo soy, pero ese no es el caso — lo miró confundido — Puedes contarme..

— No es nada fácil ir al psicólogo y ya, ¿Contento? — volteó finalmente a verlo —  ¿Puedes por favor dejarme solo? — suspiró cansado.

— E-está bien — dijo resignado y salió de la habitación.

[***]

A la mañana siguiente.

  — ¿Puedo ir entonces? — Sonrió mirando a Leo. 

  — Tú madre me ha dicho que si, así que puedes ir — Le sonrió terminando la llamada.

  — GENIALL!!, voy a preparar mis cosas!! —  corrió a su habitación.

— No es justo que hagas eso —  dijo Charlie desde atrás. 

Leondre se sobresaltó al oír su voz y volteó de inmediato 

— ¿Por qué? —  lo miró confundido.

—  Mi madre te paga por cuidarnos — lo miró indiferente.

— ¿Qué le ves de injusto?, tú madre ah dejado a Brooke, no yo, tú madre — dijo remarcando el final.

— Me caes mal — lo señaló.

— Ay por favor, solo serán dos semanas, incluso menos — bufó. —

— Me sigues cayendo mal —  volteó.

— Ugh — respondió Leondre tratando de contener la poca paciencia que le quedaba.

— Lo que digas campeón —  se sentó en el sofá a ver la televisión.

— Charlie tu eres un....— lo interrumpió Brooke bajando con una sonrisa de oreja a oreja — 

  — Nos vamos? — los observó a ambos.

— Si —  se levantó Charlie y la tomó de la mano. —  Yo la llevaré. —  dijo caminando a la entrada.

— Querrás decir ambos — le enseñó las llaves de la casa. 

— Te odio —  bufó mirándolo.

— Lo sé —  Sonrió orgulloso. 

  — No quiero que peleen mientras yo no esté — los señaló a ambos.

— Imposible — dijo Charlie.

 — Imposible, porque contigo no se puede hablar — respondió Leo mientras abría la puerta.

  — cállate — lo señaló.

[***]

Narra Charlie.

Estábamos volviendo a casa y ninguno decía nada, ambos íbamos callados y en silencio.

Oh bueno, por lo menos hasta que habló Leondre.

  — Charlie, no quiero llevarme mal contigo — soltó de pronto.

  — Umh — dije sin darle tanta importancia. 

— Por lo menos yo, no te odio — bufó.

  — Umh — miré hacia otro lado.

  — ¿Por qué eres así? — dejó de caminar.

  — ¿De qué hablas? — me detuve. — Así cómo?

— S-sabes de qué hablo Charlie, sólo llevo aquí 3 días y por alguna razón m-me o-odias — dijo algo nervioso.  

  — Ugh — bufé y continué caminando.

—  No puedo contigo, de verdad que no puedo — bufó y trató de ponerse a la par mía.

  — Y yo tampoco contigo — rodó los ojos.

— Todo esto es tú culpa de todas formas, así que no hagas eso — bufó nuevamente.

— ¿Qué cosa? — rodé los ojos.

—  Eso —  lo señalé. 

— ¿Qué? —  rodé los ojos. 

—  Ya basta no hagas eso — negó con la cabeza.

— ¿De qué hablas? no te entiendo — rodé los ojos nuevamente.

— Ush, es inútil — miró hacia delante.

Sonreí de lado y noté que Leo me estaba mirando aún.

— No sabía que las ratas sonreían — sonrió y me miró.

— Muy gracioso — dije sarcástico.

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Hai

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Afenfosfobia | Chardre ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora