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Leondre se había quedado conmigo ya que la supuesta niñera había aceptado dejar que él se quedara con la condición de no decirle nada a mi madre.

Es un poco estúpido considerando que no creo que vaya a decirle a mi madre que él estuvo aquí, pero lo más probable es que sí tenga una discusión con ella como todos los días por haber decido prohibirme "recibir visitas" y por ponerme una niñera de nuevo.

— Estoy confundido — Murmuré mirando el techo de mi habitación mientras colocaba una almohada en mi cara.

Estaba enojado, triste y completamente confundido ya que lo único que mi madre hacía era hacerme dudar sobre si realmente estaba bien que me gustara un chico. Y hace ya un tiempo había dejado de pensarlo, pero ella había logrado que aquél pensamiento volviera a rondar por mi cabeza.

— ¿Tú crees que esto está bien?, es decir, tú y yo...nosotros.. — Volví a hablar aún cubriendo mi rostro con la almohada.

Sentí que Leo comenzaba a moverse hacia el lugar de la cama en el que yo me encontraba acostado y en cuanto estuvo cerca se acostó a mi lado tomando la almohada para así poder moverla de mi rostro.

— Lo creía, antes de decirte que sentía cosas por ti me había planteado muchas veces si eso estaba mal o bien. Pero luego me di cuenta de que realmente no hay nada malo en eso, nada está mal en ti ni en mí — miró el techo al igual que yo — me gustas y eso está bien, lo que está mal es que las personas digan que no podemos estar juntos por el simple hecho de creer que "el hombre fue creado para estar con la mujer y la mujer para estar con el hombre" lo cual es tonto para mí ya que yo creo que no existe nadie completamente heterosexual. Tal vez no entiendas muy bien lo que digo..soy muy malo explicando, el punto es que no hay nada malo en nosotros — volteó a verme y clavó sus ojos en los míos casi como si tratara de ver a través de mí.

Él tenía razón, nada estaba mal en nosotros pero mi madre se metía en mi cabeza como una termita a la madera e intentaba cambiar todo.

Asentí sonriendo y lo abracé.

— Tú realmente me gustas mucho — susurré aún manteniendo el abrazo.

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Afenfosfobia | Chardre ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora